A los resultados de anteriores estudios sobre los beneficios de consumir aceite de oliva se le suma otro: el aceite de oliva disminuye la muerte celular que provoca la absorción de grasas durante la digestión debido a que incide en la respuesta inflamatoria de los vasos sanguíneos. El trabajo, llevado a cabo por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), indica, además, que este efecto aumenta si a la dieta se asocian ácidos grasos omega 3, habituales en el pescado azul.
El aceite de oliva disminuye la muerte celular que provoca la absorción de grasas durante la digestión. Ésta es la conclusión que se desprende de un estudio realizado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que se ha publicado recientemente en Journal of Nutrition. Además, los resultados señalan que consumir aceite de oliva reduce la respuesta inflamatoria que tiene lugar en los vasos sanguíneos tras la absorción de las grasas.
El organismo, en el proceso pospandrial, es decir, después de la ingestión de nutrientes, absorbe grasas que provocan la necrosis de algunas células. Francisco Suriana, investigador del Instituto de la Grasa (CSIC) y coordinador del estudio, explica en un comunicado que los resultados apuntan que, «frente a la ingesta de otras grasas, el consumo de aceite de oliva reduce la muerte de monocitos y leucocitos». Estas células son las encargadas de la defensa de los diferentes tejidos del organismo, como los del hígado, el bazo o los pulmones.
Aceite protector
Este estudio confirma resultados de trabajos anteriores en los que ya se apuntaba que el aceite de oliva reducía la respuesta inflamatoria que se produce en la absorción de los alimentos. Durante el proceso, el tejido que recubre el interior de los vasos sanguíneos, formado por células endoteliales, se inflama. Cuanto más agresiva es esta situación y más se prolonga en el tiempo peores son sus consecuencias: acaba conduciendo a la formación de una placa de ateroma.
Los beneficios del consumo de aceite de oliva se incrementan si a la dieta se añaden ácidos omega 3 presentes en el pescado azul
Esta situación puede provocar una obstrucción progresiva de las arterias causando isquemia en ese punto o desprendiéndose en forma de trombo y bloqueando cualquier otra arteria del cuerpo con consecuencias graves cardiovasculares, como infarto de miocardio o ictus cerebral. Según los autores, los resultados explicarían algunos casos de trastornos cardiovasculares en personas, en principio, con riesgo bajo de sufrir estas enfermedades.
Omega 3 de cadena larga
Este trabajo corrobora que la grasas monoinsaturadas, del aceite de oliva en este caso, reducen los niveles de colesterol respecto a los de triglicéridos que se transportan en sangre en el proceso posprandial. Asimismo, este efecto aumenta cuando en la dieta se le incorporan, aunque sea en pequeñas cantidades, ácidos grasos omega 3 de cadena larga que se encuentran en los pescados grasos.
Un estudio estadounidense, publicado en Journal of Clinical Investigation el mes de junio pasado, coordinado por Yong Chen, profesor de biología del cáncer de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest de Winston-Salem, Carolina del Norte, ya apuntaba que los ácidos omega 3 podrían ayudar a prevenir la enfermedad cardiaca e, incluso, el cáncer. Y el motivo que sugería es que estos ácidos grasos de cadena larga podrían modular la apoptosis (muerte celular programada).
Dieta mediterránea
De la primera y mayor investigación para determinar los efectos de la dieta mediterránea, conocida como PREDIMED, ya se extraían evidencias de que el aceite de oliva virgen tiene un efecto cardioprotector, además de los frutos secos, frente a la formación de placas de ateroma que provocan la arteriosclerosis. El trabajo, publicado en Archives of Internal Medicine, concluía que añadir a la dieta aceite de oliva virgen o frutos secos, como las nueces y las avellanas, es más beneficioso en personas con factores de riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular que seguir una dieta baja en contenido de grasas.
El estudio, coordinado por Ramón Estruch, pretendía conseguir el mayor nivel de evidencia científica sobre los beneficios de la dieta mediterránea en la prevención de la morbimortalidad en caso de alto riesgo de presentar enfermedad cardiovascular. Según los resultados del estudio, las personas que añadieron aceite de oliva a su dieta disminuyeron en un 8% los indicadores de inflamación en las arterias y las que la completaron con frutos secos obtuvieron una cifra del 9%.
Una dieta basada en el consumo de aceite reduce el riesgo cardiovascular y el envejecimiento celular. Ésta es la conclusión que se desprende de un informe realizado por miembros del Centro de Excelencia Investigadora en Aceite de Oliva y Salud (CEAS). Con evidencias científicas sobre las propiedades beneficiosas de este alimento, científicos andaluces miembros de CEAS y facultativos del Hospital Reina Sofía de Córdoba están elaborando una propuesta para que la Unión Europea permita incluir en el etiquetado del aceite sus propiedades saludables.
Esta actuación, que surge a petición del Ministerio de Agricultura y Pesca y del sector del aceite de oliva, permitirá presentar ante la Comisión Europea las evidencias pertinentes para la consideración del aceite como alimento saludable en el entorno de la Unión Europea (UE). El reglamento comunitario no permite hacer alegaciones en aquellos productos que no cumplan los perfiles nutricionales establecidos, por su alto contenido en grasas, azúcares o sal, pero el informe andaluz señala que las ventajas del consumo de aceite de oliva virgen, mezcla de oliva virgen con refinados o de orujo se traducen en importantes efectos biológicos, a pesar de su alto contenido calórico.