Consumir más verduras, legumbres y fruta, y menos productos de origen animal, se impone como una vía saludable. Reducir la ingesta de carne, e incluso ser vegetariano o vegano -siempre con supervisión médica-, es una opción vital cuyas razones van mucho más allá de la salud o la pérdida de peso. Cada vez más personas disminuyen de manera considerable el consumo de productos de origen animal por una cuestión de protección del planeta. ¿Y eso? A continuación sepa el porqué.
Reducir el consumo de carne y aumentar las verduras y frutas en el plato podría disminuir el gasto de agua que supone su alimentación entre el 11 % y el 35 %
El veganismo o el vegetarianismo no son meras modas, sino estilos de vida. Múltiples estudios han demostrado que la reducción de grasas animales en la dieta ayuda a eliminar el colesterol malo, estabilizar los índices de masa corporal y hacer desaparecer la fatiga. Pero es que además, dicen los expertos, también protege el planeta.
Una dieta saludable no solo cuida el corazón y reduce el riesgo de sobrepeso. También puede disminuir la huella hídrica de su alimentación (el agua que se gasta para que el alimento llegue a su plato) hasta en un 55 %. Al menos esto es lo que concluye una investigación reciente. Los científicos admiten que dejar de comer carne, y decantarse por una dieta exclusivamente vegetariana, es la alternativa que consigue un mayor impacto positivo para el medio ambiente. Pero ya el solo hecho de reducir su consumo de carne ya estaría recortando su huella hídrica en un 10 %.
En otras palabras, abrazar una dieta saludable es una situación donde todos ganan: usted y el planeta. «El simple hecho de escoger una dieta más sana, ya sea con una menor cantidad de carne o sin ella (vegetariana o pescetariana), no solo es bueno para su salud, además es una opción buena para el medio ambiente, ya que baja el gasto de un recurso natural tan valioso como el agua», dice Davy Vanham, uno de los investigadores principales de este estudio publicado en Nature Sustainability.
Gasto de una persona en comer: entre 2.500 y 4.000 litros de agua al día
Los científicos han analizado el gasto de agua que implica el consumo de alimentos (nacionales y de importación) en distintos países de Europa y concluyen que, de media, un ciudadano gasta entre 2.500 y 4.000 litros de agua al día solo en función de lo que come.
Pero reducir el consumo de carne y aumentar las verduras y frutas en el plato podría reducir esta huella hídrica entre el 11 % y el 35 %, dicen los investigadores.
Si, además, usted escoge una dieta pescetariana saludable, en la que la carne es sustituida por pescado y legumbres, y la grasa animal cambiada por aceites vegetales, estaría disminuyendo entre el 33 % y el 35 % de agua.
La opción vegetariana saludable es la más sostenible y amable con el planeta, siempre realizada bajo supervisión médica, permite reducir el consumo de agua de su alimentación entre el 35 % y un 55 %.Imagen: pexels
Comer sin contaminar tanto
Las claves para que una dieta, además de saludable, sea sostenible son: consumir menos carne, escoger productos locales y de temporada en general, preferiblemente ecológicos (cuya característica principal es que utilizan menos pesticidas) y frescos, mejor que envasados, para no generar deshechos.
Usted también puede ayudar a reducir el cambio climático, que merma los recursos hídricos disponibles y pone en peligro la biodiversidad animal y vegetal, con cambios moderados en su dieta. Con este pequeño gesto, según el proyecto europeo LiveWell for LIFE, desarrollado por la asociación ecologista WWF y la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas en España, puede recortar el 25 % de las emisiones de gases de efecto invernadero derivados de su alimentación.
Resulta que recomendaciones para proteger el planeta y contaminar menos el aire coinciden, otra vez, con lo que se entiende por alimentación saludable. Se trata de llenar el carro de la compra con «más vegetales y frutas que productos de origen animal«, expone la nutricionista Martina Miserachs, coordinadora de esta investigación.
6 claves para proteger el planeta cuando come
1. Coma más vegetales. Las plantas requieren menos tierra, energía y agua y producen menos emisiones de CO2 (dióxido de carbono), que los alimentos de origen animal.
2. Elija alimentos certificados y de cercanía. Es importante fijarse en que los alimentos hayan sido obtenidos de forma responsable para evitar la destrucción del hábitat.
3. Reduzca el consumo de carne. Mientras que un kilo de carne de cerdo significa liberar casi 5 kilos CO2 a la atmósfera, uno de patatas apenas emite 0,2 kilos de CO2. Si disminuye la ingesta de carne, el impacto en el medio ambiente será muy considerable.
4. Siga dieta variada. La variedad permite frenar la merma de cultivos y variedades locales.
5. Escoja menos alimentos procesados. Este tipo de producto consume más recursos durante su producción y supone un mayor impacto ambiental, ya que suelen incluir más embalajes y envases para su distribución que los alimentos a granel.
6. Diga no al desperdicio de alimentos. Una lista de la compra más coherente y responsable con los alimentos que consumirá ayuda a no tirar comida a la basura y frenar el impacto que implica producirla.
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