La terapia asistida con perros es un complemento para la labor de los médicos y terapeutas de cualquier ámbito, como el trabajo profesional que se realiza con niños con autismo, ancianos solos o personas que padecen depresión. Los animales motivan a los enfermos o participantes y ayudan al psicólogo o terapeuta humano a hacer mejor su tarea. Y cada vez son más frecuentes en hospitales y centros de ancianos. La psicóloga Alba Dorda, especialista en terapias con animales de la Fundación Bocalán, explica con las siguientes claves en qué consiste y cómo ser voluntario en una terapia asistida con animales y por qué no se recomienda participar con su propio perro en estos programas.
1. La terapia con animales es un complemento
La terapia asistida con animales es una intervención complementaria en la cual el perro juega un papel importante. Pero para que sea considerada terapia lo importante es la metodología.
2. Es terapia porque es científica
Esta debe estar basada en la evidencia, con evaluaciones, objetivos terapéuticos y dirigida por un profesional sanitario.
3. Los animales ayudan en los ejercicios
Los animales pueden colaborar de distintas maneras: según el usuario y la sesión, tomarán papeles diferentes. Unas veces ayudan a realizar ejercicios, mientras que en otros momentos animan a la persona a expresar sus emociones.
4. Los voluntarios son esenciales
Cualquiera puede contactar con una asociación de terapia asistida con animales; le harán una entrevista para ver dónde puede aportar más
Cualquier persona interesada puede contactar con una asociación, como la Fundación Bocalán, que trabaje estos programas. Lo normal es que, entonces, los profesionales de la asociación hagan una entrevista al aspirante para ver en qué área concreta del programa puede aportar más. Eso sí: para participar directamente en las intervenciones necesitará una mínima formación en el área sanitaria y/o en terapias asistidas con animales.
Pero si no cuenta con ella, el voluntario también podrá participar de forma indirecta de distintas maneras: localizando centros interesados donde poner en marcha estos programas, buscando patrocinios e incluso realizando materiales formativos para la terapia. Todo este trabajo voluntario es también parte esencial para que se desarrollen los proyectos.
5. Cómo contactar
Todas las asociaciones suelen tener un correo electrónico de contacto para este fin. El de la Fundación Bocalán es intervenciones@bocalan.eu.
6. La intervención con animales se estudia
No es aconsejable que cualquier persona participe en una terapia. Para realizar de modo correcto una terapia asistida con animales son necesarios años de estudios y de experiencia. Hay que saber cómo trabajar los objetivos de la terapia que precisa cada persona y, además, no cualquier perro sirve.
Algunos de los voluntarios de las asociaciones que trabajan la terapia asistida, que cuentan con formación y experiencia y cuyos canes han sido entrenados y son sociables, sí participan en las intervenciones. Sin embargo, es imprescindible antes formar parte del equipo de voluntarios. De este modo, el equipo de profesionales puede evaluar tanto al voluntario como a su perro antes de que puedan participar en intervenciones.
7. Lo que se necesita para participar
Es esencial tener formación sociosanitaria y formación específica en intervenciones asistidas con animales. Además, los profesionales de la terapia evaluarán cómo la persona se desenvuelve en las sesiones como voluntario. Esto solo es posible en situaciones excepcionales, y cuando la persona lleva tiempo trabajando con la asociación o fundación de terapia asistida como voluntario.
8. Las labores como profesional, y las del perro
Las labores del voluntario serían participar en el diseño de las sesiones y en su desarrollo, además de encargarse del entrenamiento del perro. El can participará activamente en las sesiones.
9. Así son los animales que participan en la terapia asistida
Debe ser un can muy fiable, con gran capacidad de recuperación y muy bien socializado. A ojos de un dueño, todos sus animales son maravillosos, pero el que participa en una terapia asistida debe ser evaluado por profesionales en distintos contextos.
El perro debe ser sociable, no ladrar y poseer una buena obediencia y habilidades. Pero, sobre todo, debe disfrutar mucho durante las sesiones. Por eso, no es buena idea que cualquier persona con su can participe en una terapia asistida. Y, generalmente, son los animales de la fundación los que nos acompañan a las sesiones.
10. Asociaciones, solo profesionales
La asociación debe tener amplia formación y experiencia y que los perros sean muy sociables, no muestren ninguna conducta agresiva y estén bien entrenados para participar en las terapias asistidas.
11. ¿Y si quiero una terapia con animales para un familiar?
Hay que contactar con la asociación o fundación, normalmente por correo electrónico, explicando el caso concreto. De este modo el equipo de profesionales del programa podrá evaluar cuáles son las necesidades y realizar una entrevista para conocer los detalles y poder diseñar la intervención.
12. Es aconsejable recurrir a la terapia asistida con animales…
En el caso de los perros, estos programas son recomendables cuando el usuario muestra un gran interés por ellos.
13. Y cuándo no lo es
Las terapias asistidas con animales se desaconsejan en caso de miedos y alergias.