El 8% de las operaciones de cirugía estética se realizan en España, que ocupa el primer lugar europeo y el cuarto mundial tras EE.UU. (13%), México (9%) y Argentina (8,5%), según dijo ayer José Manuel Pérez-Macías, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), cuyo Congreso Nacional comienza mañana, día 10, en Pamplona.
El presidente de la SECPRE atribuye esta posición a varios factores como la existencia de unos 900 especialistas en el país y el carácter latino de los españoles. Según señaló, las cirugías estéticas más demandadas actualmente son las que actúan contra el envejecimiento facial, la liposucción, los implantes mamarios, la faloplastia y la rinoplastia. Por su parte, Beatriz Berenguer, secretaria general de la asociación, comentó que se acusa un importante incremento entre los varones que se someten a operaciones estéticas que, según estimó, alcanzaría a un 20% del total de cirugías.
Respecto de la cirugía de implante mamaria, Pérez Macías comentó que ya se puso en marcha un registro para poder cuantificar cuántas intervenciones quirúrgicas se realizan, el nivel de complicaciones que presentan, etc. Sin embargo, a partir de datos proporcionados por los distribuidores comerciales de los implantes, el experto informó que entre 2004 y 2005 se realizaron unos 50.000 implantes, de los cuales, la gran mayoría respondía a demandas meramente estéticas.
Representantes de la SECPRE aseguran que los cirujanos españoles están técnicamente capacitados para realizar un transplante facial
La SECPRE reunirá en la capital navarra a 350 de sus más de 900 miembros y a varios invitados internacionales de prestigio. En esta ocasión, la atención prioritaria a la faceta asistencial y a las últimas novedades técnicas en ese ámbito de la cirugía, se acompañará del repaso a otras dos facetas claves en la actividad médica: la docencia y la investigación.
Al repasar el programa del XLI Congreso, su presidente, Antonio Bazán, recalcó la consideración «unitaria de los aspectos estéticos y reconstructivos», que recorrerá las diversas ponencias y mesas redondas, y la necesidad de un «tratamiento integral» en este tipo de cirugía.
Advertencia sobre la rinoescultura
La SECPRE, que celebra esta semana el Congreso de su 50º aniversario, alerta contra las «modas de relumbrón» en las técnicas «sin cirugía».
Pérez-Macías aclaró que la rinoplastia «es una técnica quirúrgica» y que esa estética de la nariz sin cirugía consiste en una «infiltración de sustancias para darle forma». Aunque inicialmente dé buenos resultados, puede tener «efectos indeseables a largo plazo» -derivados del plástico utilizado, polimetil metacrilato-, como cambio de color, endurecimiento, deformidad o granuloma. Si esto sucede, «los suaves tejidos de la nariz pueden quedar destruidos y el resultado es catastrófico».
«No somos partidarios de este técnica, aunque esté autorizada en el país», En ese sentido, advirtió que, desde la SECPRE. Por su parte, Berenguer llamó a la prudencia en el uso de sustancias inyectables de ese tipo ya que, «ante cualquier complicación es muy difícil o casi imposible de extraer». En la misma línea, el doctor Bazán aconsejó optar por la rinoplastia: «Si hay técnicas contrastadas que funcionan, lo mejor es optar por ellas, y no, por una cuestión de modas, entrar en una situación de paramedicina», alertó el profesional.
La SECPRE insiste en su lucha contra el intrusismo y en la inclusión del triple concepto en la cirugía de su especialidad médica: plástica, estética y reparadora.
Parálisis facial y trasplante de rostro
Respecto al enfoque unitario estético-reconstructivo, Bazán citó la obesidad mórbida, cuyo tratamiento puede tener un último eslabón importante en esta especialidad médica. Así sucede cuando la enorme pérdida de peso da lugar a «problemas de imagen y morfología corporal que resultan incómodos» y afectan a la propia visión de uno mismo. El Congreso de Pamplona dedicará una sesión a la cirugía de contorno corporal y sus nuevos escenarios.
En esta reunión se abordará también el tema de la parálisis facial, donde los «resultados son cada vez más espectaculares» y permiten hablar, como dijo Bazán, de la «rehabilitación de la sonrisa» además de la puramente funcional. La clave está en la transferencia de tejidos «reinervados» y de injertos nerviosos.
También existe la posibilidad del trasplante facial, pero plantea un problema importante, ya que «requiere inmunosupresión por largo tiempo o incluso de por vida», con sus consiguientes efectos secundarios. En este contexto, debe ser considerado todavía como un «tratamiento experimental hasta que se establezcan sus pautas» y se evalúe la eficacia funcional.