Uno de cada ocho ingresos hospitalarios, es decir un 12%, son consecuencia de los medicamentos, según un estudio realizado por el hospital Clínico de Barcelona. Este trabajo concluye que la mayoría de las hospitalizaciones provocadas por efectos adversos y errores de medicación son evitables. Los antiinflamatorios y los diuréticos son los que más problemas dan.
A pesar de los avances producidos en medicina, muchas veces éstos se vuelven contra el paciente al que se suponen tienen que beneficiar. Cerca de 14.000 fallecimientos se producen al año en España por causa directa de los fármacos, además de ser los responsables de buena parte de los ingresos en los hospitales y de urgencias médicas.
El trabajo, coordinado por el jefe del servicio de Farmacia, Josep Ribas, concluye que aunque el número de ingresos debidos a problemas relacionados con la medicación es elevado, entran dentro de lo que cabría esperar por anteriores análisis nacionales e internacionales. Pero este estudio aporta otra conclusión importante, muchos casos se podrían haber evitado, concretamente un 68,4% de ellos. Según los autores, este porcentaje da una idea de la gravedad del problema y de los beneficios que se podrían obtener incidiendo de forma adecuada.
Para conocer cuáles son los ingresos evitables, en primer lugar hay que conocer las causas. Esto es lo primero que hace el estudio del Clínico de Barcelona, realizado con una muestra de 1.800 pacientes y extrapolable a otros hospitales similares. Así, señala que el 50,2% de los casos de debe a efectos adversos; el 46,5%, al fracaso del tratamiento por un mal uso de los fármacos, y el 3,3% restante, a intoxicaciones. Una vez analizados todos los casos, recogidos en 1999 y 2000 en el servicio de Urgencias del hospital, los autores creen que la mitad de los ingresos por efectos adversos y todos los casos de fracaso terapéutico se podrían haber evitado.
Pero ¿por qué fracasan la mayoría de los casos evitables?. El estudio apunta a un mal cumplimiento del tratamiento por parte del paciente (65,3%), pero también hay un motivo importante cuya responsabilidad, en principio, es del médico: la ausencia de un tratamiento preventivo de los efectos adversos (un 12,2%). La automedicación contraindicada (6,8% de los casos) y la interacción de dos fármacos (3,4%), son otras circunstancias evitables.
Xavier Carné, farmacólogo del hospital Clínico de Barcelona y uno de los autores del estudio, afirma que uno de los principales problemas es la ignorancia del usuario de lo que está tomando. En ocasiones, por desconocimiento, toma dos fármacos parecidos que hacen lo mismo, dando lugar a efectos indeseables, señala. Algunos de los elementos que conducen al fracaso terapéutico son la automedicación, la consulta paralela a varios médicos, la falta de información del paciente al médico acerca de lo que está tomando y el abandono del tratamiento.
Según datos de Francisco Martínez, farmacéutico y profesor de la Universidad de Navarra, seis de cada diez pacientes españoles no siguen la medicación que se les prescribe. Estos datos se complementan con los del presente estudio, que muestran que el 91% de los ingresos por fracaso terapéutico se debe a un mal cumplimiento, mientras que el 9% restante se debe a la suspensión del tratamiento o a la utilización de dosis bajas.
Diuréticos y broncodilatadores
El estudio indica que el mal cumplimiento del tratamiento afecta, principalmente, a dos grupos de fármacos: los diuréticos (33%) y los broncodilatadores antiasmáticos (24,2%). Los pacientes aducen para no tomarlos que se encontraban bien (33,4%), que sufrían algún efecto secundario o molestia atribuible al tratamiento (10,2%) o que se habían cansado de tomar la medicación (7,0%). Los autores destacan que en muchos casos el mal cumplimiento del tratamiento no se ha hecho constar en el historial clínico, lo que sería recomendable para emplear más tiempo en la educación de estos pacientes.
Con respecto a los diuréticos, los fármacos más comúnmente implicados en ingresos por mal cumplimiento, los autores del estudio afirman que a la hora de recetar alguno, sería conveniente informar al paciente acerca de la importancia de seguir el tratamiento de forma continuada.
Por último, el trabajo propone a los especialistas y médicos de atención primaria una serie de medidas para evitar problemas relacionados con la medicación como informar al paciente utilizando una terminología clara y fácil de entender; asegurarse de que ha comprendido la información facilitada; mejorar la relación médico-paciente intentando consensuar la toma de decisiones; intentar simplificar el régimen de administración de los medicamentos y relacionar las horas a las que se tiene que tomar la medicación con hábitos diarios; incluir ayudas para el cumplimiento (agendas y pastilleros, por ejemplo), e involucrar a otros miembros de la familia del paciente.