Educación para el consumo

Su objetivo es que los estudiantes aprendan a gestionar su vida diaria de una forma sostenible y utilicen de modo responsable los recursos disponibles
Por Marta Vázquez-Reina 1 de abril de 2011
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No es una asignatura obligatoria, ni se recoge como tal en el currículum escolar. Sin embargo, es esencial para la formación integral del alumno. La educación para el consumo es uno de los ejes transversales obligatorios que los centros educativos de nuestro país deben trabajar de forma complementaria en las diferentes áreas curriculares. Fomentar una actitud crítica hacia el consumo, aprender a planificar el uso eficaz del dinero o conocer sus derechos y deberes como consumidores son algunas de las competencias básicas que pueden adquirir los estudiantes en este ámbito.

La educación del consumidor es uno de los objetivos declarados por la Unión Europea para que la evolución del espacio común se desarrolle en un área económica sostenible y próspera. Esta formación es aplicable a todos los ciudadanos, pero en especial a los más jóvenes, las nuevas generaciones, que serán los consumidores del futuro más cercano.

Por este motivo, la educación reglada incorpora ya estos contenidos de forma obligatoria, tal como dictan la Ley Orgánica de Educación (LOE 2006) y los Reales Decretos que establecen las enseñanzas comunes de las distintas etapas. Junto con la educación ambiental, la educación vial o la educación sexual, entre otras, la educación del consumidor se integra en el currículum con carácter transversal, es decir, se debe trabajar como complemento en las actividades de enseñanza y aprendizaje y debe impregnar todas las actuaciones del centro educativo.

Competencias consumidoras

Se persigue que los estudiantes adquieran competencias básicas relevantes para la vida diaria

La educación del consumidor en las aulas de enseñanza reglada persigue que los estudiantes de todos los niveles adquieran determinadas competencias básicas que son relevantes para la vida diaria. La idea es que los alumnos alcancen los conocimientos, capacidades y actitudes apropiadas para decidir qué consumir, cómo hacerlo y porqué y que basen sus decisiones en el valor real que para ellos tienen los productos, según sus necesidades y deseos.

DOLCETA, un completo proyecto de la Unión Europea destinado a difundir la educación para el consumo en todos los niveles y coordinado por la Asociación Europea de Centros de Educación Superior y Continua (EUCEN), propone en su programa formativo, diseñado para la educación formal, cuatro áreas temáticas a las que se adhieren estas competencias:

  • Economía personal: el alumnado aprende a gestionar su economía personal y toma conciencia de la importancia que tiene saber administrarse económicamente. Realizar un presupuesto para administrar sus finanzas, evaluar las consecuencias en la toma de decisiones y comprender los riesgos, la seguridad y las responsabilidades antes de hacer una compra son algunas de las competencias que se integran en este ámbito.
  • Salud y seguridad en el consumo: el alumno debe ser capaz de cuidarse, atender a criterios más allá de la estética o la publicidad al elegir los productos y aprender a distinguir esta última de la información.
  • Consumo responsable: el estudiante aprende a analizar los efectos que pueden tener en la sociedad, en el medio ambiente y en la calidad de vida personal sus criterios de consumo individuales. Para lograrlo, es necesario que sepa distinguir entre los distintos conceptos de calidad de los productos, sus procesos de elaboración, materiales con que se elaboran y su impacto en el entorno.
  • Servicios al consumidor: el estudiante debe conocer sus derechos como consumidor, pero también asumir sus deberes. Es necesario que conozca los servicios disponibles para defender sus intereses o los de la sociedad y que sea consciente de la influencia que pueden ejercer los consumidores en la calidad de los productos y servicios, tanto públicos como privados.

    Integración en el currículum

    Una opción es tratar los contenidos como unidades didácticas que complementen los temas de una materia

    Los contenidos de educación del consumidor se pueden integrar en el diseño curricular de los distintos niveles educativos con varias metodologías. Una opción es tratarlos como unidades didácticas que complementen los temas de una determinada materia, como entender el valor del dinero en una clase de matemáticas o identificar posibles impactos del consumidor en el medio ambiente en el aula de biología. También se pueden trabajar como proyectos independientes de la actividad académica estricta, ya sea en forma de concursos escolares, excursiones y visitas extraescolares, etc.

    Distintos proyectos de ámbito nacional, autonómico y europeo ponen a disposición de los agentes educativos materiales on line y recursos didácticos y pedagógicos, que aportan interesantes ideas para incluir estos contenidos transversales en la dinámica diaria de las aulas o proponen actividades y programas de considerable valor educativo.

  • DOLCETA: jerarquía de necesidades, cálculo de gastos, la publicidad o los cereales son los temas centrales de algunas de las actividades de la colección que propone el mencionado portal europeo. Una de sus mayores ventajas es que el docente selecciona la que más se adapte a sus necesidades en función de la edad del alumno (Primaria o Secundaria) o la materia que imparta.
  • Escuela aragonesa del consumidor: un portal de la Dirección General de Consumo del Gobierno de Aragón, que contiene diversos materiales en distintos formatos para que los docentes los apliquen en sus aulas sin necesidad de formación previa en la materia. Incluye juegos y test on line que los estudiantes pueden realizar de forma independiente desde casa.
  • Escuelas del consumidor: EROSKI CONSUMER, además de informar de forma periódica a los consumidores sobre los temas que más interesan en materia de consumo, propone a sus lectores diferentes escuelas del consumidor on line en las que se abordan distintas áreas relacionadas con este tema transversal y que pueden utilizarse por los docentes como material complementario en las aulas.
  • Consumópolis: este concurso, organizado por el Instituto Nacional de Consumo y las administraciones autonómicas, tiene por objeto sensibilizar a través del juego a los escolares de 3º Ciclo de Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria sobre la importancia de ser personas consumidoras responsables. Supone una herramienta práctica y un lugar de acceso a información y actividades para el profesorado. Incluye una serie de fichas pedagógicas sobre diferentes temas que se pueden consultar sin necesidad de participar.
  • Rincón de Consumi: una propuesta del Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid con actividades, pasatiempos y juegos para que los alumnos desde Infantil a Secundaria aprendan sus derechos como consumidores y adopten una actitud responsable con el entorno.
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