La capacidad de absorción de la piel varía en función de las sustancias con las cuales entra en contacto, lo que puede ayudar a explicar el origen de las alergias de contacto, según una investigación realizada por científicos de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, mediante un microscopio de dos fotones.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y desempeña muchas funciones vitales, una de ellas evitar que los microorganismos dañinos invadan el organismo. La principal barrera está constituida por una capa de células de la piel de alrededor de unas pocas micras de espesor, conocida como el «estrato córneo», que pese a su delgadez ofrece una protección efectiva frente a bacterias y virus.
Sin embargo, la piel no se adapta igual a muchos de los productos químicos a los que está expuesta, lo que provoca diversos tipos de enfermedades como la alergia de contacto, que afecta aproximadamente al 20% de la población de Suecia.
En este trabajo, Carl Simonsson y su equipo han utilizado el microscopio de dos fotones para hacer un seguimiento de las sustancias absorbidas por la piel, un método «único» ya que «permite ver no solo cómo se absorbe una sustancia, sino también lo que le sucede y hasta dónde llega». La barrera de la piel y la capacidad de absorción son además muy importantes para el desarrollo de nuevos fármacos, de cara a buscar alternativas a la vía oral.