Los niños tienen acceso a la tecnología cada vez a una edad más temprana. Lo confirman estudios como el informe Faros del Hospital de Sant Joan de Déu (Barcelona) con datos que relevan que un 72% de los menores de ocho años la usan de manera habitual. Y aunque es un tema que genera mucha controversia, también los pequeños pueden beneficiarse de ella, si se hace de la forma adecuada. Para ello, existen numerosos proyectos de todo tipo dedicados a los usuarios más jóvenes, desde ordenadores pensados para niños hasta pulseras o robots que se pueden programar para jugar con ellos. En este artículo se repasan algunos de estos proyectos tecnológicos para los más pequeños de la casa.
¿Tecnología para niños? Sí, pero con responsabilidad
La relación de los niños con la tecnología no está exenta de polémica. Aunque la adicción a los móviles e Internet no ha sido probada como desorden mental, todavía hay mucha gente que desconfía al dejar que sus hijos se acerquen a la tecnología. Pero, como en muchas otras cosas de la vida, de lo que se trata es de hacer un uso responsable de ella, sin excesos y con actividades apropiadas para la edad de los pequeños.
Este es el fin con el que nacen los proyectos que se enumeran a continuación: actividades relacionadas con tecnología, programación y robótica, diseñadas especialmente para ser del interés de los niños, planeadas para involucrar también a los padres y por completo centradas en el aprendizaje a través del juego.
Estos proyectos permiten que los menores se familiaricen con temas como el manejo de un ordenador o los conceptos básicos de la programación, que pueden serles de gran ayuda en su futuro laboral. Y todo ello mientras se divierten. Además, este tipo de iniciativas son muy importantes en el caso de las niñas, ya que su presencia en carreras universitarias técnicas y puestos de trabajo relacionados con la tecnología es todavía bastante reducida.
Kano Kit: un ordenador que los niños pueden montar y usar
Uno de los proyectos más útiles para que los niños aprendan a usar un ordenador es Kano Kit. Basado en Raspberry Pi, es un pequeño equipo informático creado para utilizar en entornos educativos.
Incluye todo lo necesario para montar un ordenador de cero de forma muy sencilla; de hecho, este montaje será lo primero que tenga que hacer el menor al sacarlo del embalaje: la propia Rasperry Pi, la caja donde meterla, teclado, altavoz, adaptador wifi… y hasta pegatinas para decorarlo todo.
Una vez en marcha, el Kano Kit incorpora el sistema operativo Kano OS, un sistema orientado a los más pequeños con tutoriales para hacer música, juegos y más. También podrán conectarse a Internet para ver sus dibujos animados favoritos en YouTube o jugar a Minecraft.
El Kano Kit se puede adquirir a través de Internet en la web oficial del proyecto por 150 euros. El precio incluye el kit completo, con todos los elementos necesarios para montarlo y empezar a disfrutarlo en pocos minutos.
Mirorobots, Vortex y Kamigami: robots programables
Los robots son quizás el tipo de proyecto tecnológico enfocado a niños que se encuentra con mayor frecuencia, dada su versatilidad y su relación con personajes de cómics y películas que ellos ya conocen.
Un ejemplo es Mirobot, un pequeño autómata que el menor puede construir con facilidad, ya que sus piezas encajan unas con otras gracias a una serie de muescas y solo hace falta un tornillo para asegurar todo el montaje. Se vende en un pack completo por unos 47 euros. Una vez construido, Mirobot se puede programar siguiendo unas sencillas instrucciones a través de un navegador web. Su principal cometido es hacer dibujos sobre papel gracias a un hueco especial en su estructura donde encajar un bolígrafo, pero puede ampliarse a otros lenguajes de programación y otras funciones a medida que el niño va aprendiendo.
Otro robot similar es Vortex, un pequeño vehículo robótico que puede controlarse desde el móvil gracias a una conexión Bluetooth. El robot incorpora algunos juegos y está dotado de sensores infrarrojos que le dejan moverse y esquivar obstáculos. Pero más allá de eso, Vortex permite modificar los juegos existentes o crear algunos nuevos, gracias a su propia aplicación para tableta, con una interfaz muy clara y fácil de usar. Los Vortex están a la venta por un precio de 68 euros.
Por último, uno de los últimos proyectos de robots programables para menores que han visto la luz son los Kamigami, unas curiosas criaturas que imitan el aspecto y el movimiento de un insecto. Igual que con Mirobot, el primer paso antes de empezar a jugar con los Kamigami es montarlo. Se puede hacer sin herramientas, ya que está fabricado con piezas que encajan entre sí. Luego, su app permite programarlos para diferentes juegos y actividades de forma muy sencilla. Estos insectos-robot todavía buscan financiación a través de la plataforma Kickstarter para hacerse realidad, así que cualquiera que esté interesado puede contribuir al proyecto y hacerse con uno por unos 44 euros.
Jewelbots: pulseras tecnológicas para niños
Los juguetes que animan a los más pequeños a iniciarse en el mundo de la tecnología, la robótica y la programación son especialmente importantes en el caso de las niñas, ya que las mujeres suelen estar en minoría en las disciplinas de tipo técnico.
Un buen ejemplo de este tipo de proyectos son las Jewelbots, unas coloridas pulseras que, además de quedar muy bien en la muñeca de cualquier chica, se comunican con una aplicación de móvil y se pueden programar para realizar diferentes funciones.
Las posibilidades de las Jewelbots van desde iluminarse o vibrar cuando una amiga está cerca, hasta recibir las notificaciones del móvil, ver información sobre el tiempo o enviar notificaciones a los padres. Todo depende de la imaginación de la niña y de sus conocimientos de programación.
Las Jewelbots han cerrado con éxito su ronda de financiación y se tiene previsto su lanzamiento para marzo de 2016. Su precio ronda los 53 euros.
- Siga en Twitter a la autora del artículo, Elena Santos @chicageek.
No solo no hay nada malo en que los niños se familiaricen con la tecnología desde una edad temprana -con un uso sensato y responsable, claro está-, sino que además ésta se puede convertir en un juego donde los pequeños se divierten y aprenden cosas.
Construyendo robots, montando un ordenador por sí mismos o programando una pulsera para comunicarse con sus amigos, los menores desarrollan numerosas habilidades y capacidades: se ponen a prueba con nuevos retos, aprenden cómo funcionan las cosas, resuelven problemas, se motivan para completar proyectos, aprenden a trabajar en equipo y a colaborar con otras personas… y, sobre todo, se divierten.