Un grupo de expertos en ecología de la Universidad de Málaga pretende emplear las algas para fabricar cremas solares. Así, las futuras cremas tendrían más capacidad antioxidante y mayor porcentaje de vitamina A y C, por lo que serían mucho más efectivas. Las algas se presentan a la sociedad como organismos marinos con múltiples posibilidades, pero aún son auténticas desconocidas para la mayoría de la población.
Tras varios años de intensos estudios, el equipo malagueño ha concluido que determinadas especies de algas marinas, en concreto las rojas, son capaces de generar de forma natural sustancias que luchan contra el efecto de las radiaciones solares.
Estas especies poseen mecanismos especiales de protección, ya que viven en la parte más alta del mar durante todo el año y reciben directamente los rayos del sol. Así, las algas se ven obligadas a desarrollar protectores solares para evitar que los rayos ultravioletas les afecten directamente. Además de servir para proteger del sol, «estas algas tienen una capacidad antioxidante muy fuerte, así que las futuras cremas solares irían acompañadas de sustancias específicas para evitar que el sol estropee la piel», explica el profesor de Biología de la Universidad de Málaga, José Aguilera.
Esta es la conclusión a la que ha llegado el grupo que dirige Félix López Figueroa, en coordinación con el equipo de dermatología de cáncer cutáneo que lidera el catedrático Enrique Herrera, después de analizar durante varios años las especies algales que viven en la costa malagueña de Lagos.
El equipo ya ha aplicado las sustancias de las algas en ratones y los resultados han sido muy positivos. Sin embargo, los investigadores señalan que aún es pronto para llevarlo al terreno comercial, sobre todo si se tiene en cuenta que las bases científicas están puestas, «pero ahora hay que hacer un estudio profundo de la viabilidad económica para poder comercializarlas», añade el coordinador del grupo.
En un contexto donde el sol emite grandes cantidades de radiaciones electromagnéticas, los seres marinos no son ajenos a estos cambios. De ahí que el grupo de investigación haya centrado sus estudios en los efectos que producen estas radiaciones en las algas. En este sentido, el equipo extrae del mar o de las granjas de Canarias las algas rojas (Porphyra) para ver cómo absorben las radiaciones solares.
Lo primero que hacen es aislar esas sustancias químicas, concentrarlas en el laboratorio y aplicarlas en distintos solventes. «Es necesario purificar las algas para poder usar las sustancias que generan de forma natural como protectores solares», señala el profesor José Aguilera.
El grupo de investigación ya ha firmado un acuerdo de cooperación con una empresa de cosméticos para que comercialice las cremas solares con extractos de algas. Sin embargo, aún no se conoce una fecha concreta para llevar al mercado estas cremas.