Millones. Las niñas que se enfrentan cada día a situaciones de vulnerabilidad en todo el mundo son numerosas. Tantas, que el año pasado Naciones Unidas proclamó el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña para recordarlas y reclamar por ellas. Estas niñas son víctimas de abusos, esclavitud, falta de acceso a servicios básicos y otros tantos obstáculos para acudir a la escuela, jugar, disfrutar y, en definitiva, ser niñas. Las situaciones de discriminación que rodean a las pequeñas y la necesidad de facilitar su acceso a la educación son cuestiones clave que se recuerdan en este día y se pide no olvidar durante el resto del año.
Por qué un Día Internacional de la Niña
La ONG Plan lo reclamaba desde hace tiempo y Naciones Unidas lo aprobó el pasado año. Por primera vez, este 11 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña, una jornada para «recordar la discriminación y pobreza que sufren millones de niñas en el mundo«, pero también para pedir que se haga algo por evitarlo.
La vulnerabilidad envuelve a millones de pequeñas en todo el mundo y, aunque no se quiere caer en el dramatismo, las cifras no son para menos. Se las considera las más pobres entre los pobres, aquejadas por una doble discriminación de género y edad. «En muchos países las menores son dadas de lado en todas las facetas de sus vidas, desde la escuela al trabajo. Incluso en los peores casos ni siquiera se las deja nacer», subrayaba el año pasado la directora de Plan en España, Concha López, con motivo del anuncio de este Día.
Esta ONG ha sido una de las más activas en los intentos por conseguir la creación del Día Internacional de la Niña, desde que en 2007 lanzara la campaña «Por ser niña«. En la actualidad, esta iniciativa se lleva a cabo en 50 países en vías de desarrollo. Su objetivo es «reflejar la vulneración sistemática de los derechos de las jóvenes en los países en desarrollo» y, para ello, elabora cada año un informe sobre la situación de las niñas en el mundo.
Situaciones de discriminación entre las niñas
Cada día, las niñas son víctimas de situaciones de discriminación y desigualdad. Sus derechos se violan y su voz se pierde entre gritos de silencio. Plan advierte de que, en comparación con sus hermanos, las pequeñas tienen un mayor riesgo de malnutrición, hambre y enfermedades y menos posibilidades de acceso a la educación. Si hay que elegir entre los hijos, para estudiar o labrarse un futuro, la elección se decide en masculino.
Ellas son víctimas de «la combinación de pobreza y discriminación», violencia sexual, matrimonio temprano y perpetuación de estereotipos, alerta Plan, obligadas a cumplir con un rol que limita su trayectoria vital, sus anhelos y deseos. Las cifras que protagonizan las niñas desvelan que aún hay mucho trabajo por hacer.
1,5 millones de niñas están infectadas por el virus del VIH.
10 millones son obligadas a casarse antes de cumplir 12 años y algunas, con tan solo 5 años.
75 millones de niñas no acuden a la escuela.
100 millones de niñas no nacen cada año debido a la selección de género o aborto selectivo.
140 millones han sufrido mutilación genital femenina.
150 millones de niñas han sido víctimas de una violación u otra forma de violencia sexual.
El informe «El estado mundial de la infancia 2012«, de UNICEF, reconoce que las adolescentes y las mujeres «corren más riesgo de infectarse» por el VIH, «debido a la pobreza, que impulsa a muchas a dedicarse a las relaciones sexuales comerciales y las expone a una mayor incidencia de explotación sexual y relaciones sexuales forzadas». El mismo estudio detalla cómo «las niñas no solo carecen de privacidad cuando ya han empezado a menstruar, sino que corren el riesgo de ser víctimas de acoso o abuso sexual.
En cuanto a las niñas que trabajan en el servicio doméstico, un análisis realizado entre jóvenes de 9 a 17 años que habían sido víctimas de explotación sexual en las principales ciudades de la República Unida de Tanzania desveló que algunas menores contratadas como trabajadoras domésticas se vieron sometidas a abusos por parte de sus empleadores, mientras que «otras habían sido objeto de trata directamente con fines de prostitución o contratadas para este fin por muchachas en su misma situación«. Las niñas más vulnerables son quienes carecen de certificado de nacimiento, puesto que no están registradas y, en teoría, ni siquiera existen. El registro infantil es esencial para que los niños puedan probar su identidad y salir de una situación de invisibilidad.
En el marco de la campaña “Por ser niña”, Plan elabora cada año un informe sobre su situación en el mundo. La última edición se ha centrado en el acceso a la educación de las niñas y la calidad de la misma. Con el título “Aprender para la vida”, el documento detalla los obstáculos con los que se topan las pequeñas en el acceso a la educación, entre ellos, la violencia física y sexual en las escuelas.
La cifra de niñas que en la actualidad no acuden a la escuela asciende a 75 millones. Con motivo del Día Internacional de la Niña, Plan quiere llamar la atención sobre esta cantidad por suponer “una violación del derecho a la educación de las menores” y “una enorme pérdida de potencial humano y económico”.
El reto se sitúa en la educación secundaria, puesto que en primaria se ha alcanzado el 97% de paridad. La oportunidad de estudiar durante más años amplía las posibilidades de las niñas de encontrar un mejor empleo y tener un mejor futuro.
Naciones Unidas puso en marcha en el año 2000 la iniciativa UNGEI (United Nations Girls’ Education Initiative), a favor de la educación de las niñas. Su misión es conseguir la paridad en el acceso a educación primaria y secundaria para 2015. Esta acción se enmarca en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El pasado año, Entreculturas publicó también el informe “Las niñas a clase. Una cuestión de justicia“, cuyas conclusiones destacaban que, pese al reconocimiento universal del derecho a la educación, “este se vulnera en la práctica”, sobre todo entre las niñas y las mujeres, quienes “sufren fuertes discriminaciones que afectan a su acceso y permanencia en la enseñanza“.
Los ciudadanos interesados en colaborar en la mejora de la calidad de vida de las niñas pueden tomar parte en diversas campañas puestas en marcha por la ONG Plan.
Levanta la mano. Plan desarrolla esta iniciativa para reunir cuatro millones de fotos que muestren a otras tantas personas mientras levantan la mano. La idea es presentarlas ante el secretario general de las Naciones Unidas con la intención de pedir los esfuerzos necesarios para que cuatro millones de niñas en todo el mundo accedan a la educación. “Tener educación no es solo saber leer y escribir. Una niña necesita al menos nueve años de educación de calidad”, señala Concha López, la directora de Plan en España.
Por ser niña. Es posible ser socio de la campaña con una aportación de 10 euros al mes. Esta cantidad se destina a ayudar a las mujeres y las niñas “a salir del círculo de la pobreza”. También se puede colaborar con la adquisición de una beca de estudios para las niñas.