Los voluntarios son una pieza fundamental de cualquier organización. Por este motivo, cada vez se les valora más y se piensa más en ellos para combatir la actual situación de crisis y sus consecuencias. Los usuarios de las organizaciones que ayudan en la búsqueda de empleo o los comedores sociales son algunas de las entidades que han registrado un mayor aumento en los últimos años respecto al número de personas a quienes prestan ayudar. La conciencia social de los voluntarios es estratégica para afrontar esta situación y supone una capacidad transformadora muy necesaria en la actualidad.
La crisis implica nuevas oportunidades y retos para el voluntariado. El aumento de los usuarios de ciertas entidades ha puesto de relieve nuevas necesidades hacia las cuales conviene dirigir los esfuerzos. Los voluntarios son una gran ayuda para las organizaciones, que pueden aprovechar este recurso para combatir los efectos de la pobreza en época de crisis. Así lo ha constatado el Grupo de Entidades Estatales de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión social en España (EAPN-ES), que acaba de publicar «Foro de debate I: Pobreza y Voluntariado«. El trabajo ha contado con Cáritas Española como promotora.
Voluntariado y crisis
Los voluntarios son «un elemento central y dinamizador de la acción social de la ciudadanía». Por ello, EAPN en España aboga por un voluntariado «más comprometido y transformador, que contribuya al cambio social y que ayude a afrontar el rigor de los recortes sociales que sufren las personas más vulnerables».
Los voluntarios contribuyen al cambio social y ayudan a afrontar los recortes sociales de las personas más vulnerables
La crisis ha supuesto cambios. Cientos de personas que hasta ahora no habían necesitado ayuda han comenzado a acudir a comedores sociales o han solicitado a las ONG colaboración para buscar un empleo o cubrir nuevas necesidades materiales. El momento actual requiere una reflexión y desde EAPN se ha llevado a cabo mediante la citada publicación. Este documento servirá de base para la celebración de diversos seminarios en diferentes comunidades autónomas, donde se difundirán los retos y visiones del voluntariado participativo, según explica la entidad.
En 2010, la cuarta parte de los ciudadanos españoles se encontraba en riesgo de pobreza y exclusión, un millón más que al año anterior. Este hecho, unido a un gasto insuficiente en protección social, ha alertado sobre la necesidad de esforzarse más en luchar contra la exclusión y la desigualdad.
El miedo a que estas tendencias se agraven debido a que «no se prevé una recuperación económica ni del empleo a corto plazo y determinadas medidas de apoyo social se agotan», tal como se recoge en el citado informe, lleva a mirar a los voluntarios para que presten su ayuda en los servicios donde más se necesita.
Cómo pueden los voluntarios combatir la pobreza
El compromiso de los voluntarios es uno de los aspectos más valorados. Se apela a él para combatir la exclusión social, así como a la responsabilidad de las personas para «atendernos y apoyarnos unas a otras». La búsqueda de una sociedad más justa y solidaria «debe guiar e inspirar las acciones voluntarias», se considera. El objetivo es un voluntariado «más comprometido y transformador», frente al voluntariado paliativo de la actualidad.
El papel de los voluntarios ha de ser más activo todavía, para que contribuyan a «identificar y delatar a quienes tienen responsabilidad sobre las causas que ocasionan» los problemas, además de ayudar a superarlos. «Ser voluntario hoy conlleva recordar a los poderes públicos que es imprescindible contar con una protección social adecuada, que garantice el bienestar de todas las personas y la dignidad de vida para todas ellas», se destaca.
Respecto a los ámbitos donde desempeñar sus tareas, de los voluntarios se espera una mayor movilización y sensibilización para animar a otros ciudadanos a colaborar. Además, ellos tienen la oportunidad de colaborar con grupos concretos, como las personas inmigrantes, que requieren más atención para lograr su integración social, o las personas sin hogar, quienes se encuentran en albergues o acuden a comedores sociales.
En lugar de resignarse a la pobreza, los voluntarios han de «pregonar que la dignidad y el bienestar de las personas es una aspiración irrenunciable, más en tiempos de crisis. En su mano está reclamar el cumplimiento de los derechos fundamentales de todas las personas.
Nunca se debe facilitar que los voluntarios sustituyan a empleados o que se distinga entre profesionales y voluntarios. «Hay profesionales asalariados y hay profesionales no asalariados», recuerda la EAPN. Del mismo modo, no se puede exigir como contraprestación a las personas perceptoras de rentas mínimas que trabajen como voluntarias, añade.
Los voluntarios han de atender las necesidades sociales, que no siempre coinciden con las necesidades de las ONG.
Numerosas ONG combaten en la actualidad las causas y consecuencias de la pobreza y la exclusión social. Los ciudadanos interesados pueden colaborar con estas organizaciones para ayudar a lograr sus fines:
Cáritas. Entre otros, lleva a cabo programas de desarrollo social, acogida, atención primaria y atención de base a personas en situaciones de exclusión y vulnerabilidad. Esta red de apoyo está compuesta por más de 5.000 equipos de voluntarios.
Mita ONG. Los voluntarios realizan tareas de apoyo y asesoramiento empresarial, imparten talleres para mejorar las capacidades técnicas y administrativas de los emprendedores, desarrollan actividades administrativas y comunicativas y acciones de sensibilización puntuales.
Bancos de alimentos. Más de un millar de personas -la mayoría jubiladas o prejubiladas- colaboran con las entidades de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) y realizan tareas de captación, organización y distribución de alimentos, además de dirección, contabilidad, almacén, transporte y aprovisionamiento, apoyo jurídico o relaciones públicas, entre otras.
Fundación Balia por la Infancia. Cuenta con un programa de voluntariado para colaborar en tareas de apoyo escolar a menores, organización de otras actividades, reparto de meriendas, apoyo en las salidas lúdicas y participación y dinamización de talleres o impartición de cursos de iniciación a la informática, entre otras tareas.
CERMA. Los voluntarios participan en programas de visitas a hospitales, charlas de prevención en el consumo de drogas para jóvenes, actividades para la tercera edad o conferencias con padres.