Durante la feria mundial de la telefonía móvil Mobile World Congress 2014 (MWC) celebrada en Barcelona la pasada semana, los fabricantes presentaron las novedades que lanzarán en los próximos meses. Los asistentes pudieron probar desde teléfonos de gama baja equipados con Android, a otros de máximo nivel, y precio, tanto basados en este sistema operativo como en Windows Phone 8 y BlackBerry. A ellos cabe sumar los dispositivos que ya hay en el mercado, en especial los iPhone de Apple, de modo que la oferta de terminales es más amplia que nunca. ¿Merece la pena cambiar de smartphone? Dependerá de las circunstancias de cada usuario. En este artículo se exponen seis razones por las que podría resultar interesante adquirir un móvil nuevo.
1. Pasarse a 4G
Los usuarios que vivan, o pasen mucho tiempo, en zonas con cobertura 4G/LTE podrían estar interesados en tener un smartphone con esta tecnología de acceso a las redes de Internet móvil. Aunque los anchos de banda que se ofrecen no son todavía los máximos técnicos -se pasa de unos siete megabits por segundo (mbps) a 20 mbps-, la mejora puede resultar significativa para quienes utilicen la conexión móvil de modo intensivo.
Todos los nuevos teléfonos de gama alta presentados en el MWC de Barcelona poseen conectividad 4G
En general, todos los próximos teléfonos de gama alta poseen esta conectividad; también los iPhone 5, 5S y 5C, así como la gama Galaxy S de Samsung o la Xperia Z de Sony. Si no se quiere pagar grandes precios (la media de estos smartphones está en los 600 euros), se puede optar por marcas chinas como Huawei, que presentó en la feria su modelo Ascend G6, que valdrá 260 euros y se lanzará a partir de abril.
2. Cambiar de sistema operativo
Si nuestro móvil utiliza un sistema operativo que no nos satisface, el único modo de quitárnoslo de encima es mediante un cambio de teléfono. Esta operación es un tanto asimétrica si el sistema que no nos satisface es Android, pues es el mayoritario y, por tanto, el que contempla las ofertas con mejor precio. Pasarnos al sistema iOS de Apple puede costarnos el doble de lo que pagamos por el antiguo móvil.
Sin embargo, en el caso de que deseemos dejar el sistema de Apple y probar con un smartphone basado en Android, contaremos con muchos modelos que nos pueden satisfacer. Nokia acaba de lanzar su familia de móviles X y XL que funcionan con este sistema operativo y que costarán entre 90 y 110 euros. No son los únicos teléfonos con buena relación de calidad y precio en el ámbito Android, por lo que conviene estudiar bien el mercado de la gama media antes de escoger.
Otras alternativas nada desechables son los sistemas BlackBerry y Windows Phone 8, aunque la oferta es mucho menos amplia, y los precios, elevados.
3. El smartphone se nos ha quedado obsoleto
No es en absoluto infrecuente que, al cabo de unos años, aquel teléfono que cuando lo compramos iba como un cohete ahora se demore una eternidad en abrir las aplicaciones y realizar la más nimia operación. Hay en ello una parte importante de obsolescencia funcional, debido a la velocidad a la que se actualizan los sistemas operativos y se mejoran las tecnologías en este sector.
Ya no solo queremos el móvil para llamar por teléfono y navegar
En general, con cada nueva mejora técnica emerge una demanda en el mercado de incorporarla a los nuevos teléfonos. De este modo, si los fabricantes quieren mantener el nivel de ventas en un sector tan competitivo como el de los móviles, deben satisfacer la demanda y optimizar los modelos, lo que obliga a ajustar los sistemas operativos a las mejoras. A su vez, el ecosistema de aplicaciones también se ve obligado a lanzar una versión actualizada.
Los principales damnificados de estos ajustes, o actualizaciones, son los poseedores de modelos anteriores de una determinada gama, que ven cómo en sus móviles se instalan sistemas cada vez más exigentes con las capacidades del procesador. Un iPhone 4 se ve muy exigido por iOS 7, y también los primeros modelos de la gama Galaxy S con las actuales versiones de Android. Por lo tanto, ante la perspectiva de quedarnos desfasados, tal vez sea buena idea modernizar el móvil.
4. Buscamos más potencia de procesador
Una de las novedades del MWC ha sido la consola portátil de Samsung S Console, que saldrá a la venta en los próximos meses y para la que ya se pueden diseñar videojuegos. Esta miniconsola, que va unida al Galaxy S4 o al nuevo S5, vía Bluetooth, tiene grandes exigencias de procesado y es un ejemplo del creciente peso que tienen los chips en los móviles; y no solo para realizar funciones muy exigentes, también para evitar la obsolescencia.
Ya no solo queremos el móvil para llamar por teléfono, ni siquiera para navegar; queremos poder ver vídeos, jugar a potentes videojuegos, usarlo como GPS en el coche, grabar vídeos en ultra alta definición o hacer fotografías panorámicas de gran detalle. Para todas estas funciones, y muchas más, necesitamos una creciente potencia de procesador que tal vez nuestro móvil no tenga.
5. Deseamos pantallas más grandes y de mejor resolución
Entre las apuestas fuertes de los fabricantes, en especial los asiáticos, han estado en el MWC los phablets, un híbrido entre el ordenador y la tableta que busca el público que quiere ver vídeos en las pantallas o leer las noticias con comodidad e, incluso, libros. Estos dispositivos son cada vez más ligeros y tienen mejor definición de pantalla, por lo que se convierten en una opción interesante para el usuario medio.
Entre las apuestas principales de los fabricantes este año están los phablets
Por otro lado, los nuevos modelos Samsung Galaxy S5 y Xperia Z2 de Sony superan las cinco pulgadas -el iPhone 5 tiene solo cuatro-, y el móvil curvado G Flex de LG -también presentado en el MWC- alcanza las seis, en lo que parece ser una tendencia mayoritaria en el mercado.
Por lo tanto, si estamos entre los usuarios a quienes les gusta usar el móvil como pequeña pantalla, o no tanto, de lectura o entretenimiento, no nos podremos quejar de falta de oferta.
6. Queremos usar el móvil también como cámara de vídeo y fotográfica
Cada vez es más frecuente utilizar el teléfono como cámara de vídeo o fotográfica, de modo que el auge de los móviles con buenas capacidades ópticas ha llegado a poner en peligro la industria de las cámaras compactas, de las que viven empresas como Nikon o Canon. Por lo tanto, buscar un móvil que a la vez nos haga de cámara fotográfica y de vídeo es una buena idea. Incluso, dadas las novedades ópticas presentadas en modelos como el Xperia Z2 o el G Flex -ambos capaces de grabar vídeos en ultra alta definición– puede ser interesante desde el punto de vista económico.