A este tipo de casas, tan habitual en Estados Unidos, Canadá y los países escandinavos, se le atribuyen muchos prejuicios que dificultan su implantación en nuestro país. Precisamente por esos prejuicios, son mayoría quienes desconocen las grandes ventajas que presentan estas construcciones frente a las tradicionales.
La primera ventaja, que está motivando a muchas parejas jóvenes a comprar una casa de madera, es que ofrecen la posibilidad de vivir en el campo a un precio asequible, puesto que son hasta un 30% más baratas que las de construcción tradicional. El coste del metro cuadrado ronda los 780 euros, aunque el precio final varía según el tipo de construcción y los extras que se le añadan.
Además, debido a que la madera es un material muy efectivo a la hora de aislar del frío, elegir una vivienda de madera conlleva un sustancioso ahorro energético. Otra gran ventaja con repercusiones económicas positivas es que la vivienda tarda menos de tres meses en construirse. La empresa constructora transporta en piezas la casa ya fabricada, por lo que lo único que queda por hacer es montarla en el terreno.
Mucha gente asocia las casas prefabricadas con chabolas y casas poco sofisticadas. Por el contrario, éstas pueden medir más de 200 metros cuadrados, y su apariencia transmite solidez, calidez y elegancia. Además, se puede elegir entre múltiples diseños, así como entre diferentes barnices y pinturas (en Estados Unidos, por ejemplo, se suelen pintar de blanco), y personalizar así al máximo el hogar. No obstante, a menudo hay que negociar el aspecto de la casa con el ayuntamiento para que no rompa la uniformidad estética del pueblo.
Como se ha señalado anteriormente, una de las ventajas de las casas de madera es que resultan muy cálidas porque la madera es un material aislante natural. Prueba de ello es que estas viviendas son las más comunes en países con climas extremos como Canadá y los países escandinavos. La madera aporta incluso beneficios para la salud porque, al absorber la humedad, evita dolencias de reumatismo, artrosis y problemas respiratorios. No sólo eso, sino que los expertos apuntan a que el campo bioeléctrico natural de la madera proporciona un estado de equilibrio en el cuerpo humano, algo especialmente beneficioso para personas que sufren de nerviosismo, problemas circulatorios, dolores de cabeza e insomnio. Además de aislante térmico, la madera también es un aislante acústico, lo que convierte a estas viviendas en muy silenciosas.
Otro argumento a favor de estas viviendas es que son más ecológicas porque la madera es un material natural y renovable que apenas requiere en su construcción de productos contaminantes como los tableros conglomerados o contrachapados con cola, impermeabilizantes derivados del petróleo, o tratamientos impermeabilizantes como pinturas y disolventes. No obstante, para alargar la vida de una casa de madera es necesario tratarla adecuadamente contra la humedad, el fuego, los hongos o las termitas.