Por algunos foros de Internet abundan los debates acerca del cuidado capilar y se emiten algunas afirmaciones que, demasiado a menudo, no se sostienen en base científica alguna ni en las recomendaciones de los especialistas. Desde si está bien o mal lavar el cabello todos los días y cuál es la temperatura óptima para hacerlo, hasta la idea de que utilizar champú, el secador, los tintes e, incluso, el casco o el gorro de natación aumenta su caída, son algunos de los aspectos que más interés despiertan. En este artículo, de la mano de distintos expertos, se dan respuesta a algunas de estas cuestiones sobre el cuidado del pelo.
Por qué cae el cabello
Muchas personas se preocupan cuando, coincidiendo con el otoño y el invierno, se incrementa la caída del cabello. Se cuestionan si los cuidados que procuran a su pelo son los adecuados e, incluso, hay quien recurre sin pensárselo demasiado a complejos multivitamínicos o lociones anticaída. No obstante, según declara Ramón Grimalt, dermatólogo y coordinador del Grupo Español de Tricología (GET) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), «los cabellos que caen en otoño no son pérdida, sino que este proceso forma parte de su renovación, como le ocurre a cualquier otro mamífero, y se recuperan en tres o cuatro meses, se utilicen o no productos anticaída».
Este especialista asegura que el 80% de las personas que acuden a la consulta, porque tienen la sensación de que pierden mucho más pelo de lo que cabría, no tiene ninguna enfermedad e insiste en que los cepillados y los peinados tirantes no provocan más caída de cabello. El pelo se desprende porque está en fase de renovación, después de llevar tres meses desvitalizado. Antes de caerse, se inicia la formación de uno nuevo en la base del folículo que es el que lo empuja. Lo que sucede es que el nuevo cabello tardará tres meses en ser adulto y poderse notar.
¿Lavarse el pelo a diario aumenta la caída del cabello?
No. Esta es otra de las creencias erróneas que circulan por la Red. En realidad, la fricción mecánica producida en el cuero cabelludo al lavarlo adelanta el momento de la caída del pelo desvitalizado, que ya estaba a punto de caerse. Por eso, quienes se lavan la cabeza a diario no tienen tanta sensación de esta pérdida, porque caen menos cabellos más a menudo. Por el contrario, quienes amplían la frecuencia pueden tener la sensación de que pierden mucha cantidad.
El número de lavados que uno se realice a la semana no determina la velocidad del recambio piloso
«La frecuencia de los lavados no afecta a la caída del pelo. Lo que ocurre es que cuando nos lavamos la cabeza, los pelos que se encontraban en fase telógena (fase de caída del cabello) acaban desprendiéndose por la acción del agua y de las fricciones del lavado», advierte la Dra. Olga Hernández, jefe del Departamento Capilar de la Clínica Tufet, de Barcelona. Tampoco el hecho de lavarse con frecuencia pudre la raíz del pelo: la velocidad del recambio piloso viene determinada por las hormonas, y no por el número de lavados que uno se realice a la semana.
¿Utilizar champú cada día es perjudicial para el cabello?
No: usar champú a diario no es perjudicial para el cabello, ni es causa de alopecia. «Sin embargo, recomendamos utilizar un champú sin detergente (sulfatos). El exceso del uso de un champú con sulfatos puede destruir la queratina del cabello y hacerlo más quebradizo y menos flexible, rompiéndose con más facilidad», puntualiza la Dra. Hernández. La experta añade que tampoco la frecuencia del tinte en el pelo afecta a su caída, no obstante, «lo más recomendable es utilizar productos de buena calidad, que no agredan el cuero cabelludo, y siempre realizar una prueba antes de emplearlo, para descartar que no contenga algún producto que dé alergia».
En la misma línea, el Dr. Grimalt es contundente y afirma que «ni los champús, ni los tintes, permanentes, espumas o gominas que existen disponibles en el mercado, por agresivos que sean, pueden alcanzar la raíz del pelo y dañarla«. Estos productos solo tienen efecto sobre el tallo del cabello, y no sobre la raíz; por este motivo no repercuten en una mayor caída.
Sin embargo, este especialista explica que sí pueden modificar la cantidad de grasa que fabrican los folículos pilosos. Así, al lavar de manera muy frecuente la cabeza, se produce una mayor producción del sebo protector y, por el contrario, espaciar el lavado hace que disminuya. Pese a que esto no afecta a la salud del pelo, sí lo hace a su aspecto. De la misma manera, también afectan a su aspecto los cepillados repetidos o los lavados frecuentes que van desgastando el cabello y provocan que se abran las puntas. No obstante, estas situaciones se corrigen con la salida del pelo nuevo.
Por todos estos factores, es difícil fijar una periodicidad adecuada de lavado del cabello: depende de la grasa que fabrique cada uno y de sus circunstancias. El champú para un uso habitual, diario, debería ser lo más neutro, suave y específico posible. Y hay que tener en cuenta que los perfumes, fragancias y conservantes con los que se fabrican también pueden producir alergias.
¿La mejor opción es no usar champú?
No. La también dermatóloga de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) en Sevilla, Lola Conejo-Mir, advertía hace unos años sobre la moda No Poo, es decir, la tendencia de lavarse el pelo con bicarbonato, vinagre, aceites esenciales o miel. Según esta experta, la función del champú es retirar la grasa, las células muertas o detritus y otras sustancias que se acumulan en el cuero cabelludo, por lo que no eliminarlas puede provocar irritación en el mismo y producir sobreinfecciones y alergias, sobre todo en personas de piel sensible.
Cascos y gorros, ¿empeoran la calvicie?
Existe el mito de que los gorros y los cascos agravan la calvicie. Sin embargo, no deja de ser una falsa creencia, ya que no hay evidencia científica que lo confirme. «El uso de casco puede provocar tracción y roce, al quitárselo y ponérselo, con la consecuente pérdida de algunos cabellos por arrancamiento, igual que sucede si se llevan colas o moños muy tirantes. Pero en ningún caso produce alopecia, ya que no se alteran los folículos pilosos. Es un pelo recuperable», señala la Dra. Hernández.
Con todo, la utilización de casco o gorro sí que puede originar alguna molestia en el cuero cabelludo, como picor e, incluso, dermatitis seborreica o aumento de caspa. No obstante, la causa más habitual es la falta de transpiración del cuero cabelludo que provoca un aumento de sudoración local y, en consecuencia, una producción excesiva de sebo que, combinada con la suciedad acumulada en el casco, puede dar lugar a estas molestias. Pero, si ya se sufre alopecia androgénica, la gorra o casco no la empeora.
Para mantener un cabello en buenas condiciones, “lo más importante es una alimentación correcta donde no falten proteínas, ya que el cuerpo del pelo es la queratina”, indica la Dra. Olga Hernández, de la Clínica Tufet y miembro de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL).
El lavado del cabello debe ser frecuente, con champús sin detergente y evitando la fricción agresiva. Si los lavados son diarios, es suficiente con enjabonarlo una vez. Si se tiene una patología o problema como la caspa, el enjabonado con el producto específico debe durar al menos tres minutos. Usar un acondicionador ayuda a dejarlo más suave y más fácil de peinar, sobre todo, en pelos más largos o con tendencia a enredarse.
“El cabello se puede lavar con agua caliente o tibia, pues favorece la limpieza. Hacer el último aclarado con agua fría mejora la circulación del cuero cabelludo y, con ello, la calidad del pelo”, recomienda esta especialista. Por último, también señala que el secado debe hacerse con aire que no sea demasiado caliente, mientras que para los cabellos largos aconseja que el cepillado sea suave.