La solidaridad constituye una herramienta esencial para construir un mundo mejor. Pero más allá de los buenos valores que implica, incluso la ciencia se ha ocupado de esta cuestión altruista. Dice la neurociencia social que cuando dos personas interactúan para ayudarse, en el cerebro se activan circuitos con efecto en la memoria y en las funciones ejecutivas. En otras palabras: el altruismo despierta lo que los expertos llaman el cerebro social, ese lugar donde las emociones y el conocimiento pueden contribuir a hacer una sociedad mejor. Y los juegos ayudan a activarlo. ¿Todos? Deben tener ciertas características para fomentar la solidaridad en los niños. Los seis que a continuación proponemos los tienen.
Para que un juego sea solidario debe incluir un ingrediente ineludible: la diversión. Pasarlo bien despierta la conocida felicidad responsable, algo así como meter en un mismo recipiente dosis de bienestar con una ración de consciencia por el mundo en el que vivimos. Y para despertar la solidaridad, los especialistas afirman que el juego infantil también debe tener en cuenta las buenas relaciones existentes en el grupo, mostrar a los niños y niñas la importancia de ayudar a los demás, plantear retos y ejercitar el trabajo en equipo para resolverlos. Aquí van seis propuestas para conseguirlo.
1. Frena el rumor Las falsas percepciones sobre los demás juegan malas pasadas. Aunque no son ciertas, ayudan a crear imágenes que permanecen en el imaginario colectivo. Es lo que ocurre cuando oímos de forma machacona prejuicios como «los inmigrantes colapsan las urgencias» o «los niños de otros países bajan el nivel educativo de las escuelas».
Para zanjar estas mentiras con cifras y argumentos, el Gobierno Vasco ha creado la guía didáctica ‘Frena el rumor‘ con actividades que pueden transformarse en juego y desarrollar en el aula en grupos.
2. Juegos del mundo Conocer es el primer paso para respetar. Y, mejor aún, empatizar y querer. Por eso, la Consejería de Educación e Investigación de la Comunidad de Madrid recoge en su portal un listado con más de una decena de juegos internacionales que resultan tradicionales para los pequeños de Ghana, China y Lituania, entre otros países.
Una de las propuestas es el juego Mbube, originario de Sudáfrica. La palabra zulú mbube significa «león». El juego se desarrolla a la hora de comer para el mbube, que se lanza a la búsqueda de un antílope (impala) para saciar su estómago. Los niños se colocan en círculo mientras que dos, con los ojos vendados, permanecen en el centro: el león y el antílope. El grupo de pequeños del círculo debe guiar al león para que atrape al impala gritando «¡mbube! ¡mbube!» rápido, cuando está cerca, y más despacio cuando se aleje. Si al cabo de un minuto el león no ha dado con el antílope, otros dos niños toman el rol. Una variante: en lugar de ayudar al león, el grupo puede auxiliar al impala a huir de forma similar.
3. El mapamundi de la inmigración El mapa de la migración interactivo creado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) permite conocer los movimientos humanos históricos desde y hacia las distintas partes del mundo. Constituye un recurso divertido y muy didáctico para descubrir que los ciudadanos de todas las naciones han migrado en algún momento de su historia, además de para aprender lo importante de recibir y ofrecer solidaridad a las personas que migran.
4. Aventuras en el desierto
Este juego ha sido creado por Oxfam Intermón para adolescentes de entre 12 y 16 años. La actividad propone reflexionar sobre el consumo responsable y sirve para aprender a distinguir entre cuáles son nuestras necesidades básicas y cuáles, por el contrario, son creadas.
El escenario para lograrlo es un desierto, y los participantes deben escoger qué cosas necesitan para sobrevivir. La clave está en la puesta en común con el grupo, momento para discutir los productos, alimentos o bienes que cada uno lleva en su mochila. Entre todos, a través del consenso, tienen escoger un máximo de diez.
5. Por preguntar que no quede
Para los más pequeños, la colección de seis cuadernillos ‘Por preguntar que no quede‘ trabaja a través del juego y actividades didácticas temas de actualidad como la inmigración, los derechos de los niños, la igualdad de género, el consumo responsable, la discapacidad, la alimentación y la importancia de la paz. Estos libretos reproducen algunas preguntas repetidas en las aulas por los alumnos de forma positiva e introducen claves pedagógicas para trabajar la educación en valores.
6. Desfile del planeta
‘Imagina un largo desfile‘ forma parte de los juegos solidarios para niños creados por la ONG Aministía Internacional.
La talla de cada participante del planeta se otorga en función de sus ingresos. De este modo, alguien que gana algo más que la media en un país rico tendría una altura de 173 centímetros. En el gigantesco desfile participan todos los habitantes del mundo, y hay un locutor que lee un cuento que invita a reflexionar sobre la injusta distribución de riquezas y las diferencias sociales. El juego puede completarse con material gráfico y terminar con una reflexión grupal.
Hay muchos más juegos solidarios y de cooperación, e incluso es posible inventarlos o adaptar juegos clásicos para transformarlos en altruistas. Pero lo importante es que cumplan estas características:
- Tienen que poderse jugar en grupo, sin descartar o eliminar a nadie.
- Permiten incorporar nuevos niños y niñas al juego en todo momento.
- La actividad hace necesario cooperar o colaborar para conseguir el objetivo.
- Son juegos abiertos a propuestas de los pequeños y les permiten tomar decisiones.