La facilidad de manejo de la discoteca marca la diferencia

Los ordenadores se han convertido en los nuevos tocadiscos. Con una buena tarjeta de sonido y un par de altavoces de calidad, un ordenador doméstico es capaz de sustituir a una minicadena estereofónica, con la ventaja de que el disco duro se convierte en la discoteca que antes podía ocupar toda una estantería. Fijados estos elementos, la calidad del sonido dependerá del tipo de programa reproductor de audio escogido. Por esta razón, CONSUMER EROSKI ha probado en un ordenador con el sistema operativo Windows cuatro de las principales aplicaciones de este tipo:

• iTunes 9
• Windows Media Player 11
• Winamp 5.57
• VLC 1.03

Todos los programas analizados reproducen el sonido con calidad similar. Los cuatro han encontrado su mínimo común denominador en el MP3, el formato de compresión más extendido. iTunes apuesta además por el que utiliza para vender canciones en su tienda, el AAC, mientras que Windows Media hace lo propio por el que ha diseñado Microsoft, WMA. Ahora bien, los que destacan en este aspecto son VLC y, en menor medida, Winamp, por la gran cantidad de formatos de sonido que pueden reproducir sin necesidad de ningún complemento.

• Escuchar música de la biblioteca: Todos menos VLC
• Sincronizar reproductores MP3: Winamp
• Escuchar podcasts: iTunes y Winamp
• Reproducir formatos poco habituales: VLC y Winamp
• Por su usabilidad: iTunes y Windows Media Player
• Proyectar la visualización de la música: Winamp
• Convertir los archivos a otros formatos: VLC

Hoy en día resulta habitual guardar miles de canciones en el disco duro. Por eso, la gestión de la discoteca es una de las características más importantes cuando se trata de valorar estas aplicaciones. iTunes, Windows Media y Winamp destacan por sus sistemas intuitivos para comprobar de un vistazo todas las canciones que se tienen, así como realizar búsquedas que muestran resultados según se teclea. VLC también dispone de un sistema similar, pero en la prueba realizada no ha resultado tan usable. Los cuatro buscan los títulos de las canciones en Internet cuando se inserta un CD, una característica que hace la escucha más confortable, y todos disponen de ecualizadores incorporados.

Los cuatro programas crean listas de reproducción, una selección de temas que se escucharán en el orden elegido. En este aspecto, VLC se queda rezagado porque sólo permite manejar una simultáneamente. En cambio, Winamp y Windows Media se comportan con más agilidad y facilitan tareas como introducir nuevas canciones en la cola sin necesidad de crear una lista nueva. El procedimiento en todos ellos es sencillo: seleccionar diferentes canciones, con el control pulsado en el teclado, y arrastrar y soltar con el fin de conformar una lista de reproducción.

A excepción de VLC todos disponen de opciones para que las listas se elaboren de forma automática. iTunes y Windows Media lo hacen a partir de criterios que se sugieran, como ritmo o artistas, mientras que Winamp e iTunes ofrecen un servicio para encontrar canciones similares a una determinada a partir de la información recopilada en Internet. Todos menos VLC permiten mezclar las canciones mediante fundidos, al estilo de las radios y las discotecas, y facilitan que las canciones suenen a un volumen similar, a pesar de que se hayan detectado diferencias en la grabación original.

Estos reproductores tienen en cuenta que la reproducción se realiza desde dispositivos con pantalla y disponen de distintas visualizaciones que acompasan el ritmo de la música e impiden que la pantalla permanezca estática. Windows Media Player destaca en este aspecto con hasta 31 visualizaciones animadas distintas.

iTunes es importante por su usabilidad, radios integradas y la gestión de los podcast. Windows Media Player es tan manejable como iTunes pero falla en estos dos aspectos. Sin embargo, Winamp registra ciertas limitaciones en la grabación de discos, aunque incorpora información relacionada de los artistas y reproduce más formatos que los otros dos. Ésta también es la baza de VLC que, además, aporta más posibilidades en la conversión de archivos y en el streaming de los mismos a través de Internet, aunque su usabilidad no es buena.

