Científicos del Instituto de Investigación Hospital del Mar (IMIM) y del Centro de Regulación Genómica de Barcelona han descubierto que una sustancia presente en el té verde (la epigalocatequina galato, EGCG) podría normalizar la función de un gen llamado Dyrk1A, lo que incidiría en una mejora en la memoria y aprendizaje de las personas con síndrome de Down, ha destacado DOWN España. Esta organización participa en la segunda fase de este estudio, que se desarrollará a lo largo de 13 meses, con una muestra de población de 100 personas con síndrome de Down.
Después de cinco años de pruebas en ratones trisómicos y transgénicos, los investigadores han constatado «una importante mejora en la plasticidad y regeneración neuronal, decisivas en la capacidad de computación del cerebro utilizando EGCG», explica DOWN España. A diferencia de otros tratamientos, el objetivo es potenciar procesos biológicos cruciales para el aprendizaje y la memoria. Esto significaría que, de trasladarse estos resultados al ser humano, «podríamos estar ante un verdadero hallazgo que contribuiría a mejorar el potencial intelectual de las personas con síndrome de Down», señala la asociación.
El equipo investigador, liderado por la Dr. Mara Dierssen y el Dr. Rafael de la Torre, ha contado con la colaboración de la Fundación Catalana Síndrome de Down (FCSD) y la Fundación Jérôme Lejeune, y pretende ahora evaluar si los resultados obtenidos en ratones pueden ser extrapolados al ser humano, para lo cual realizarán un estudio a lo largo de 13 meses sobre una muestra de población de 100 personas con síndrome de Down. Para esta segunda fase investigadora, DOWN España, que participa en dicho estudio, ha hecho un llamamiento a familias del área cercana a Barcelona (Cataluña, Aragón y Comunidad Valenciana) para que formen parte de este estudio cuyos resultados «pueden ser muy beneficiosos para este colectivo», considera.
Podrán participar personas con síndrome de Down de 18 a 30 años, con un grado de discapacidad moderada, que no tengan ninguna enfermedad mental concomitante, ni estén en tratamiento farmacológico o similar que afecte a su memoria, atención o aprendizaje. Los participantes serán tratados bien con un placebo (cápsula que no contiene ningún principio activo) o con un suplemento nutricional que contiene EGCG.
Aunque el tratamiento tendrá una duración de 13 meses, se completará con un periodo de seguimiento posterior de otros seis meses. De forma paralela, los participantes recibirán tres veces por semana otro tratamiento no farmacológico consistente en un programa de estimulación que entrenará la memoria y otras capacidades cognitivas con el objetivo de ver cómo evolucionan y si efectivamente se produce una mejora en estas áreas, explica DOWN España.
Uno de los aspectos clave de la EGCG es su actividad antioxidante y el hecho de carecer de efectos secundarios. «Han sido numerosas las investigaciones sobre los efectos positivos del té verde pero el valor de este estudio científico es que será el primero a nivel mundial que evalúe estos beneficios en las personas con Trisomía 21», destaca DOWN España.