Entrevista

César Picado, director de la Universidad de Asma Grave de Sevilla

Un nuevo tratamiento biológico ha demostrado una gran eficacia para pacientes asmáticos graves
Por Clara Bassi 18 de mayo de 2010
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Imagen: CONSUMER EROSKI

El asma grave no es una condición patológica fija. Se puede desarrollar en un momento determinado y, después, mejorar. Las personas que la padecen no consiguen un buen control de la enfermedad con el tratamiento. No obstante, en los últimos años, se ha desarrollado una nueva familia de fármacos, los anticuerpos monoclonales (conocidos también como medicamentos biológicos), que se administran por vía subcutánea. Estos pueden ser muy útiles para mejorar la situación de los asmáticos graves, aunque no todos son candidatos a recibirlos, según explica César Picado, consultor senior de Neumología y Alergia del Hospital Clínic-Universitat de Barcelona y director de la primera Universidad de Asma Grave, un foro académico-científico que se ha celebrado en Sevilla para debatir sobre esta dolencia.

¿Qué es el asma grave?

Hoy en día se define de acuerdo a las necesidades de tratamiento farmacológico que tiene el paciente asmático para controlar su enfermedad. El asma puede tener niveles de gravedad diferentes. Puede ser intermitente o leve, cuando sólo se necesita tratamiento con un broncodilatador, o puede ser persistente, si las crisis son diarias o casi diarias. En este último caso, el tratamiento es preventivo.

¿En qué consiste el tratamiento?

“Cuando la enfermedad es compleja, se administran combinaciones de medicamentos y altas dosis de corticoides”

En algunos casos, basta con administrar un único fármaco, pero si la enfermedad es compleja y es difícil estabilizarla, hay que tomar diferentes combinaciones de medicamentos y tratamientos con altas dosis de corticoides. Sin embargo, cuando se dan estas asociaciones de fármacos, es frecuente el fracaso porque no se consigue estabilizar la enfermedad. Entonces se habla de asma grave.

¿Qué porcentaje de asmáticos tienen asma grave?

Alrededor del 10% de las personas asmáticas.

¿Esta proporción ha aumentado en los últimos años o ha disminuido?

No tenemos demasiados datos para afirmar con seguridad si los casos de asma grave han aumentado o disminuido.

¿Cuáles son los principales síntomas?

“El asma grave tiene una importante repercusión en la calidad de vida del paciente”

Los pacientes tienen tos con frecuencia, secreciones, dificultades para expectorar, esputos pegajosos, dificultad respiratoria (disnea) y sensación de no poder llenar de aire los pulmones por tener los bronquios obstruidos. Estos síntomas pueden desarrollarse durante todo el día y por la noche. Suponen una limitación para la vida diaria, como al realizar ejercicio físico.

¿Se conocen sus causas?

Como ocurre con cualquier otra enfermedad, se saben algunos datos y desconocemos otros, como por qué determinados pacientes desarrollan la forma más grave de asma. Gracias a estudios genéticos, se ha detectado un factor de agregación familiar, es decir, en las familias donde una persona tiene asma grave, es probable que otro familiar tenga factores genéticos que predisponen a padecer esta enfermedad.

¿Los factores externos también inciden en su desarrollo?

“Una exposición a un alérgeno de manera continua puede provocar que el asma esté muy activo, sea grave y muy difícil de tratar”

Las personas expuestas a alérgenos de forma muy importante también pueden padecer asma ocupacional. Es el caso de panaderos, pintores o carpinteros, que están expuestos a sustancias muy potentes. Otras personas pueden sufrir asma grave porque en su casa están expuestas a alérgenos, como los gatos, una de las causas que desencadena un tipo de asma, en ocasiones, muy intenso. Esta exposición puede derivar en una situación en la que el asma esté muy activo, sea grave y, a menudo, muy difícil de tratar.

¿Cuáles son las consecuencias?

Un asma grave se desarrolla a la vez que todas las manifestaciones que afectan a la calidad de vida del paciente, que ingresa en el hospital, padece crisis, tiene que ir a urgencias, sufre limitaciones en el día a día y cansancio. Además, en el caso del adulto, tiene una importante repercusión en el ámbito laboral, mientras que en los niños afecta a la escolarización. Son rasgos típicos de cualquier enfermo grave.

