El cambio climático es, sin duda, una realidad y el principal reto ambiental al que se enfrenta el planeta en la actualidad. Aunque puede llegar a parecer algo lejano y distante, sin embargo concierne y afecta a todas las personas por igual. Este artículo responde a cuatro preguntas para entender qué es el cambio climático, cuáles son sus consecuencias, qué se hace y qué podemos hacer.
1. ¿Qué es el cambio climático y qué lo ocasiona?
El cambio climático es, sin duda, una realidad y el principal reto ambiental al que se enfrenta nuestro planeta en la actualidad. Existe un consenso entre la comunidad científica de que, desde 1850 (revolución industrial), está asociado a las actividades de producción y hábitos de consumo de las personas que generan la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). En el pasado han existido otros cambios climáticos, como las edades de hielo, pero eran ocasionados por causas naturales.
Pequeños cambios en nuestros hábitos diarios pueden lograr grandes avances en la lucha contra el cambio climáticoAunque el cambio climático es un proceso natural, se ha comprobado que en el último siglo las causas de su rápido desarrollo y aumento son sobre todo antropogénicas, es decir, generadas por el ser humano, y lo que es más importante, que la velocidad de cambio es más rápida que en cualquier otro cambio climático histórico conocido, lo que puede provocar consecuencias inesperadas y desconocidas.
La principal forma en la que el ser humano propicia el cambio climático es a través del uso de combustibles fósiles (gasóleo, gasolina, gas natural, etc.) y la deforestación de los bosques, ya que ocasionan la liberación de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, principal gas de efecto invernadero. Al acumularse el CO2 con otros gases en la atmósfera, éste atrapa la radiación solar cerca de la superficie terrestre, lo que causa una absorción mayor del calor y, por lo tanto, el aumento de temperaturas (calentamiento global).
2. ¿Cuáles son las consecuencias del cambio climático?
A nivel mundial, el cambio climático provoca temperaturas más cálidas que hacen que el nivel del mar aumente y las tormentas sean de mayor severidad. Pero estos cambios tienen efectos nocivos y negativos no solo a nivel mundial y nacional, sino también local.
Algunas de las implicaciones que podrían presentarse en nuestro entorno son las siguientes:
- Aumento de las temperaturas mínimas en invierno y de las máximas en verano. Para finales del siglo XXI, se espera que las temperaturas mínimas extremas se incrementen entre 1 y 3 ºC durante los meses de invierno. El número de días helados disminuirá un 50%. Por otro lado, las temperaturas máximas extremas subirán 3 ºC durante los meses de verano. A consecuencia de los cambios, se esperan olas de calor más largas y un ligero aumento de su frecuencia.
- Disminución de las lluvias entre un 15 y 20% para finales de siglo. Se espera una reducción de las lluvias entre un 15 y 20% para finales de este siglo. Disminuirá la frecuencia de días de lluvia moderada y aumentará el número de jornadas de lluvia muy intensa.
- Calentamiento de la temperatura del agua y ascenso del nivel del mar. Para finales del siglo XXI, la temperatura del mar se incrementará de 1,5 a 2,05 ºC en los primeros 100 metros de profundidad. El nivel del mar subirá entre 19 y 49 centímetros.
3. ¿Qué hace la comunidad internacional al respecto?
En los últimos años se han alcanzado grandes avances a nivel internacional en la lucha contra el cambio climático. Tan solo el año pasado se logró la entrada en vigor de un tratado internacional sin precedentes, el Acuerdo de París, el cual tiene como objetivo propiciar a los países el establecimiento de sus compromisos para la reducción de sus emisiones de GEI y la introducción de medidas de adaptación al mismo. El Acuerdo define un antes y un después en materia de compromisos internacionales, ya que reúne a casi 200 naciones frente al objetivo de estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero.
4. ¿Qué podemos hacer nosotros?
Pequeños cambios en nuestros hábitos diarios pueden lograr grandes diferencias a futuro. Muchas veces vemos las implicaciones del cambio climático y pensamos que lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer no marcará una diferencia en el resultado, pero es importante darnos cuenta de que la suma de las acciones que cada uno llevemos a cabo puede conseguir una diferencia extraordinaria en la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.
Existen miles de acciones y variaciones en nuestros hábitos diarios que pueden marcar una gran diferencia con respecto al cambio climático. Algunas de las más sencillas de aplicar son:
- Cambios en la forma de desplazarnos. Realizar modificaciones en la forma de desplazarnos es una de las formas más fáciles y de las que tiene mayores impactos. La simple decisión de caminar o utilizar el transporte público, en lugar del vehículo privado, puede significar una emisión mucho menor de CO2 a la atmósfera. Por ejemplo, una persona en un coche a gasolina durante un kilómetro emite 191 gramos de CO2, mientras que si va en metro suponen 50,4 gramos.
- La incorporación de las tres erres. Si incluimos estas tres acciones al deshacernos de los residuos que generamos, podemos provocar un gran cambio. Las tres erres son:
- Reducir: optar por productos de más de un solo uso o con menor número de envases o embalaje puede ayudar en la reducción de generación de residuos.
- Reutilizar: muchas de las cosas que empleamos pueden tener más de un ciclo de vida, por lo que es importante pensar si se les puede dar un nuevo uso a las cosas antes de desecharlas.
- Reciclar: separar la basura y depositarla en los contenedores específicos de cada residuo puede facilitar mucho el reciclaje y la reutilización de los mismos.
- Hacer un uso eficiente de la energía. Optar por luminarias de bajo consumo; evitar que los dispositivos electrónicos estén en «stand-by» si no se emplean; adquirir electrodomésticos de elevada clasificación energética; mantener la temperatura en casa en invierno por debajo de 21 ºC; y, siempre que sea posible, utilizar los electrodomésticos en programas que funcionan a temperaturas bajas son acciones sencillas que disminuyen el consumo energético y, por tanto, las emisiones de CO2 asociadas a generar esa energía.
- Evitar el uso de plástico y materiales no reciclables. Decisiones sencillas como no utilizar bolsas de plástico pueden tener un impacto importante en el medio ambiente, ya que, debido a sus materiales plásticos de origen y al proceso energético necesario para su fabricación, por cada unidad se emiten alrededor de cuatro gramos de CO2, contribuyendo al efecto invernadero y al cambio climático.
En conclusión, el cambio climático puede llegar a parecer algo lejano y distante, sin embargo es algo que nos concierne y afecta a todas las personas por igual, por lo que la acción conjunta es la única forma en la que se puede actuar para reducir las emisiones de GEI. Es nuestro deber comenzar a cambiar viejos comportamientos para no comprometer el futuro de las próximas generaciones.