Encender la calefacción es caro. Si usa un sistema eléctrico, sepa que en invierno casi la mitad de la factura de la luz (un 46 %) se va en caldear la casa, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Este consumo se traduce en un gasto anual de unos 2.000 euros, y en algo menos de la mitad, si el sistema de calefacción es gas natural, según un estudio de la consultora PWC. Y es que gran parte del calor se pierde por las paredes, en especial las que dan al exterior. Pero hay trucos sencillos y baratos para calentar la vivienda con ayuda de libros, corcho y lana, y sin tener que recurrir a la calefacción. A continuación detallamos siete de ellos.
Cada hogar español podría ahorrar 300 euros anuales, el 27 % de su factura de gas y electricidad, según el estudio ‘Índice de Eficiencia Energética‘ de la Fundación Naturgy. Y una forma de empezar es aislar mejor la casa para no encender tanto la calefacción. Pero es que, además, las alfombras, cortinas e incluso los burletes ayudan a alejar la sensación de que vive en un iglú.
1. Caza a la rendija: ¡use el burlete!
El papel es un aislante, por lo que una estantería con libros en una pared que dé al exterior puede proteger contra el frío de la calleHay un truco sencillo para mejorar el aislamiento de su hogar, y pagar menos calefacción, dice Cecilia Foronda, coordinadora del proyecto «Ni un hogar sin energía», de la fundación Ecología y Desarrollo: «Coloque un faldón o burlete en la parte baja de la puerta para evitar corrientes de aire frío en invierno».
Un burlete es una tira de espuma, caucho, silicona o un cepillo que se adhiere a los marcos de las ventanas o las puertas para que cierren de forma hermética. Pero mientras que los burletes de espuma son más recomendables para rendijas pequeñas (de entre uno y cuatro milímetros), los de silicona tapan mejor las más anchas y son más resistentes.
Según el Centro Nacional de Educación Ambiental (Ceneam), el 25 % de las pérdidas de calor en casa se producen a través de las rendijas de las puertas y ventanas, así que un buen sellado logrará un ahorro efectivo. Para lograrlo, puede pegar burletes en los marcos de ventanas y de la puerta de la calle para evitar que entre el aire frío. De este modo, conseguirá reducir las pérdidas de energía y bajará sus facturas de gas o luz.
2. La lana es bella, también en las cortinas
Cada grado que sube la temperatura de la calefacción en invierno implica un incremento del 7 % en el consumo. Pero resulta que mantener a raya el termostato puede ser tan simple como escoger unas buenas cortinas que aíslen bien.
Las cortinas no solo adornan ventanas, sino que también son un buen aislante para el hogar. El arquitecto bioclimático Alberto Vigil-Escalera, del estudio MQL, recomienda «escoger unas gruesas, por ejemplo, de lana, para reducir la pérdida de calor de la casa hacia fuera a través de las ventanas«. Cerrando persianas y cortinas por las noches lograremos minimizar esa pérdida de calor, recomienda el experto.
3. El corcho no es solo para las botellas
El corcho es un material aislante que, además, resulta decorativo. Ester Bueno, educadora ambiental del Ceneam, aconseja usarlo «para revestir paredes, techos o interiores de armarios».Otra idea es aprovechar la gran versatilidad de este material para aislar una pared o un espacio concreto, utilizándolo a su vez como un gran tablón de anuncios.Imagen: Pixabay
4. Libros contra el frío
En los libros están los misterios de la historia. Pero también pueden tener la clave para protegerse del frío. «El papel es un aislante ideal, por lo que una estantería con libros en una pared que dé al exterior puede proteger contra el frío de la calle», dice Bueno.
Si ponemos objetos en estas paredes, pueden ayudarnos a perder algo menos de energía, en especial si están fabricados con materiales aislantes. Esto incluye cuadros, armarios y librerías. Y a la inversa: recargar los aledaños de los radiadores cuando los encienda, limitará su potencial.
5. Alfombras que calientan
La alfombra no es que sea mágica, pero ayuda a crear un ambiente agradable, sobre todo si es de lana. Porque no es lo mismo pisar mármol que una alfombra. La lana es un buen aislante, o un mal conductor térmico, ya que lo que resulta una ayuda para proteger los pies del frío del suelo, a la vez sirve para conservar el calor en casa.Si quiere calentarse, además de la lana, puede escoger una alfombra que contenga fibras naturales de bambú o de coco. Este tipo de material es un buen aislante y, además, atrapa menos polvo.
Pero si en su casa tiene suelo radiante, lo conveniente es no colocar obstáculos que impidan que el calor se distribuya con eficacia cuando lo encienda.
6. El color del confort
No se olvide de jugar con los tonos. El color y la temperatura están relacionados: cuanto más oscuro es un objeto, más calor absorbe. Mientras que el negro capta el 98 % del calor que le llega, el gris atrapa el 90 % y el verde oscuro, un 80 %. Y viceversa: los colores blancos o claros absorben el sol, pero devuelven el espectro de luz, de manera que filtran poca energía. Hacerse con un sillón oscuro para las tardes de invierno no es mala idea.7. Mantas: bonitas y calientes
Las mantas están de moda. Y hay tanta variedad donde escoger, que parece difícil elegir una. Si quiere decorar y estar caliente en invierno, no olvide colocar una buena manta sobre el brazo del sofá. Ya puede coger una buena taza de té y disfrutar de su lugar preferido este invierno.- Siga a Eva San Martín en Twitter