¿Puede causar la muerte?

Es poco frecuente y, cuando ocurre, se debe a errores en la medicación, porque la persona no se ha tratado o porque no ha seguido las pautas del tratamiento prescrito. Si se hace correctamente, mejora la calidad de vida de la persona asmática y la muerte es un hecho excepcional.

¿Se ha desarrollado algún nuevo tratamiento que haya mejorado la calidad de vida de estos pacientes?

“El anticuerpo monoclonal adalimumab bloquea la inmunoglobulina que participa en las reacciones alérgicas”

Desde hace cuatro años se utiliza adalimumab, que pertenece al grupo de los denominados tratamientos biológicos. Es un anticuerpo monoclonal desarrollado para bloquear una inmunoglobulina, la IgE, una sustancia que produce el organismo para reconocer los anticuerpos y que actúa de defensa frente a las infecciones. Esta inmunoglobulina participa en las reacciones alérgicas y, en general, tiene un papel clave en pacientes de origen alérgico. Si se bloquea la IgE en enfermos con asma grave que no responden a los tratamientos combinados, se consigue cambiar su evolución y mejoran de forma sustancial. El nuevo tratamiento tiene una gran eficacia para pacientes asmáticos graves.

¿Ya se aplica en la práctica clínica?

Sí, aunque el tratamiento es caro y hay que seleccionar muy bien a los pacientes que necesitan recibirlo. No se administra a todos los asmáticos graves, hay unas limitaciones en la selección. En general, la experiencia clínica apunta que tiene muy buena respuesta en tres de cada cuatro pacientes. Estos resultados son muy buenos.

Pero tendrá algún efecto secundario, como todos los tratamientos.

“La mayoría de los tratamientos que están en fase de estudio y que tienen la posibilidad de integrarse en el mercado serán biológicos”

Los inconvenientes del tratamiento son pocos si se comparan con sus efectos beneficiosos y los riesgos potenciales de tener asma grave. Se administra cada tres o cuatro semanas por vía subcutánea, en un centro de salud o en un hospital. En algunos casos, se han detectado algunas reacciones alérgicas, aunque con una frecuencia muy baja, son excepcionales. A pesar de que algunos pacientes sienten cierto malestar, sensación de cansancio o dolor muscular, en general, el tratamiento se tolera bien y hay pocas reacciones adversas. Los beneficios superan el riesgo de estos pacientes y los problemas de intolerancia.

¿Qué augura respecto al futuro de estos pacientes? ¿Se investigan otras terapias?

A pesar de que este fármaco supone un paso adelante, también es importante investigar medicamentos útiles para pacientes asmáticos en fases avanzadas, donde los resultados no son muy buenos. Para este grupo de pacientes, se estudian entre cuatro y cinco fármacos.

¿Y todos serán biológicos?

La mayoría de los tratamientos que están en fase de estudio y que tienen la posibilidad de llegar al mercado serán biológicos.

UN DIAGNÓSTICO DIFÍCIL
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Imagen: isafmedia

La primera Universidad del Asma Grave de Sevilla, que se ha celebrado en la capital andaluza, ha sido una reunión académico-científica -de ahí su nombre-, que ha reunido a un destacado grupo de expertos en esta enfermedad respiratoria. Se ha debatido sobre su diagnóstico, ya que no siempre es sencillo, así como sobre su evolución y tratamiento.

César Picado, director del evento, expone que para llegar al diagnóstico del asma grave, los especialistas tienen que descartar antes todos los factores que pueden influir en un empeoramiento del asma, tales como que el paciente no se haya tratado bien, la exposición a ciertos alérgenos que intensifican la patología, enfermedades asociadas (comorbilidades), ciertos factores psicosociales o el desarrollo de bronquiectasia, bronquitis, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o enfisema. Sólo cuando se han descartado todos estos factores y el asma persiste, pero a pesar del tratamiento no se controla, se puede hablar de que una persona padece asma grave.

Además, con el tiempo, el nivel de asma puede fluctuar de moderado a grave y al revés. “No tiene la misma intensidad a lo largo de los años. La enfermedad puede ser grave, pero si se controla puede ser moderada. Sin embargo, si una persona tiene un gato en casa, el asma que padece se puede transformar en una patología complicada. Por lo tanto, su clasificación se modifica en el tiempo”, explica Picado.

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