«No estamos ante una burbuja inmobiliaria» en España, afirmó ayer el presidente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), Gregorio Mayayo, quien señaló además que, si bien «la producción es muy alta y los precios de la vivienda también, el endeudamiento que trae consigo es positivo».
«Tenemos una concepción equivocada del precio de la vivienda, ya que ha subido pero es un bien que no se compra al contado y las cuotas han bajado, están en torno al 75 por ciento de lo que representaban en 1990, es decir, en términos de esfuerzo de amortización, hoy la vivienda es más barata» incidió Mayayo, quien ofreció una conferencia en la clausura del Curso de Estudios Inmobiliarios que ofrece la Universidad de Alicante.
Por ello, manifestó que «en los últimos diez años se ha pasado del 47 por ciento al 67 por ciento la cuota de endeudamiento» pero «la vivienda que se compró en 1992 se ha revalorizado en un 210 por ciento» y la que se adquirió en 1997 «en un 190 por ciento», con lo que los compradores están pagando menos del 50 y del 80 por ciento, respectivamente, de lo que pagaban cuando hicieron la compra.
En este sentido, Mayayo concluyó que «ha subido el endeudamiento de las familias pero se ha incrementado muchísimo más su riqueza patrimonial», es decir, «deben más pero están más capitalizados» y lo ejemplificó con «la sensación de frustración en la población que no compró vivienda hace dos años como había hace dos años respecto a los que habían comprado hace dos años».
Además, afirmó que con los criterios de convergencia del euro en 1995 se cambiaron las políticas monetarias y presupuestarias y eso desembocó «en una caída sostenida de los tipos de interés». Según recordó, esta bajada provocó que «en España las poblaciones endeudadas empezaran a ver un alivio excepcional en sus compromisos de pago y el dinero que fue quedando libre se volvió a reinvertir con lo que se creo un clima de confianza a la hora de endeudarse», según apuntó.
Este clima se produjo, tal y como indicó, al darse condicionantes como «un marco de tipos de interés, unas expectativas de crecimiento importantes y un entorno de empleo positivo, así como un sistema financiero suficiente para captar recursos en el mercado y poder anticipar rentas futuras».
Con respecto al final de este ciclo de bonanza inmobiliaria, el presidente de la Asociación Hipotecaria comentó que «si este proceso se desacelera con naturalidad nos encontraremos al final del ciclo con unas familias menos endeudadas y más patrimonializadas».
Asimismo, pese a su optimismo respecto a la situación actual, Mayayo puntualizó que «desearía que se estabilizasen los precios pero la tasa de crecimiento del producto hipotecario es del 23 por ciento -21 por ciento en 2002 y 19,6 por ciento en 2001- y así es muy difícil que se asienten».
Por otro lado, recordó que «en España no hay morosidad, la tasa de deudosos está por debajo del 0,6 por ciento y la tasa de fallidos de estos morosos es del 15 por ciento» por lo que no se espera que haya una ruptura del sistema.
En relación a esta ruptura, concretó que «quienes hablan del estallido de la burbuja lo vienen haciendo desde 1992 y no creo que exista porque ya hubiera reventado». Asimismo, dijo: «yo, en todo caso, cambiaría la imagen de la burbuja por la de un vaso de agua de Vichy, es decir, mucha burbujita, gente que hace negocios y que compra mal», pero precisó que ésos son casos puntuales. Por último, sobre la posible subida de los tipos de interés, Mayayo confió en que «mientras se muevan entre el 5 y el 7 por ciento no deben provocar una crisis en España» y destacó que «llevamos años por debajo del cinco» por lo que «no espero ver en los próximos años tipos de dos dígitos», apuntó.