La parte posterior de un radiador se presenta como una zona de difícil acceso para poder empapelar. Pese a ello se trata de un espacio visible, por lo que debe estar empapelado.
En primer lugar es recomendable quitar bien todo el polvo que se deposita sobre la pared a empapelar y sobre el propio radiador. La inaccesibilidad de estos lugares implica que se conviertan en puntos especialmente propicios a la acumulación de polvo. Lo que dificultará la tarea a la hora de empapelar la pared.
Si el radiador posee patas, se deslizará la altura del papel por detrás del mismo, una vez encolado. Con mucho cuidado, se irá aplicando la altura en la pared mediante la utilización de algún objeto alargado, como el palo de una escoba o un rodillo lo suficientemente largo.
Si el radiador está sujeto a la pared mediante unos soportes o los tubos de cobre que le suministran en agua caliente, será necesario recortar el papel de manera que rodee esos soportes. Al igual que en el caso anterior, se aplicará el papel sobre la pared, también facilitando la tarea con el uso de un objeto alargado.