Todos somos conscientes de pagar a Hacienda cada año, cuando toca hacer la Declaración de la Renta. Pero la relación con el fisco va mucho más allá y en realidad pagamos impuestos indirectos cada día, cada vez que consumimos. ¿Sabemos, de verdad, cuánto abonamos a través de estos impuestos y por qué? Lo hacemos a diario en la cesta de la compra, al ir a la peluquería o con una cena en un restaurante y, además, como explicamos a lo largo de este artículo, su cuantía no depende de nuestros ingresos, sino del producto en sí.
¿Qué son los impuestos indirectos?
Vamos al gimnasio, tomamos un café, compramos un pantalón… A diario pagamos impuestos indirectos en actividades tan cotidanas como estas. Los impuestos indirectos son «los que se aplican por el hecho de consumir o utilizar cualquier tipo de bienes y servicios, y los que se abonan por las transmisiones de bienes y derechos», explica el asesor fiscal Diego Fernández.
Además, hay impuestos indirectos especiales que gravan el alcohol, el tabaco o los combustibles. Su razón de ser, como señala la Agencia Tributaria, reside «en la consideración de que el consumo de esos bienes genera costes sociales». ¿Cuáles? Por ejemplo, un elevado gasto sanitario por abuso del alcohol o del tabaco o la contaminación que provocan los coches y el uso de hidrocarburos.
Este tipo de impuestos es muy útil desde un punto de vista recaudatorio, apunta el experto, porque «su recaudación es rápida, continua y directa, y no depende de beneficios empresariales».
Impuestos indirectos: todos pagamos lo mismo
¿Abonan todos los ciudadanos los impuestos indirectos del mismo modo? Igual que en la Declaración del IRPF cada persona tributa según sus ganancias, en el caso de los impuestos indirectos, no. Lo que pagamos a Hacienda no depende del poder adquisitivo de la persona. «Son idénticos para quien percibe el salario mínimo y para quien tiene una gran fortuna, porque dependen del producto en sí y de lo que consumas. Cuanto más consumas, más pagarás», aclara Fernández.
Lo que se paga en los impuestos indirectos depende del producto en sí y de cuánto se consuma
Si los ingresos no influyen, en algunos de estos impuestos indirectos sí que tiene su importancia el lugar de residencia. Así, los ciudadanos de las Islas Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla cuentan con uno diferente y especial. El archipiélago tiene un impuesto considerado gemelo del IVA, el IGIC (Impuesto General Indirecto Canario), pero con tipos impositivos menores. Y, por su parte, en las ciudades autónomas disponen del IPSI (Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación), también con tipos más bajos.
Además, hay algunos impuestos cuya recaudación está cedida a las comunidades autónomas, que se encargan también de su gestión, aunque la titularidad sea estatal. Por ello, en impuestos como el de Transmisiones Patrimoniales (ITP) hay diferencias notables entre comunidades.
¿Cuáles son los impuestos indirectos más importantes y conocidos?
Por encima de todos los impuestos indirectos, destaca el Impuesto sobre el Valor Añadido, el IVA, que se aplica desde el 1 de enero de 1986, cuando España entró en la Comunidad Económica Europea. Algunas actividades están exentas, como los servicios médicos y sanitarios, la educación y formación, las sociedades culturales y deportivas, el alquiler de viviendas y las operaciones financieras y de seguros.
Hay tres tipos de IVA:
- Tipo general: se paga un 21 % y se aplica a ropa, cosméticos, gimnasio, peluquería, telefonía, coches o electrodomésticos.
Tipo reducido. Aplica un 10 % a servicios como el transporte de viajeros, nueva vivienda, el agua y productos de alimentación, los productos farmacéuticos, el servicio de bares y restaurantes, bienes para agricultura y ganadería y medicamentos para animales. Además, en enero de este año ha vuelto a aplicarse este IVA reducido a los servicios prestados por intérpretes, artistas, directores y técnicos, que sean personas físicas, a los productores de películas cinematográficas susceptibles de ser exhibidas en salas de espectáculos y a los organizadores de obras teatrales y musicales.
Tipo superreducido. Es del 4 % y afecta a los alimentos frescos como fruta y verdura, pan, huevos, harina, cereales, leche y quesos. Además, también lo es para libros, periódicos, revistas, medicamentos, gafas y lentillas, productos y servicios para discapacitados y viviendas de protección oficial.
Subir el IVA es una práctica de numerosos gobiernos, pero, según los expertos, tiene enormes consecuencias negativas, tanto sobre la capacidad adquisitiva de la población como sobre la redistribución de la renta.
Imagen: jarmoluk
Otro tributo indirecto es el Impuesto sobre las Transmisiones Patrimoniales (ITP) y Actos Jurídicos Documentados (AJD), que se aplica a las compraventas de todo tipo de bienes y derechos, a determinadas operaciones que realizan las empresas y a actos que se tienen que documentar de modo oficial. Es un impuesto cedido a las comunidades autónomas, por lo que no todos los ciudadanos pagan lo mismo.
La Renta de Aduanas y los ya citados Especiales, que gravan el alcohol y el tabaco entre otros, son otros impuestos este tipo.