Mapas de Google: en Internet y en el propio ordenador
Google Maps permite ver en «modo satélite» fotografías aéreas de casi cualquier punto del planeta
Google Maps, que se ofrece gratis en Internet, permite ver en «modo satélite» fotografías aéreas de cualquier punto del planeta salvo unas pocas zonas consideradas posible objetivo terrorista, como las bases militares que Estados Unidos tiene por el mundo, la Casa Blanca o el Pentágono.
Los lugares escasamente poblados, como el desierto de los Monegros o algunas islas de Indonesia, tienen una resolución discreta ya que su uniformidad no precisa más detalle. Pero las grandes ciudades pueden verse con una resolución pasmosa, hasta el punto de poder distinguir un coche, el tejado de una vivienda, un árbol o una sábana tendida al sol. Esta tecnología, basada en imágenes tomadas desde el espacio por satélites, se superpone con mapas detallados de todas las zonas pobladas.
El servicio de mapas de Google gana en potencia si el internauta se descarga a su ordenador el programa Google Earth (que instala la mayor parte de la información en el disco duro del ordenador, de modo que se pueden mover las imágenes con la sensación real de estar volando por el planeta). Y la experiencia se enriquece aún más con Google Sky.
Ahora Google es capaz de buscar servicios sobre el mapa para el usuario, y además cobra por ello
Este programa, incluido en Google Earth, sirve para visualizar el espacio, haciendo zoom sobre constelaciones y grupos de estrellas, con una resolución equivalente a la que se podía obtener hace una década sólo con los mejores telescopios terrestres. Ya se habla incluso de un próximo lanzamiento de Google Oceans, para explorar los fondos subacuáticos.
A todos estos servicios, se añaden otros nuevos periódicamente que sorprenden a quienes los instalan o los visitan por primera vez, como Panoramio, una aplicación en la que los usuarios ponen fotos y datos de interés sobre los mapas. Otras, permiten situar información sobre el mapa de negocios particulares tales como restaurantes, hoteles, tiendas, etc.
El resultado de sumar las diferentes capas de información (gráfica, fotográfica y de datos proporcionados por los usuarios) empieza a ser asombroso y ha permitido a Google convertirse en mucho más que un buscador de páginas web. Ahora es capaz de buscar servicios sobre el mapa para el usuario, y además cobra por ello. En esta línea, el próximo paso para perfeccionar su método es mostrar las calles de las principales ciudades del mundo en tres dimensiones.
Los extraños coches negros
Llevan una especie de brazo articulado en el techo y una cámara panorámica con once lentes
Aquí es donde entran esos extraños coches negros de Google que últimamente se están viendo por algunas calles de Sevilla, Barcelona, Valencia o Madrid. Llevan una especie de brazo articulado en el techo y una cámara panorámica con once lentes. Están recorriendo las ciudades españolas fotografiando cada esquina, cada escaparate, cada portal… Antes han hecho lo mismo en media Europa.
Los servicios que ofrecía Google hasta ahora, con ser asombrosos, sólo permitían jugar con las calles y ciudades en dos dimensiones; el servicio Google Street View añade la tercera dimensión precisamente con las imágenes que los coches negros van captando de las calles, que recorren una y otra vez durante semanas.
Luego, en la sede de Google montan las imágenes sobre los mapas de modo que estén accesibles a un clic de ratón en unos bocadillos que se abren en la pantalla del ordenador. Estos bocadillos ofrecen una visión continua de las calles, tal y como las vería un peatón o el conductor de un vehículo.
Google Street View está disponible en los mapas de algunas ciudades de Estados Unidos como Nueva York, San Francisco y Los Ángeles, y se espera que también esté disponible para las ciudades europeas en los próximos meses.
Utilidades de Google Street View
El usuario puede hacerse rápidamente una idea de cómo llegar al lugar preciso y cómo es exactamente
Google Street View tiene numerosas utilidades para los usuarios. La más obvia: cuando se busca un comercio, un local o una vivienda para alquilar o comprar, ya se puede ver el mapa, la foto aérea y, además, una imagen continua de la fachada, y de toda la calle. Incluso de todo el vecindario.
De esa forma el usuario puede hacerse rápidamente una idea de cómo llegar al lugar preciso, de cómo es éste exactamente, o de qué tipo de vecinos cabe esperar en una zona concreta. Lo mismo ocurre cuando se está pensando en elegir una universidad, en quedar con unos amigos en un bar o en reservar mesa en un restaurante en el que no se ha estado antes.
El servicio, lógicamente, también ha despertado alguna polémica: hay quienes se han visto sorprendidos al ver su rostro en las imágenes de Google Street View. La empresa, para evitar posibles molestias, ha empezado a difuminar miles de caras. De todas formas, hay internautas que se dedican a rastrear el servicio en busca de las imágenes más sorprendentes… Y es que, pese a su evidente utilidad, Google Street View también despierta el lado más cotilla de la Red. Los resultados ya se pueden ver: coches ardiendo, jóvenes al sol, buceadores caminando en la calle a pleno sol, e incluso un muchacho en el momento en el que se cae de la bicicleta.
Un vistazo al móvil con acceso wifi a la Red; se activa el GPS, se combina con Google Maps y asunto resuelto
Hoy es posible darse una vuelta “online” con Google Maps por Moscú sin el mayor problema, aunque 20 años atrás eso fuera impensable. Se puede acceder a mapas creados por los propios moscovitas, ver fotos de sus principales centros turísticos o de sus edificios públicos… Y lo mismo si se quiere pasear por Ulán Bator (la capital de Mongolia) o por la parte vieja donostiarra.
Detrás de tanto servicio hay un negocio inmenso, el de la geolocalización. ¿Se está de viaje en Bilbao y se desea encontrar restaurantes en la zona de la Gran Vía? Un vistazo a la Blackberry, al iPhone o al Nokia de última generación con acceso wifi a la Red; se activa el GPS, se combina con Google Maps y asunto resuelto. El hambriento internauta viajero queda satisfecho. Y también su operador telefónico, el fabricante del móvil, el dueño del restaurante y Google, que se lleva su tajada mediante los anuncios.
Y no sólo sirve para paliar el hambre… En el futuro los usuarios seguiremos la trayectoria de los autobuses urbanos, el sitio exacto donde está la flota de camiones de una empresa, el recorrido de nuestros hijos al colegio o la posición del taxi más cercano. Y todo eso vale dinero.