Los AirPods son los auriculares inalámbricos de Apple pensados para usarse con el iPhone. Los AirPods constituyen la evolución natural de los auriculares con cable que la compañía de la manzana mordida incluye con sus dispositivos portátiles, ya sean iPhone o iPad. Pero, ¿cómo son los AirPods? ¿Qué tecnología utilizan? ¿Cómo hay que configurarlos? ¿Cuáles son sus principales ventajas e inconvenientes? A continuación se despejan todas estas dudas.
AirPods de Apple: ¡adiós a los cables!
El pasado mes de septiembre Apple organizó su ya tradicional evento de presentación de nuevos productos, donde entre otras novedades anunció los nuevos iPhone 7 y Apple Watch Series 2, además de la versión más reciente de su sistema operativo para móviles, iOS 10. Pero Apple también sorprendió con algo inesperado: los AirPods, unos auriculares inalámbricos pensados para utilizarse con el iPhone.
Los AirPods son la evolución natural de los auriculares con cable que Apple incluye con sus dispositivos portátiles, iPhone y iPad. De hecho, su diseño es casi idéntico, y solo se diferencian, además de en la ausencia de cable, en que la parte inferior de los mismos (la que queda fuera de la oreja) es algo más gruesa; un pequeño sacrificio de diseño necesario para poder albergar en su interior toda la tecnología necesaria.
En cuanto a su calidad de sonido, es tal y como cabría esperar de unos auriculares pensados para su uso diario: un sonido claro, con los bajos ligeramente marcados. No se trata de un dispositivo de alta fidelidad para melómanos exigentes, sino de unos auriculares para empleo urbano, con buena calidad de sonido para disfrutar de música, vídeos y más en el móvil.
Como es habitual en los productos de Apple, la presentación de los AirPods es impecable. Vienen alojados en un estuche de pequeño tamaño que, además de para guardarlos cuando no se utilizan, sirve como batería para cargarlos. Así, mientras estén dentro de él, los auriculares se van cargando. Los AirPods tienen una autonomía de unas cinco horas, pero pueden cargarse múltiples veces en su estuche hasta llegar a las 24 horas de uso. Basta colocarlos dentro del mismo durante 15 minutos para tener tres horas adicionales de carga. Pero es necesario acordarse de cargar el propio estuche de vez en cuando con un cable Lighting que viene con los auriculares.
¿Cómo se configuran los AirPods?
Los auriculares de Apple emplean tecnología Bluetooth, presentes también en otros dispositivos similares, como los altavoces inalámbricos. Pero en este caso no se configuran de la forma habitual, que es visitando la opción «Bluetooth» dentro del menú de Ajustes del iPhone, buscando el dispositivo y emparejándolo. Con los AirPods de Apple el usuario se ahorra esos trámites.
Para enlazar los auriculares con el iPhone, lo único que hay que hacer es tener activado el Bluetooth y abrir el estuche de los mismos cerca del smartphone, y éste lo detectará de inmediato. Los AirPods quedan desde ese momento enlazados con el ID de Apple del usuario, de forma que si este ha iniciado sesión en iCloud, se configurarán de manera automática en todos los dispositivos en los que también se haya iniciado sesión con el mismo ID.
De este modo, si se quieren usar con un Mac, solo hay que seleccionar los AirPods desde el menú de Bluetooth de la parte superior de la pantalla, donde ya estarán configurados como un dispositivo más. Al abrir el estuche, se puede ver una ventana en la pantalla del iPhone donde comprobar cuánta batería le quedan tanto a los auriculares como a su propio estuche.
AirPods: lo bueno y lo malo
Los AirPods de Apple tienen ciertas ventajas. La más importante y más evidente es que son inalámbricos. Un cable puede no parecer una gran molestia a primera vista, pero una vez que se prueban unos auriculares sin cable, se es consciente de lo prácticos que son. La comodidad es aún mayor si se trata de los auriculares que se llevan siempre encima para utilizarlos con el móvil; estos cables acaban hechos un nudo en el fondo del bolso o la mochila, un engorro del que uno se puede librar con facilidad con unos auriculares inalámbricos.
También es de agradecer que su configuración sea tan rápida, y que no haya que pasar por todos los pasos previos necesarios en cualquier dispositivo Bluetooth que se quiera emparejar con el teléfono. En el caso de los AirPods, con abrir el estuche es más que suficiente.
Por último, el hecho de que el propio estuche sirva de cargador es una excelente idea para no quedarse sin auriculares en la circunstancia menos oportuna. Con solo recordar cargar el estuche de vez en cuando, se tiene la batería asegurada en cualquier momento.
Pero no todo es positivo en los AirPods de Apple. Quienes usaran sus auriculares estándar con cable hasta ahora lo más seguro es que echen de menos tener un botón a mano con el que controlar la reproducción de la música o poder subir o bajar el volumen. En los AirPods, todas estas interacciones se llevan a cabo mediante Siri, la asistente de Apple, que no es tan inmediato como apretar un botón.
Otro inconveniente de tener que utilizar Siri es que si se emplean los AirPods con un dispositivo que no sea Apple (como un móvil Android), no queda más remedio que recurrir a los controles de la propia app que se esté usando en la pantalla del smartphone.
Por último, los AirPods de Apple son pequeños y escurridizos. No se caen de las orejas -comprobado tras haberlos probado a conciencia-, pero como son de tamaño tan reducido, uno no puede dejar de pensar que es demasiado fácil perderlos. Y aunque el estuche está para evitarlo, parece que es un tema que también le preocupa a Apple, pues una próxima actualización de su sistema operativo iOS 10 incluirá una app para localizar los AirPods perdidos, igual que ya ocurre con el iPhone.
- Sigue en Twitter a la autora del artículo, Elena Santos, @chicageek.