En España, tiramos más de 150 millones de kilos de restos de café (posos y cascarillas) al año a la basura, unos 2.000 millones de toneladas en el mundo. Y esto a pesar de que los científicos afirman que los posos del café son ricos en fibra, eliminan las bacterias malas y tienen capacidad antioxidante 500 veces superior a la vitamina C. Pero si tenemos en cuenta que todos esos restos acaban en el vertedero, al reutilizarlos llevaremos a cabo un gesto ecológico que, además, ayudará a resolver varios retos domésticos de forma más natural, como los siete que enumeramos a continuación: desde hacer compost para las plantas hasta restaurar muebles.
1. Posos del café: manos que huelen bien
Los restos del grano tostado que quedan en la cafetera, los filtros y hasta dentro de las cápsulas resultan de gran ayuda contra el insistente olor que queda en las manos tras picar o pelar ajos. También lo son si ha limpiado pescado sin guantes. Para eliminar el olor, pruebe a frotarse las manos con posos de café y, después, enjuágueselas con agua.
2. Restos de café: fuera olores de basuras, nevera, armarios y coche
Si lo que huele mal es la basura, deje secar los posos de café y extiéndalos en el fondo del cubo de basura, por debajo de la bolsa. Esto ayudará a mantener el cubo sin olores durante una semana. Pero no olvide cambiar los posos para que mantengan su eficacia.
Los posos del café también son un aliado para neutralizar los malos olores de la nevera, dice el programa Hogares Verdes. Si quiere aprovecharlos al máximo, deje los restos secos en el frigorífico dentro de un recipiente hondo destapado.
Este mismo truco sirve para los armarios e incluso para usar como ambientador natural en el coche. En este caso, meta los posos de café secos en el interior de unas medias viejas y anúdelas para que no haya pérdidas. El invento puede colgarlo en el espejo retrovisor o en una percha.
3. Café en el compost
Como saben los amantes de los huertos y de la jardinería ecológica, los posos de café mejoran el drenaje y la ventilación del sustrato de las plantas. Y también puede añadirlos a la maceta para ayudar a la retención de agua. Además, así estará aportando valiosos nutrientes al suelo (nitrógeno y fósforo) que la planta aprovechará.
Hay varios modos de usar los posos: puede echarlos directamente en los tiestos, mezclarlos con la tierra y regar o agregarlos de forma líquida, diluyendo unos 50 gramos de restos de grano en cuatro litros de agua.
Imagínese reutilizar los posos del café para hacer un mejor compost. Este compuesto le servirá para alejar hormigas, mosquitos y caracoles de sus plantas. 4. Café para reparar muebles Los restos del café le ayudarán a quitar arañazos en muebles de madera oscura. Para ello, pruebe a untar los posos en las rayas con ayuda de un bastoncillo para los oídos y déjelos actuar unos diez minutos. Después, puede limpiar la zona con un trapo de algodón.
Asimismo, los posos son un buen tinte natural para algunos muebles: empápelos con agua caliente unos cinco minutos para obtener una pasta de color marrón. Este tinte natural sirve para dar a la madera un toque rústico oscuro, pero también para teñir ropa o pintar sobre papel.
5. Velas con los posos del café Como ingrediente complementario, los posos del café valen para hacer velas aromáticas. En un tetrabrik vacío, limpio y seco, coloque la mecha y eche un poco de parafina líquida e, inmediatamente después, los posos de café, mezclando con ayuda de una cuchara. Termine de llenar el cartón con parafina líquida y otro poco de posos, asegurándose de que la última capa es de parafina. Una vez que la mezcla se endurece, puede romper el recipiente y tendrá una vela aromática.
Imagen: Pixabay
6. Limpiar sartenes con café
Los posos de café, por su estructura de grano, presentan propiedades abrasivas, que los hacen útiles si necesita limpiar el fondo de una olla o una sartén no antiadherentes. Añada los posos de café y frote con un estropajo. 7. Café para limpiar la chimenea
Si tiene la chimenea en casa, almacene los posos de café, ya que le serán útiles. Antes de barrer las cenizas, cúbralas con los restos de café mojados o húmedos, porque le ayudarán a reducir el polvo y controlar las cenizas.
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Si utiliza una cafetera italiana o de filtro, ya tiene el trabajo hecho. Pero si el café que consume es cápsula -menos ecológico, porque deja un residuo añadido y difícil de gestionar-, debe recortar las tapas de las cápsulas para extraer los posos.
Para sacar el máximo partido a los posos, estos deben estar secos. Para ello, déjelos airear en un lugar ventilado y, si es posible, soleado durante 24 horas. Recuerde remover de vez en cuando para facilitar la ventilación. Una vez secos, puede conservarlos el tiempo que necesite en un recipiente de cristal.