Uno de los inconvenientes de comprar un disco en descarga es que, a menudo, sólo se obtiene una carpeta de archivos. La música se reproduce, pero no se accede a la imagen de la carátula ni a las letras de las canciones. Tampoco se incluyen las fotografías del artista ni la información relativa a los músicos o el personal técnico que han intervenido en la grabación. Estos contratiempos se habían resuelto, de modo parcial, mediante un archivo PDF adjunto. Pero ahora las discográficas tratan de encontrar una solución definitiva.
Las redes P2P y la venta de canciones en descarga han favorecido la adquisición individual de composiciones, en detrimento de los discos completos
El disco como formato de distribución de contenido audiovisual ha cedido terreno desde que Internet y los reproductores de MP3 se han extendido. La inmediatez de una canción que se descarga en segundos y la comodidad de escuchar música en diminutos reproductores portátiles permiten prescindir de los discos compactos.
A esta situación se añade que las redes P2P y la venta de canciones en descarga han favorecido la adquisición de un número mayor de composiciones, en detrimento de la venta de discos completos. Sólo se compran las canciones que interesan. Para las discográficas, este comportamiento supone una pérdida de ingresos, sobre todo, cuando la venta de sencillos es puramente testimonial. Antes bastaba un éxito para vender un disco, ahora sólo se adquiere el tema que está de moda.
Como ejemplo de la escasa rentabilidad que supone la venta individual de canciones, se pueden esgrimir las cifras del pasado año en la vertiente digital del negocio. En 2008, por cada 1.000 millones de canciones, las discográficas ingresaron poco más de 700 millones de euros. En 1998, vendieron 847 millones de discos y ganaron 8.000 millones de euros. La debacle en el sector es evidente. Las ventas on line no consiguen que se recupere.
Imagen: Rossina Bossio Bossa
En este contexto se sitúa el proyecto «Cocktail», una unión entre Apple, cuya plataforma iTunes Music Store ocupa el primer lugar de las tiendas de descarga de música, y grandes discográficas como EMI, Sony-BMG, Warner Music y Universal Music. El objetivo principal es crear un contenedor digital que resulte atractivo al comprador. Se quiere aumentar la venta de álbumes en descarga, en lugar de la adquisición de canciones sueltas.
¿Qué ofrecerán estos álbumes digitales?
Todavía se desconoce el diseño definitivo de estos álbumes digitales interactivos, pero sus promotores han asegurado que cada uno de ellos contendrá libretos interactivos con las letras de las canciones, los videoclips que se hayan grabado de los temas e información sobre la producción. También barajan incluir tonos y melodías para los teléfonos móviles.
Cada álbum digital contendrá libretos interactivos con las letras de las canciones, videoclips de algunos temas e información sobre la producción
Los impulsores afirman que será un producto más atractivo que una colección de PDF con letras de las canciones. Permitirá que las mismas se reproduzcan sin necesidad de iTunes. Sin embargo, se desconoce en qué formato vendrá empaquetado y todavía hay que comprobar si compensa frente a la compra del disco en formato físico, que incorpora los mismos extras.
Diversos medios han publicado que la presentación de estos álbumes digitales podría ir acompañada del lanzamiento de un nuevo Tablet PC diseñado por Apple durante el último trimestre del año. El nuevo dispositivo incorporaría alguna función exclusiva para reproducir el álbum digital en el que trabajan Apple y las discográficas. También podría estar diseñado para leer libros electrónicos y ver películas.
División entre Apple y las discográficas
Una fuente de la industria musical citada por Cnet desveló que las propias discográficas propusieron hace año y medio a Apple un plan similar, que la empresa rechazó. Las principales compañías de discos (Sony, Warner, Universal y EMI) habían desarrollado un software denominado CMX para realizar álbumes digitales interactivos, pero Apple decidió elaborar el suyo propio.
A partir de ahí, se originó una fractura visible respecto a los productos que venderán las tiendas de música en Internet. Apple ofrecerá los álbumes con su tecnología (es previsible que adaptada a sus populares dispositivos: iPod, iPhone, el nuevo Tablet PC, etc.) mientras que otras, como Amazon, comercializarán la versión elaborada con el software de las discográficas, que brindará a cambio más contenidos. No queda clara la compatibilidad de esta última opción con los reproductores de la marca Apple.
El precio de muchas canciones se ha situado en 1,29 euros en la tienda de Apple, aunque al principio se fijó en 99 céntimos
Incrementar la venta de álbumes sólo con un envoltorio atractivo es una operación de resultado dudoso. Por este motivo, las discográficas y Apple han aumentado el precio de un número importante de canciones. En un principio, se estableció un coste de 99 céntimos de euro, o centavos de dólar y peniques en Estados Unidos y Gran Bretaña, respectivamente. Ahora, el coste ha subido en muchos casos hasta los 1,29 euros, mientras que el precio del álbum digital se ha mantenido en 9,99 euros, dólares o libras.
Es otra manera de persuadir al consumidor para que compre discos. Las compañías se han caracterizado durante estos años por una lenta velocidad de reacción ante los cambios que ha provocado Internet en la industria musical. Se resisten a aceptar que los melómanos prefieran comprar en la Red sólo las canciones que les gusten.