Diferentes ONG y otros organismos imparten cursos específicos para mayores. Son una manera de ayudarles a mantenerse activos mientras aprenden tareas prácticas, ocupan el tiempo de ocio o reciben formación educativa o para ejercer como voluntarios. La Guía de Mayores de EROSKI CONSUMER también da pistas para potenciar la autonomía de las personas dependientes, una práctica que ayuda a su vez a mejorar la autoestima.
Imagen: Michael Wade
Organizaciones no gubernamentales (ONG) e instituciones locales organizan talleres para los ciudadanos mayores. Son un modo de ayudarles a mantenerse activos y mejorar su calidad de vida con la adquisición de conocimientos relacionados con tareas cotidianas. Cruz Roja desarrolla programas de promoción del envejecimiento saludable que, entre otras cosas, suponen la instrucción en el uso del ordenador o de los teléfonos móviles, el cultivo de pequeñas parcelas agrícolas o el fomento de la autoayuda en enfermos crónicos. Organiza diversas actividades que actúan en un plano físico, anímico o social para fomentar hábitos saludables y consolidar la autonomía de sus usuarios.
Los talleres para mayores son un modo de ayudarles a mantenerse activos y mejorar su calidad de vida
En varias localidades de la provincia de Cáceres se han impartido ya varios talleres para aprender a utilizar un teléfono móvil. Estos se dirigen a personas mayores u otras que tienen dificultades en el manejo de este dispositivo. Se pretende que sepan utilizarlo ante una emergencia, por lo que, además de destacar sus posibilidades para comunicarse, en el curso se aprenden las aplicaciones sociales y sanitarias de estos aparatos. Además, el pasado mes de mayo se puso en marcha «Mayores Promotores Ambientales», un proyecto que ha permitido a los mayores actuar en la prevención de la contaminación, la lucha contra el cambio climático y el ahorro de recursos.
Desde CEOMA también se da la oportunidad de aprender a usar las nuevas tecnologías. Se intenta que Internet y el correo electrónico no tengan secretos y, para ello, se imparten talleres e, incluso, se entrega un diploma al final del curso. Los participantes aprenden a navegar en la Red, buscar información que les interesa o enviar un mail a sus familiares o amigos. Cada taller se organiza con un máximo de nueve personas y el coste de la matrícula es de 20 euros.
Otra entidad que se centra en las personas mayores es ASFEM. En Lugo, completa la oferta de cursos y talleres para mayores con multitud de propuestas. Además de contar con una «ciberaula», propone tomar parte en actividades socioculturales y otras relacionadas con el voluntariado activo. El objetivo es conseguir que los mayores ocupen su tiempo libre con tareas prácticas y divertidas, evitar la exclusión social y la soledad, mejorar su formación y facilitar el acceso a las nuevas tecnologías.
Por su parte, UDP desarrolla acciones en el ámbito rural, más propicio al aislamiento debido a su localización y la marcha de las personas jóvenes a las ciudades. Sus propuestas pretenden «fomentar el envejecimiento activo y saludable». Por ello, desde 2002, impulsa el programa de «Integración y animación de mayores en el ámbito rural» en localidades con menos de 2.000 habitantes. «Por su parte, cada asociación organiza multitud de jornadas, talleres y actividades de diversa índole que buscan mantener activas y participativas a las personas mayores», añade la organización. A esta propuesta se añaden otras, como la escuela permanente de formación Mayores Activos UDP, programas de termalismo social, un concurso literario anual o «Tienes una historia que contar», una iniciativa que pone en contacto a estudiantes universitarios con mayores de centros residenciales a quienes entrevistan «para rescatar experiencias de particular interés».
Fomentar la autonomía
La Comunidad de Madrid propone a las personas mayores de 65 años precios especiales para acudir al cine (1 euro, los martes), aulas informáticas, actividades de senderismo, diversas acciones en centros de mayores para fomentar la solidaridad y cooperación intergeneracional o la tradicional educación para adultos. También es posible, en los centros de mayores, tomar parte en actividades de voluntariado. Una de las iniciativas son los Grupos de Artistas Voluntarios, que actúan en residencias, centros de mayores, ocupacionales y de atención a personas con discapacidad, que han editado una Guía propia de Artistas Mayores.
Otra opción para los mayores que sean socios de los centros es convertirse en monitores de pintura, baile, música o idiomas, siempre que tengan conocimientos en estas materias, o bien pueden acompañar a otros mayores en situación de soledad o dependencia o recibir formación para ser voluntarios. Además, a través del programa «Mayores europeos», quienes estudian un idioma extranjero puede participar en intercambios culturales entre personas mayores de la Unión Europea.
Para los seguidores de las tendencias textiles, el Museo del traje da la oportunidad de recordar, todos los miércoles, los trajes de moda desde 1939 a 1959. Este taller se dirige a mayores de 65 años, que pueden acudir solos o en grupos formados, como máximo, por 12 personas.
Las virtudes del teatro para las personas mayores son varias. Supone una opción de entretenimiento, pero sobre todo fomenta las relaciones sociales. La Universidad Permanente de Alicante organizó a principios del año pasado el I Certamen nacional de teatro dirigido a grupos vinculados a programas universitarios para mayores (PUPM). Su finalidad fue favorecer el intercambio y movilidad de los grupos de teatro respecto a los alumnos de las universidades de mayores y fomentar las relaciones intergeneracionales, puesto que el certamen se celebró con asistencia gratuita para animar a todos los ciudadanos, de cualquier edad, a acudir como público.
Otra de las experiencias que apuesta por la reunión de jóvenes y mayores es “Crecer con arte. Talleres artísticos intergeneracionales“, puesta en marcha por la Asociación de Universidades Populares de Extremadura (AUPEX) para que niños y mayores compartan experiencias a través del arte. El objetivo es favorecer las relaciones interpersonales, reforzar la autoestima y propiciar la creatividad, la imaginación y la expresión. En los talleres participan abuelos, padres e hijos de una misma familia.