El coche es un claro ejemplo de compra que se paga a plazos. Pero en la actualidad cada vez más artículos se adquieren de esta forma. Neveras, lavadoras, muebles, ordenadores…
Lo mejor para no liarnos es consultar a un experto o a la asociación de consumidores más cercana. La aparición en escena de tarjetas de cada gran superficie nos ha permitido ampliar este abanico de artículos que se pueden pagar en «cómodos» plazos. Es una manera más cómoda, pero que a veces tiene recargos, cosa que debemos vigilar y estudiar de su conveniencia o no en cada caso.