La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN España), presente en 31 países europeos y asesora de todos los partidos políticos en temas de pobreza y exclusión social, dio a conocer la semana pasada el VI Informe sobre el Estado de la Pobreza que revela que en España 13.334.573 personas son pobres. Su responsable en Asuntos Europeos, Graciela Malgesini, señala que “estas cifras son muy altas”, por lo que “es un problema que habría que abordar en un pacto de Estado”. Esta investigadora argentina vinculada a EAPN desde hace 13 años destaca que “el 50% de los hogares monoparentales encabezados en su mayoría por mujeres están en situación de riesgo de exclusión social”. Malgesini, que decidió trabajar en el sector social para cambiar las cosas y no solo estudiarlas, advierte de que “hay aspectos visibles que hablan de la pobreza en nuestro país, como tener una alimentación insuficiente, vivir hacinados y no poder comprar medicinas ni encender la calefacción”.
“La tasa AROPE es del 28,6%, es decir, que más de 13 millones de personas son pobres en España”
Hay aspectos visibles que hablan de la pobreza en nuestro país. Pobreza es tener una alimentación insuficiente (no poder comer o cenar), tener una dieta pobre en nutrientes; no poder hacer los tratamientos médicos adecuados porque no se pueden comprar medicinas; niños que no pueden cursar sus estudios porque no tienen para pagar los libros del colegio o no pueden acudir a ninguna actividad extraescolar… También hay que tener en cuenta la cantidad de personas que viven en situación de sinhogarismo y no solo que vivan en la calle, sino la realidad de tres o cuatro familias hacinadas en una casa sin ningún tipo de intimidad. La casuística es enorme, desde la abuela que vive sola y ha de decidir si compra las medicinas o enciende la calefacción, hasta la familia con cinco hijos que vive con la renta mínima que cobra de su comunidad autónoma.
La tasa AROPE es del 28,6%, es decir, casi 3 de cada 10 personas son pobres en España: 13.334.573 personas. Esta tasa tiene en cuenta tres indicadores: la pobreza relativa, la privación material severa y la baja intensidad de trabajo en el hogar. En este momento, la pobreza relativa (de acuerdo al umbral de renta estatal) afecta al 22,1% de la población, un porcentaje que equivale a 10.383.238 personas. En España hay 3,5 millones de personas que se encuentran en situación de pobreza severa con ingresos inferiores a los 4.000 euros al año, unos 330 euros al mes.
“Casi tres millones de personas no tienen acceso a determinados bienes y servicios que se consideran fundamentales”
La tasa de privación material severa afecta a 2.993.365 personas y ha crecido del 4,5% (en 2009) al 6,4% (en 2015). Son personas que no tienen acceso a determinados bienes y servicios que se consideran fundamentales. Si no se cumplen al menos cuatro de los nueve ítems que describen esta tasa, la persona se encuentra en situación de privación material. Entre estos ítems están: no poder afrontar un imprevisto superior a 650 euros, tener retrasos en el pago de la vivienda, no poder irse de vacaciones una vez al año, no poder poner la calefacción, no poder comer proteínas al menos dos veces a la semana o no tener lavadora o televisión.
Hay hogares con baja intensidad de trabajo, es decir, el número de meses trabajados por todos los miembros del hogar es mínimo con respecto al total de meses que podrían trabajar. Estamos hablando del 15,4% de la población de entre 0 y 59 años, 5.473.846 personas que viven en hogares con muy poco empleo. En Europa ese valor es del 11% porque España aporta una gran alta tasa de desempleo. Durante el último semestre el paro en Europa ha bajado, salvo en países como España, Portugal, Grecia, Italia y los países del este.
“La OIT ha recomendado al Gobierno de España que aumente el salario mínimo”
Los salarios se han ido depreciando con respecto al resto de rentas, han perdido gran capacidad de compra en el último periodo de la crisis. Y sobre todo se debe a que el salario mínimo está en el umbral de la pobreza. Así que, a poco que ganes el salario mínimo y haya dos miembros en la familia, ya estás en el umbral de la pobreza. Por esa razón la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha recomendado al Gobierno de España que, de cara a su mercado interno, aumente el salario mínimo y en general los sueldos de los españoles. Con medidas más expansivas y redistributivas se puede generar más crecimiento económico y, a su vez, más cohesión social.
