Una sentencia judicial emitida en marzo por un juez estadounidense aceptaba una petición de la RIAA (entidad de gestión de derechos norteamericana) y determinaba que los impuestos que se pagan actualmente por emitir música con Copyright en las radios online sitas en territorio americano debían cambiar de formato e incrementarse de 300 a 1.200 veces. La intención es que no sólo los autores cobren derechos; también las discográficas pasan a considerarse autoras del soporte y por tanto deben ser retribuidas. La sentencia fue apelada por la Digital Media Association (DiMA), que representa a las radios, pero el pasado lunes los tres jueces del Consejo Regulador de las Tasas por Derechos de Autor (‘US Copyright Royalty Board’) desestimaron la apelación.
Sólo el cálculo del incremento correspondiente al año pasado arroja cifras millonarias que, según Jonathan Potter, «llevarán a la inmensa mayoría de las emisoras a la banca rota»
Los jueces del Consejo, sin embargo, reconocieron el derecho de las emisoras a decidir el formato de pago de impuestos que adopten. Mientras la sentencia de marzo (en PDF) determinaba que el pago debería ser por canción, la mayoría de radios utilizan la fórmula de pago por hora de emisión.
Pero aparte de esto, el Consejo deja claro que la forma de pago final debe ajustarse a un aumento de 0,08 céntimos de dólar por canción emitida, una tasa que además se aplicará con carácter retroactivo sobre 2006. Sólo el cálculo del incremento correspondiente al año pasado arroja cifras millonarias que, según Jonathan Potter, director ejecutivo de la DiMA, «llevarán a la inmensa mayoría de las emisoras a la banca rota».
Potter cita no sólo a radios como LastFM.com o Pandora, sino también a las radios de Yahoo! (Launch), Microsoft (MSN Radio) y America OnLine, mucho más potentes. A todas ellas ha representado hasta la fecha la DiMA. Tras la sentencia se ha formado una nueva asociación ‘de emergencia’ llamada SafeNetRadio, que pretende implicar a los usuarios y crear un ‘lobbie’ de presión sobre los congresistas.
Por si el carácter retroactivo de la tasa fuera poco, la sentencia prevé que este aumento crezca a 0.19 céntimos por canción en 2010, lo que supone un incremento anual de la tasa del 30%, aparte de que se fija un mínimo de 500 dólares como pago mensual fijo por emitir. Con estas condiciones, las radios por Internet pasarán a pagar el triple de lo que pagan en tasas las radios por satélite, muy populares en Estados Unidos.
Malo para todos
Según el analista tecnológico Phil Leigh, «las radios tradicionales nunca han pagado tasas a las discográficas por emitir la música contenida en los vinilos y CD’s (sí a los autores), cosa que éstas últimas siempre han considerado injusta; desde que emergieron las emisoras online las discográficas se han mostrado ansiosas por hacer valer sus supuestos derechos».
La sentencia, lejos de otorgar a las discográficas la gallina de los huevos de oro, estaría matando al huevo antes de que naciera la gallina
Pero Leigh matiza que «la consolidación de las emisoras por Internet en realidad no ha llegado a producirse», por lo que la sentencia, lejos de otorgar a las discográficas la gallina de los huevos de oro, estaría matando al huevo antes de que naciera la gallina.
En este sentido Leigh vaticina no sólo el seguro final de las radios online en territorio estadounidense, sino también un duro golpe para la propia industria discográfica. Muchos analistas coinciden con Leigh en pensar que en realidad la industria se ha disparado un tiro en el pie, puesto que ha perdido un tejido de promoción de su material que le iba a ser imprescindible en el futuro.
Jonathan Potter destaca el hecho de que la industria discográfica «pierde el 20% de sus ventas por año» y asegura que está tan desesperada que se expolia a sí misma sin darse cuenta de que todos los agentes (radios, autores y discográficas) navegan en el mismo barco.
Tal como relata Tim Westergren, fundador de Pandora, en un desesperado mail enviado a los usuarios de esta radio: «No estoy diciendo que no haya que pagar tasas por los derechos de autor; yo mismo he sido músico profesional y entiendo perfectamente lo difícil que es encarar los cambios que las tecnologías están produciendo, pero el nuevo impuesto hace prácticamente inviable que de cara al futuro nadie pueda hacer negocio con la radio en Internet».
Tim Westergren: «El nuevo impuesto hace prácticamente inviable que de cara al futuro nadie pueda hacer negocio con la radio en Internet»
Alternativas: Canadá y el P2P
La mayoría de los analistas coinciden en que esta medida sólo traerá un aumento de los intercambios en las redes entre pares, con lo que todavía más música escapará al control de las entidades de gestión de derechos; es lo que se tiende a denominar «un pez que se muerde la cola». Cuanta más música se escapa a su control, más presión impositiva se exige, con lo que más valor cobran los métodos que escapen a su control, como son las redes P2P.
Rob Enderle, analista de Enderle Group, asegura que «esto no sólo es el ataúd de las radios online; es un ataúd con un inmenso imán que se llevará a la tumba a todo el sector», ya que el incipiente auge de las radios online estaba creando nuevos canales para difundir todo tipo de música.
La censura actúa menos en las radios online y su audiencia se estima, sólo en Estados Unidos, en 70 millones de oyentes mensuales
Desde Slashdot se ha especulado también con la posibilidad de que las radios residentes en Estados Unidos se mudaran al vecino Canadá, donde las tasas están mucho menos reguladas. Aún así, el columnista del Toronto Star Michel Geist advertía que en este país también hay grupos de presión que intentan multiplicar las tasas que se pagan por emitir música desde Internet.
Detrás de toda esta batalla legal está sin duda la gran emergencia de estos canales de emisión, que contratan estrellas de la comunicación que hasta ahora habían trabajado solamente en las radios tradicionales, como parace que va a suceder con Don Imus, ya que la censura actúa menos en ellas y su audiencia se estima, sólo en Estados Unidos, en 70 millones de oyentes mensuales.