El interruptor diferencial protege a las personas frente a fallos en la instalación eléctrica. Su misión es cortar el suministro cuando se producen fugas a tierra para evitar accidentes. En concreto, este botón -que se localiza en el cuadro de distribución, generalmente, junto a la palabra «test»- es el encargado de detectar la diferencia entre la corriente de entrada y la de salida para que, cuando sobrepase un valor determinado, la instalación quede automáticamente sin energía.
Un interruptor diferencial general protege contra contactos indirectos de los circuitos. No obstante, se puede prescindir de él cuando se instale un interruptor diferencial por cada circuito o grupo de circuitos. Cualquiera de las dos opciones es válida a la hora de proteger la instalación.
Para comprobar que el funcionamiento del interruptor diferencial es correcto, conviene pulsar el botón de prueba periódicamente. Por ejemplo, una vez al mes. Si el diferencial funciona correctamente, la instalación eléctrica queda sin energía y, en consecuencia, se corta el suministro. Si por el contrario al efectuar el test el suministro permanece activo, habrá que revisar el estado del diferencial.
Cuadros de protección, medida y control
Las líneas de alimentación a los puntos de luz parten de un cuadro de protección y control. Estas líneas están protegidas de manera individual en este cuadro. La protección se realiza contra sobreintensidades (sobrecargas y cortocircuitos), fugas a tierra y sobretensiones -cuando los equipos instalados lo precisen-.
La intensidad de corriente a la que salta el diferencial es establecida por la compañía eléctrica de acuerdo a la potencia contratada
La intensidad de defecto o umbral de desconexión de los interruptores diferenciales ha de ser, como máximo, de 300 mA (miniamperios). No obstante, existen casos especiales en los que se admiten interruptores diferenciales de intensidad máxima de 500 mA o un A (amperio).
Cuando el valor máximo que corta el suministro sea igual o inferior a 30 mA, se considera que el interruptor diferencial es de alta sensibilidad. Se trata de una protección complementaria en caso de «fallo de otra medida de protección contra los contactos directos o en caso de imprudencia de los usuarios», según establece el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT).
La intensidad de corriente a la que salta el diferencial es establecida por la propia compañía eléctrica, de acuerdo a la potencia contratada. No la deciden los abonados. De hecho, se procede al precintado de este ajuste para evitar que pueda ser manipulado.
Los dispositivos de mando y protección de la instalación eléctrica deben situarse lo más cerca posible del punto de entrada de la derivación individual, es decir, del punto en el que la línea general suministra energía a la vivienda. Uno de estos dispositivos -además del diferencial- es el interruptor de control de potencia (ICP), que se activa (salta) cuando se supera la potencia máxima contratada, es decir, cuando se conectan a la red más aparatos de los que la potencia contratada es capaz de soportar.
Este interruptor se aloja en una caja que se localiza “inmediatamente antes del resto de dispositivos, en un compartimento independiente y precintable”. Se puede colocar en el mismo cuadro que los dispositivos generales de mando y protección, que deben estar siempre junto a la puerta de entrada. Nunca en dormitorios, baños u otras habitaciones.
La normativa establece que sólo los dispositivos individuales de mando y protección de cada uno de los circuitos pueden instalarse en cuadros separados y en otros lugares de la casa. Respecto a la altura, el REBT exige que tanto los dispositivos generales como individuales de mando y protección se sitúen a una altura comprendida entre 1,4 y dos metros, medidos desde el suelo.