Lo mejor: Su usabilidad, las radios y los podcast que ofrece.
Lo peor: Por defecto no reproduce ni WMA ni Ogg Vorbis, ni se sincroniza con reproductores portátiles de marcas distintas a Apple.

Su estética ha triunfado entre los reproductores de música. Una de las diferencias con los demás se encuentra en que su tienda de descargas se integra completamente con la aplicación. Su tienda se rastrea a través del mismo buscador con el que se encuentran las canciones en el disco duro.

Se sincroniza con hasta cinco ordenadores en la red local para incorporar canciones en cualquiera de ellos a la biblioteca. Es de gran utilidad que disponga de un proceso automático para realizar copias de seguridad de la música almacenada en el ordenador. Sólo hay que cambiar los DVD o CD necesarios hasta completar todo el espacio. Dispone de un ecualizador con 22 preajustes.

Tiene su propia selección de emisoras de radio por Internet, con cientos de radios clasificadas en 25 géneros. Como Winamp y VLC, apuesta por la integración de los podcast. Permite la suscripción y descarga de nuevos capítulos con numerosas opciones de configuración y dispone de un directorio en su tienda.

Como elemento negativo, no reproduce tanta variedad de formatos de audio como VLC o Winamp. No funcionan por defecto ni Ogg Vorbis (formato de software libre) ni WMA, aunque puede convertir a AAC los archivos grabados en el formato de Microsoft (WMA) que no tengan restricciones de derechos.

Resulta muy usable. Ofrece tres formas de navegar por la biblioteca: una visita, muy visual pero menos ágil, por las carátulas de los diferentes discos que se tengan grabados en el ordenador; una lista completa con los títulos, artistas, duración y puntuación; y la mezcla de ambos, que muestra las portadas con mayor tamaño.

Una opción interesante en la gestión de la discoteca consiste en permitir que los cambios efectuados en las etiquetas se trasladen a los nombres reales de los archivos. Ahora bien, se echa de menos la posibilidad de introducir una cola de canciones con agilidad, como se puede hacer en Winamp o Windows Media. Para ello, iTunes obliga a crear una lista de reproducción nueva.

Las listas de reproducción muestran información de las canciones que se han añadido y del tiempo. Se manejan con presteza mediante la operación de arrastrar y soltar. Dispone de algunas predefinidas, como “Mis preferidas”, a partir de la puntuación otorgada por el usuario, “Las 25 más escuchadas”, o “Reproducciones recientes”, muy práctica porque se acelera el acceso si se desea escuchar de nuevo algún tema.

Ofrece además varias opciones automáticas para crearlas. Una es la denominada Genius. En ella se envían anónimamente a Apple los nombres de las canciones, el número de reproducciones y los puntos otorgados a cada una de ellas. A partir de estos datos, unidos a los de otros usuarios del sistema, el programa selecciona qué canciones suenan mejor juntas.

Otra lista automática se denomina “iTunes DJ”, donde el programa se encarga de seleccionar canciones de forma aleatoria para que la música suene sin fin. Se pueden crear listas automáticas a partir de diversos criterios, como el título, el género, etc. Las listas de reproducción se pueden publicar en su tienda para que otros usuarios las consulten, o llevar al blog o perfil de una red social.

Las listas de reproducción se pueden transformar en las pistas de la grabación de un disco de forma automática, tanto para CD como DVD sin más límite que la velocidad de grabación que pueda soportar el equipo y el disco. A partir de un disco, se pueden crear archivos en MP3, AAC, AIFF, WAV o Apple LossLess (con extensión .m4a). Las canciones ya comprimidas también se pueden transformar en cualquiera de estos formatos.

Se sincroniza con iPod, iPhone, pero no con los reproductores de MP3 de otras marcas. Esta tarea se configura por tipo de contenido y también se pueden seleccionar diversos parámetros para elegir automáticamente las canciones (las últimas diez añadidas, las más escuchadas, etc.). Incluso se puede rellenar todo el espacio vacío con canciones aleatorias, en caso de no saber qué añadir.

