Más que el fuego que lo asoló hace unos días, la principal amenaza de Doñana es el agua, o más bien su desaparición. El acuífero de este espacio natural protegido, el mayor humedal de España y uno de los más importantes de Europa, está siendo sobreexplotado por los cultivos agrícolas que lo rodean, en algunos casos de manera ilegal. Pero no es el único impacto que pone en grave peligro el Parque Nacional y el Parque Natural de Doñana. Los proyectos para dragar el río Guadalquivir y extraer energía de la zona, así como la escasez de conejos son otros de sus problemas.
1. La insostenible gestión del agua
«El principal problema actual de Doñana es la gestión del agua tanto en cantidad como en calidad», sentencia Juan José Carmona, coordinador de la Oficina Técnica de la organización conservacionista WWF en Doñana. Según este experto, la superficie de la marisma se ha reducido hasta en un 80% desde mitad del siglo pasado hasta hoy y se están perdiendo hasta el 80% de los aportes que llegaban a ella.
La marisma de Doñana se ha reducido hasta en un 80% de su superficie desde mitad del siglo pasadoCuando se habla del acuífero, o del incendio que pasó hace unos días, se dice que el parque nacional no está afectado. En realidad, el parque nacional es su parte central, pero también está el parque natural, que sirve de zona de amortiguamiento, y una reserva de la biosfera. «Todo ello es una cuenca hidrográfica interconectada con diferentes zonas, y no todas están bien», explica Carmona.
Pero no solo WWF es la única en señalar el mal estado del acuífero: los informes públicos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir o de la Estación Biológica de Doñana también lo confirman.
La causa principal de la sobreexplotación del acuífero es la agricultura. En torno a Doñana se cultiva el 60% de la fresa española, que consume unos 20 millones de metros cúbicos anuales, según datos de WWF. «Dentro de este problema están las extracciones ilegales, que causan un impacto directo y sin control. Pero también figura la política de aumento de regadíos en Andalucía: sin tener en cuenta la situación de la cuenca del Guadalquivir, se ponen árboles de secano como los olivares, que han obligado a aumentar muchísimo la demanda del recurso hídrico», asegura el experto de WWF.
Esta ONG es parte esencial de historia de protección de este espacio natural, una de las principales joyas naturales de Europa por la que pasan seis millones de aves europeas en su migración anual hacia el continente africano. En 1963, tras varios años de negociaciones y recaudar fondos en varios países europeos, el biólogo José Antonio Valverde y el naturalista suizo Luc Hoffmann, primer vicepresidente de WWF, compraron 6.794 hectáreas en el corazón de Doñana por 33 millones de pesetas (unos 200.000 euros), evitando la desaparición del humedal y dando pie al actual espacio natural protegido. Sus responsables han realizado diversos vídeos y campañas para denunciar las actuales amenazas de Doñana, como éste grabado con un dron:
2. El proyecto del dragado del río Guadalquivir
El dragado del río Guadalquivir aspira a lograr que barcos de mayor calado puedan llegar hasta el puerto de Sevilla. La idea está paralizada, pero, en caso de ponerse en marcha, empeoraría aún más la situación del estuario. «Los estudios a raíz del proyecto señalan que ha perdido el equilibrio ecológico y que tiene una alta turbidez que afecta a la calidad de las aguas. La pesca de boquerón, sardina, lenguado, langostino, etc., del Golfo de Cádiz proviene del Guadalquivir y, por ello, si lo matas, también matas esta pesquería, una de las mejores del sur de España», asegura Carmona.
3. El reducido número de conejos
Los conejos son la base de la cadena trófica en Doñana, ya que son el alimento básico de especies emblemáticas como el lince ibérico, el águila imperial, el búho o el milano, entre otros. «Se encuentran en un número ínfimo, lo que está echando por tierra los esfuerzos de recuperación de estas especies», apunta el experto de WWF.
4. Los proyectos mineros y energéticos
La empresa Grupo México quiere reabrir la mina de Aznalcóllar (Sevilla), cuyo derrame tóxico en 1998 causó uno de los peores desastres ambientales de España, llegando hasta los aledaños de Doñana.
El Proyecto Saladillo y el Proyecto Marismas, promovidos por Petroleum Oíl & Gas España S.A. (filial de Gas Natural Fenosa), pretenden seguir extrayendo gas de la zona y convertir Doñana en un almacén inyectando gas en las partes porosas del subsuelo de donde ya se ha extraído, de manera similar al proyecto Castor del Delta del Ebro que aumentó la actividad sísmica de la región.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), responsable de las reservas de la biosfera, ha mostrado su preocupación ante estos proyectos, lo que podría hacer que incluyera a Doñana en su lista negra de espacios patrimonio de la humanidad en peligro.
El especialista de WWF se pregunta si «además de los posibles impactos ambientales y peligros para la población, ¿se quiere seguir apostando por los combustibles fósiles o por otro modelo energético basado en fuentes renovables y hacer frente al cambio climático? La desembocadura del Ebro y la del Guadalquivir son los dos puntos más delicados por este problema de España».
5. La falta de planes adecuados para los incendios forestales
El incendio forestal registrado en junio en Doñana ha evidenciado un problema que afecta a todos los espacios naturales: la falta de medios y planes adecuados de prevención y extinción, como señalaron los bomberos que trabajaron en la zona.
6. El impacto poblacional en la zona
La actividad industrial y turística o la creación de infraestructuras de manera insostenible amenazan de forma constante este espacio natural protegido. «Doñana está en un triángulo poblacional y económico de mucho movimiento, con Huelva, Sevilla, Cádiz, Jerez, Sanlúcar, Matalascañas, etc.», recuerda el experto de WWF.
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