El Ministerio de Sanidad y Consumo ha alertado de la existencia de algunos casos de dolencias en el hígado presuntamente asociados al consumo de productos de la empresa «Herbalife Internacional España, SL.» Esta compañía comercializa diversos productos a los que atribuye beneficios para adelgazar y mejorar el bienestar general del consumidor.
Los productos «Herbalife» se comercializan directamente a domicilio, y en ocasiones los mismos consumidores se convierten en distribuidores. «Este modelo de distribución dificulta la trazabilidad o seguimiento de los productos, que legalmente debe abarcar toda la cadena alimentaria, desde el inicio hasta el consumo», advierte Sanidad, que reconoce que todos los productos que comercializa «Herbalife» en nuestro país son legales.
Según la legislación comunitaria, algunos productos dietéticos requieren inscripción en registro pero no autorización previa. Otros dietéticos y todos los complementos alimenticios sólo requieren una notificación de inicio de comercialización en cualquiera de los 27 Estados miembros de la UE.
Toxicidad hepática
El Centro de Farmacovigilancia Regional del Principado de Asturias recogió y valoró los primeros casos de posible toxicidad hepática vinculada a los productos «Herbalife». La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha tenido ahora conocimiento, por el Sistema Español de Farmacovigilancia y el Registro de Hepatotoxicidad de la Universidad de Málaga, de un total de nueve casos sospechosos entre los años 2003 y 2007.
Asimismo, se han notificado otros nueve casos de hepatotoxicidad en otros países de la UE entre 1992 y 2006; seis en Islandia, y 22 en Suiza e Israel. Sin embargo, las redes de alerta alimentaria española y europea no tienen, hasta el momento, notificaciones de este tipo. «En estos acontecimientos la relación de causalidad no es fácil de establecer y en algunos casos esta posibilidad es más fuerte que en otros», señala el Ministerio.
Si bien la relación de causalidad no es fácil de establecer, también se han notificado casos de hepatotoxicidad en otros países de la UE, en Suiza e Israel
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y la AEMPS están investigando el asunto. Los casos sospechosos ya han sido analizados por el Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano (CSMH) y por un grupo de trabajo creado «ad hoc» por el Comité Científico de la AESAN, que se ha reunido con representantes de «Herbalife» para obtener toda la información y documentación relevante.
«Del estudio de la documentación disponible y de la revisión de todos los datos podría resultar la implicación de uno o varios de los productos comercializados por «Herbalife», por lo que las investigaciones siguen su curso. Las autoridades sanitarias comunicarán puntualmente el resultado y consecuencias de las actuaciones y estudios que se están desarrollando», explica Sanidad en una nota.
El Ministerio recomienda a los ciudadanos que sospechen o sientan que algún producto les causa algún efecto perjudicial, contacten con un médico y que informen a las autoridades sanitarias. También pueden realizar consultas en la web de Sanidad o a través del Servicio de Atención al Ciudadano (901 400 100) o de la Administración General del Estado (060 o www.060.es).
Rechazados en Colombia
Por su parte, la Federación de Consumidores en Acción (FACUA) ha asegurado que el Gobierno colombiano rechazó en 2006 la autorización de varios productos de «Herbalife» como suplementos alimenticios debido a que varios de sus ingredientes tenían efectos farmacológicos.
Según FACUA, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) advirtió de que un chicle llamado «Chew Slim Gum» incluía entre sus componentes zinziber, que «produce pérdida de apetito y mareo por locomoción». En este producto también se detectó garcinia, cuyas oleoresinas tendrían un efecto laxante y también provocarían «dolor de estómago y vómito», según el Invima.
La empresa, de origen estadounidense, fue sancionada en 1994 por la Comunidad de Madrid
El organismo colombiano también prohibió la autorización de las bebidas «Bulk and Muscle» y «Health and Fitness» como suplementos alimenticios «por poseer sustancias que son consideradas como fármacos». Así, citaba la carnitina, las enzimas de aminogen y los extractos de eleuterococus. El Invima advertía de la ausencia de justificación para inscribirlos «ni como alimento ni como medicamento».
La Federación de Consumidores en Acción afirma además que la empresa, de origen estadounidense, fue sancionada en 1994 por la Comunidad de Madrid por la distribución de productos dietéticos «fuera de los cauces legales establecidos».
La Asociación El Defensor del Paciente asocia el caso a la falta de control de la venta de este tipo de artículos a través de Internet y a domicilio, y exige al Ministerio que tome medidas inmediatas para evitar más casos de efectos nocivos causados por estos y otros productos adelgazantes.
Las autoridades sanitarias quieren aprovechar la ocasión para recordar los siguientes consejos:
–Una dieta variada y equilibrada, acompañada de un estilo de vida saludable, proporciona todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano y convierte generalmente en innecesario el consumo de productos con nutrientes adicionales.
–Los estados carenciales (falta de vitaminas, minerales?) deben ser valorados por el médico, que establecerá el tratamiento que corresponda. Lo mismo cabe decir de regímenes de adelgazamiento o de las necesidades de potenciación de sistemas corporales, funciones orgánicas o estados fisiológicos.
–El consumidor, además, siempre debe seguir las instrucciones de consumo y las advertencias del etiquetado, así como la información proporcionada por el titular del producto.
–También debe evitar el consumo simultáneo de varios complementos alimenticios o consumirlos en exceso de lo recomendado.
–Cualquier persona que esté tomando medicamentos o padezca alguna enfermedad, debe consultar a su médico antes de iniciar el consumo de complementos, suplementos o productos similares.
–Debe evitarse la adquisición de estos productos por canales alternativos que no ofrezcan garantías en cuanto a la procedencia del producto y el control de su proceso de fabricación. Comprar productos por Internet, correo ordinario o directamente de particulares puede suponer un riesgo.
–Si siente o sospecha que un producto le causa algún efecto perjudicial, contacte con un médico e informe a las autoridades sanitarias.