Lo mejor: Su gestión de la discoteca de canciones.
Lo peor: No reproduce por defecto AAC y Ogg Vorbis, no convierte un archivo a otro formato de compresión.

Su diseño es claro y ordenado. Se integra con dos tiendas de música a elección del usuario, entre MSN Music y Faro Latino, aunque no de una forma tan completa como iTunes. Puede compartir los contenidos con equipos que estén en la red local. Contiene un ecualizador con 21 ajustes predefinidos.

Reproduce radio en Internet pero no dispone de apartados especiales ni directorios como los demás. Lo mismo sucede en el caso de los podcast y aunque puede reproducir este tipo de contenido si se ha grabado en MP3, no permite la suscripción al mismo como sucede con sus rivales.

Al igual que iTunes, destaca negativamente por la escasez de formatos comprimidos que reproduce. Se centra en el MP3 y WMA y obvia el resto. Ahora bien, la versión 12, sólo disponible para el nuevo Windows 7, sí reproduce AAC. Por otro lado, dispone de un sistema de complementos que amplían las funciones del programa.

Se muestra tan usable como iTunes, con la ventaja de que permite realizar colas espontáneas de canciones sin necesidad de crear una lista de reproducción. Por otro lado, resulta muy ágil su sistema de búsqueda de canciones, que rastrea cuando el usuario teclea un término, y su vista por canciones, dividida por los artistas que las interpretan. Al igual que en Winamp, la edición de etiquetas se puede realizar de varias canciones a la vez o de forma individual desde la propia discoteca.

Dispone de una lista de reproducción predefinida que agrupa a las últimas canciones incorporadas al programa. También se pueden crear de forma automática, según diversos parámetros de las canciones. Como en iTunes y en Winamp, las listas se guardan en un apartado del programa para un rápido acceso posterior. Posibilita modificar la velocidad de reproducción de un tema, de forma que suene acelerado o más lento y que las canciones mezclen el final y el principio de la siguiente mediante un fundido.

Graba las listas de reproducción a discos, de audio o datos, y puede pasar los discos a MP3 (con un tamaño de entre 128 y 320 kilobits por segundo), WMA o WAV. A diferencia de los demás programas no puede transformar una canción a otro formato de compresión. Se sincroniza con un gran número de reproductores portátiles pero no con los iPod.

Lo mejor: La información relacionada que ofrece, las opciones en la reproducción y su sincronización con la mayoría de reproductores.
Lo peor: Su limitación de velocidad para grabar discos y la imposibilidad de extraer canciones de CD a MP3.

Su diseño es más barroco que los demás reproductores, con diversos apartados de información, aunque ofrece una amplía gama de temas gráficos para personalizar su apariencia. En su instalación permite elegir entre siete, pero se pueden descargar más. Como en el caso de iTunes, integra un navegador, aunque con libertad para visitar cualquier página de la web.

Se incluye la opción del programa Winamp Remote, que realiza streaming casero a otros dispositivos, como consolas de videojuegos. Se pueden compartir los datos de las canciones que se escuchan para que el programa los recoja en forma datos agregados de todos los usuarios y cree listas de éxitos de cantantes y canciones. Es el único que proporciona una versión de pago, por 20 dólares, con características extras que la competencia incluye gratis.

Junto con iTunes, es el programa que más apuesta por la radio en Internet, con emisoras incluidas de ShoutCast, AOL y OurStage. Muestra además un apartado dedicado a los podcasts donde se pueden añadir las diferentes suscripciones y ver los episodios que incluyan.

También ofrece un sistema de complementos para añadir funciones o nuevos aspectos gráficos. Dispone de un ecualizador con 18 ajustes preestablecidos. Se muestra versátil por el número de formatos de compresión que puede reproducir, entre los que se incluyen MP3, AAC, WMA, Ogg Vorbis y FLAC.