En España es de siete veces. Aun así diría que es más porque los datos que nosotros hemos utilizado para hacer el informe son los de la Encuesta de Condiciones de Vida que el Instituto Nacional de Estadística (INE) no publica. Estos datos tienen unos déficits y es que no recogen a la población más marginal. Las personas sin hogar no responden porque es un sondeo que se hace en la vivienda. Por tanto, hay 35.000 personas sin hogar que se quedan fuera de la encuesta. También dudo de que los ultraricos contesten. Los datos de desigualdad, es decir, ese siete que también maneja INE Eurostat, los podemos obtener de la desigualdad entre el 20% de la población con más ingresos y el 20% con menos ingresos. En la UE es de 5,2 veces. Pero creemos que es más, porque hay datos que revelan que el 10% más pobre tiene el 1,8% de toda la renta.
La tasa de desempleo es más alta en mujeres que en hombres y la tasa de actividad es más baja, es decir, que hay muchas más mujeres fuera del mercado de trabajo. Esto sucede porque existen varios factores discriminatorios con respecto a las mujeres con hijos y que dificulta su progreso en el mundo laboral. Muchas mujeres deciden sustraerse del mercado laboral y criar a sus hijos, porque los salarios bajos a los que pueden optar no les compensa el cuidado de los hijos. Al no haber políticas de protección infantil de 0 a 3 años ni prestaciones universales con hijos a cargo como hay en otros países europeos, la situación de la mujer es enormemente frágil, sobre todo en hogares monoparentales, en los que el 50% de ellos encabezados por mujeres están en situación de riesgo de exclusión social. Las pensiones que tienen las mujeres también son más bajas, pues muchas de ellas han estado haciendo menos aportes o porque han vivido una diferencia de salario en torno al 18%. La brecha de las pensiones entre hombres y mujeres en Europa es del 39%. Los datos del informe pueden confundir, porque se mide la tasa de población activa y los que más empleados están son los hombres.
“En España deberían existir las prestaciones universales por hijos a cargo”
Otro año más el riesgo de pobreza y exclusión social afecta a más de 3 niños y niñas de cada 10. En España, como en otros países europeos, deberían existir las prestaciones universales por hijos a cargo que con niveles de renta bajos son extremadamente importantes. Son prestaciones dirigidas a cada niño. Lo que está sucediendo es que cada vez más personas dejan de tener hijos y la tasa de natalidad es la más baja de la historia: estamos en menos de 1,2 niños por hogar. Y las perspectivas no son muy halagüeñas, dado que la población inmigrante, que es la que más hijos tenía, ha emigrado a sus países. La protección social es un factor de estabilización de la economía.
“Pobreza solo genera más pobreza”
Dentro de la Estrategia Europea 2020, que se lanza en el año 2010, Europa se compromete a sacar de la pobreza a 20 millones de personas. Esta pobreza se mide de acuerdo al indicador sobre pobreza y exclusión social que conocemos como AROPE. El Gobierno de España en 2011 se comprometió a reducir hasta el 2020 entre un 1,4 y 1,5 millones de personas de cara al 2020. Hay que abordar este problema a nivel de un pacto de Estado, porque son cifras muy altas, y tratar la desigualdad de oportunidades de hoy y la del futuro. Pobreza solo genera más pobreza, así que es más rentable combatir los problemas sociales hoy que atajar las consecuencias en el futuro.
La Estrategia EU2020 puso en marcha un indicador específico denominado AROPE (At-Risk-Of Poverty and Exclusion) o tasa de riesgo de pobreza y exclusión social. El indicador complementa la medición de la pobreza, basada en lo monetario, con otros aspectos de exclusión. Tiene tres subindicadores:
- La pobreza relativa. Tiene relación con el dinero que tiene la persona. Las cifras que se dan con respecto a la pobreza relativa consideran a aquella población cuyas rentas están por debajo de un umbral que se fija en el 60% de la mediana de la renta estatal. También se estima pobreza relativa porque el umbral varía. Si todos nos volvemos más pobres, el umbral baja.
- La privación material severa. Tiene relación con la capacidad de una persona para hacer frente a los gastos en su vida. Para medirse tiene en cuenta un conjunto de nueve ítems, como llegar a fin de mes con dificultad, media dificultad o baja dificultad; otro ítem sería poder afrontar un imprevisto no superior a 650 euros.
- Los hogares con baja intensidad de trabajo (BITH). La intensidad de trabajo por hogar se define como la relación entre el número de meses trabajados efectivamente por todos los miembros del hogar y el número total de meses que, en teoría, podrían trabajar como máximo todas las personas en edad de trabajar del hogar.
