Los antidepresivos de nueva generación tienen más un efecto psicológico que otra cosa. Así lo afirma un estudio realizado por investigadores del Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, que examinaron todos los datos existentes sobre ese tipo de sustancias, incluidos los de pruebas clínicas que los laboratorios no publicaron en su día.
Según este trabajo, la nueva generación de antidepresivos tiene, en el caso de depresiones leves o moderadas, el mismo efecto que un placebo (sustancia que carece de acción terapéutica), y su incidencia en situaciones más graves es relativamente pequeña, cuando no directamente inexistente.
Los científicos realizaron 47 ensayos clínicos, examinando tanto los datos hechos públicos por las compañías farmacéuticas como los no mostrados públicamente. Irving Kirsch, del departamento de Psicología de la Universidad de Hull (Inglaterra), que participó en el estudio, dice que «la diferencia en la mejora entre los pacientes que toman placebos y los que toman antidepresivos no es muy grande». Esto quiere decir, según Kirsch, que la gente con depresión puede mejorar sin tratamientos químicos. «Dados los resultados, parece poco razonable recetar medicación antidepresiva, salvo en casos graves y si los tratamientos alternativos no funcionan», explica.
Los laboratorios publican, por lo general, sólo aquellos estudios que arrojan una luz positiva sobre sus productos
El National Institute for Health and Clinical Excellence, del Reino Unido recomienda a los facultativos que intenten otros métodos antes de comenzar a prescribir antidepresivos. Tim Kendall, director adjunto de la División de Investigación del Royal College of Psychiatrists, afirma que los laboratorios publican, por lo general, sólo aquellos estudios que arrojan una luz positiva sobre sus productos.
Desde la Asociación de la Industria Farmacéutica británica reconocen que en muchas situaciones puede estar implicado el efecto placebo, sobre todo en el tratamiento de pacientes con depresión leve, pero precisan que los antidepresivos tienen una actuación real que va más allá de la autosugestión.
Por su parte, GlaxoSmithKline y Eli Lilly, laboratorios que producen «Seroxat» y «Prozac», respectivamente, alegan que el estudio ha tenido sólo en cuenta una pequeña parte de la información disponible, y que la experiencia científica y médica ha demostrado que los antidepresivos son efectivos.
Los expertos advierten a quienes estén tomando antidepresivos que no dejen de seguir las prescripciones médicas a pesar de las conclusiones del estudio
Control del humor
La nueva generación de antidepresivos actúa aumentando en el cerebro los niveles de serotonina, una sustancia química que controla el humor, e incluye medicamentos como la fluoxetina («Prozac»), la paroxetina («Seroxat») y la venlafaxina («Efexor»).
Sin embargo, el estudio indica que ese efecto sobre el humor se consigue también con placebos, que los pacientes tomaron pensando que era medicamento real y notaron mejora por el efecto psicológico de estar convencidos de que esos productos les iban a ir bien.
En cualquier caso, los autores de la investigación recomiendan a las personas que estén tomando antidepresivos que no dejen de hacerlo sin consultar antes a su médico.
–La nueva generación de antidepresivos controla el humor mediante sustancias como la fluoxetina (Prozac), la paroxetina (Seroxat) y la venlafaxina (Efexor).
–El equipo de la Universidad de Hull ha revisado 47 ensayos clínicos, examinando tanto los datos hechos públicos por las compañías farmacéuticas como los no mostrados públicamente, a los que se ha tenido acceso tras ganar en los tribunales la aplicación de la ley de Libertad de Información.
–Los autores del estudio aseguran que las personas que sufren depresión “pueden mejorar sin recurrir a ese tipo de tratamientos”.
–GlaxoSmithKline y Eli Lilly, que producen Seroxat y Prozac, respectivamente, alegan que el estudio ha tenido sólo en cuenta una pequeña parte de la información disponible, y que la experiencia científica y médica ha demostrado que los antidepresivos son efectivos.
–Se estima que 40 millones de personas han recurrido al Prozac en todo el mundo, lo que ha supuesto ingresos millonarios para los laboratorios Eli Lilly.
–Aunque la patente caducó en el 2001, la sustancia utilizada en ese fármaco, la fluoxetina, sigue generando ingresos para la empresa, ya que ahora es un ingrediente activo de Sarafem, píldora utilizada en el tratamiento del llamado “síndrome premenstrual”.