La construcción bioclimática

La bioconstrucción se proclama como una de las más importantes apuestas por el desarrollo sostenible aplicado a las viviendas
Por EROSKI Consumer 17 de mayo de 2005

La acción de la construcción es una de las principales causas que provocan el resentimiento del medio. Según datos del Worldwatch Institute de Washington, los edificios consumen el 60% de los materiales extraídos de la tierra y su utilización, junto a la actividad constructiva, genera la mitad de las emisiones de dióxido de carbono que se lanzan a la atmósfera. La construcción también produce la mitad del total de residuos y contaminación con los que se daña a la Tierra.

Otro dato a tener en cuenta es que algunos materiales utilizados en la creación de edificios contienen importantes cantidades de clorofluorocarburo o clorofluorocarbono (CFC o halones) que causan daños en la capa de ozono. A esto se añade que el 30% de las viviendas nuevas o rehabilitadas padecen el síndrome del edificio enfermo. Por todo ello y para paliar el impacto ambiental de la construcción surge desde el ámbito de la arquitectura el concepto de vivienda bioclimática.

A grandes rasgos, se podría definir la vivienda sostenible o bioclimática como una forma de edificación responsable que utiliza materiales no dañinos para el medio ambiente, dotada de una configuración arquitectónica capaz de aprovechar los recursos naturales con la intención de satisfacer las necesidades climatológicas de las personas que residen en ellas evitando, así, gastos innecesarios.

Este tipo de edificaciones se crean para personas que deseen vivir en un entorno natural y reducir al mínimo posible la repercusión de su vivienda en el medio ambiente. Con el fin de conseguir los objetivos de respeto al entorno natural, ahorro energético y, en consecuencia, la optimización de recursos que persiguen las viviendas bioclimáticas, es necesario que se sigan rigurosos criterios en su construcción con respecto a la ubicación, orientación, diseño, etc.

Para crear una vivienda en consonancia con el ecosistema natural es importante ubicarla de manera adecuada. Por esta razón hay que evitar la proximidad de fábricas contaminantes, tendidos de alta tensión… e intentar lograr la integración en el hábitat más próximo. Se trata de conseguir una armonía en las formas constructivas atendiendo a la morfología del terreno y los estilos arquitectónicos de la zona.

Además de la ubicación hay que prestar especial atención a la orientación de la casa, que deberá ser, norte-sur. De esta forma el sol calienta el hogar durante todo el día, lo que contribuye al ahorro energético. En cuanto a la distribución de espacios, es aconsejable situar las estancias de poco uso como el baño, la despensa, garajes… en la zona norte. En cambio, se orientarán al sur las habitaciones utilizadas con mayor frecuencia (salón, comedor) y se dotarán de grandes acristalamientos que favorezcan la entrada de energía solar al edificio y de suelos con alta inercia térmica. Por último, los lugares de descanso o habitaciones pueden ubicarse en el este.

Los materiales empleados en la construcción de las viviendas bioclimáticas deben ser saludables y no dañar al medio. Por eso es importante tener en cuenta todo el proceso de obtención, desde la extracción de las materias primas hasta su uso final. Los materiales destinados a la bioconstrucción no suelen contener ningún producto clorado, más concretamente PVC. Igualmente, están exentos de elementos nocivos como el asbesto.

Así, entre los materiales adecuados para estos pisos se encuentran la cerámica, el hormigón ecológico o cementos naturales para los cimientos y el corcho natural triturado para el aislamiento de cubiertas.

Por otra parte, uno de los objetivos fundamentales de las viviendas bioclimáticas es la optimización de los recursos naturales. Para ello, la mejor alternativa que se presenta consiste en la sustitución de fuentes de energía no renovables por otras renovables. Por ejemplo, se pueden instalar en la vivienda placas fotovoltaicas para generar electricidad o térmicas para calentar agua, aprovechar el agua de la lluvia… Además de energías alternativas, también son necesarios sistemas que reduzcan la influencia de la temperatura externa en el interior de la casa. Por ello, para lograr una buena climatización son trascendentales unos buenos aislamientos y ventanas.

Esta nueva forma de arquitectura presenta grandes ventajas tanto para la atmósfera, como para las personan que viven en las viviendas así construidas. Sin embargo, el único inconveniente que tienen estas viviendas es el posible aumento del coste de construcción con respecto a las casas convencionales. Pero este sobrecoste inicial se amortiza en pocos años debido al ahorro energético, ya que gracias a estas construcciones se puede ahorrar hasta un 70% del consumo energético y de agua.

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