Se trata de un programa fácil de usar en lo básico pero cuyas funciones avanzadas requieren de mayor atención y un proceso de aprendizaje. Detecta la instalación de iTunes con el fin de extraer las canciones desde su base de datos y ahorrarle tiempo al usuario. Cuando se minimiza el programa, una ventana surge en la esquina inferior derecha para anunciar el título y el nombre del artista de la canción preparada para sonar. Permite crear colas de canciones sin obligar a elaborar listas de reproducción, por lo que se gana en agilidad. No obstante, se echa en falta un buscador situado en un lugar más destacado.

Ofrece varias listas preestablecidas útiles, como iTunes, y entre ellas una curiosa: todas las canciones que todavía no se han escuchado. Además, proporciona un servicio para encontrar canciones similares a otra dentro de la discoteca y crear nuevas listas de reproducción. Como iTunes y Windows Media, permite realizar mezclas mediante fundido.

Es el único donde se ve a simple vista la codificación y tasa de bits por segundo de cada canción que suena. Otra característica es su capacidad para detener la canción que suene mediante desvanecimiento, para avanzar o retroceder en fracciones de cinco segundos, para realizar saltos establecidos entre pistas, o para permitir la selección de temas favoritos.

La sincronización es uno de sus puntos fuertes ya que funciona con los iPod y con numerosas marcas. En cambio, en la grabación se enfrenta a ciertos límites debido a que quiere promocionar la versión de pago del programa. Así, sólo graba a una velocidad de 2X y la conversión de un archivo a otro formato de compresión se realiza con mayor lentitud. Transforma a AAC y WMA, aunque AAC con un límite de 128 kilobits por segundo. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes es que no permite la transformación a MP3, a diferencia del resto de reproductores.

Lo mejor: La cantidad de formatos distintos que puede reproducir y convertir.
Lo peor: La gestión de la discoteca de canciones no es tan ágil, no sincroniza con reproductores.

Esta aplicación de software libre muestra un aspecto más sobrio que los otros tres reproductores, aunque dispone de temas gráficos que se pueden descargar e instalar. Dispone asimismo de un ecualizador con 18 ajustes preestablecidos.

Ofrece una selección de radios de ShoutCast, ordenadas por género musical y facilita la suscripción y accesos directos a los podcast que se deseen. Además, es el único que permite realizar streaming desde el ordenador hacia Internet.

Brilla por la cantidad de formatos que reproduce sin necesidad de añadir ningún códec extra porque supera con creces a iTunes y Windows Media. El único formato que no reproduce es el Real Audio. Es el que registra más opciones de instalación en distintos sistemas operativos. Además de los tres más extendidos (Windows, Mac OS X y Linux) se puede utilizar en Syllabley BSD entre otros.

Su gran ventaja en este apartado es que el usuario no se tiene que preocupar de instalar ningún códec o complemento, y casi cualquier archivo de sonido se reproducirá sin problemas. Ahora bien, se aprecian carencias en el manejo de las canciones, como no permitir la creación simultánea de más de una lista de reproducción. Como en Winamp, con el reproductor minimizado anuncia el título de las siguientes canciones a través de una pequeña ventana emergente.

La reproducción se maneja a través de una ventana externa a la principal, lo que resta usabilidad. Se pueden cargar todas las canciones que se tengan en el disco duro, pero no muestra la duración de cada composición. Las listas de reproducción se pueden guardar como un archivo, pero no se ven al mismo tiempo todas las que se han creado, a diferencia de los demás. Una característica que repercute en que su manejo no resulte tan agil.

Se puede saltar hasta el segundo exacto de una canción que esté sonando, así como jugar con la velocidad de reproducción. Además, permite crear bucles, partes de canciones que se repiten continuamente, con sólo marcar el punto de comienzo y el de final.

No permite grabar discos ópticos pero sí se ha mostrado como la mejor herramienta para transformar archivos a otros formatos. Permite convertir a MP3, Ogg, AAC y FLAC sin ningún tipo de límite. No dispone de herramientas para sincronizar las canciones con reproductores portátiles.