Para solucionar el preocupante problema de los residuos plásticos en nuestro planeta, pueden utilizarse materiales como el papel, el metal o la silicona en la fabricación de algunos productos. Pero, por lo general, como primera opción está sustituir los materiales convencionales por otros alternativos, como los plásticos biodegradables, los compostables o los bioplásticos. A continuación, definimos las principales características de cada uno de estos materiales y profundizamos en los bioplásticos. Además, te damos más datos de las etiquetas en las que puedes fijarte en tus compras y que garantizan un menor impacto medioambiental.
La Agencia Francesa del Medio Ambiente y de Control de la Energía (ADEME) define los materiales biodegradables como “aquellos que pueden descomponerse bajo la acción de microorganismos (bacterias, hongos, algas…). El resultado es la formación de agua, dióxido de carboo (CO2) y/o metano, así como, posiblemente, subproductos (residuos, nueva biomasa)”. La cantidad de oxígeno, el grado de humedad y la temperatura a los que están expuestos influyen en el tiempo de biodegradación de los materiales, que puede ser de entre varias semanas y cientos de años.
Por su parte, compostable es una cualidad que permite al material descomponerse en poco tiempo y convertirse en abono, más conocido como compost (de ahí que este proceso sea denominado “compostaje”). Para que un material pueda considerarse compostable, debe degradarse como mínimo al 90 % en un plazo de seis meses, y siempre necesita de la acción del hombre. Es decir, para que se convierta en abono es necesario que se deseche en un contenedor de materia orgánica y pase por una planta de compostaje o sea sometido a un proceso de compostaje en el hogar.
¿Y bioplástico?
Este término engloba varios tipos de materiales. Por un lado, aquellas sustancias plásticas que han sido producidas a partir de materia orgánica, generalmente vegetal, ya sean aceites, féculas, microalgas o almidón. Pero, por otro, también se consideran bioplásticos aquellos que son biodegradables, aunque su origen sea fósil. Por el momento resultan un buen contrapunto a los plásticos no biodegradables derivados del petróleo.
La lista de bioplásticos es extensa y en ella se alinean versiones de plásticos convencionales, elaborados con materias primas orgánicas, como el poliestireno, el polipropileno, la poliamida… Un poliestireno puede ser producido a partir de derivados del petróleo o de aceites vegetales y, si bien su origen es distinto, su química no lo es.
Imagen: Ermaf62
Las diferentes familias de bioplásticos se clasifican según su origen: los que se elaboran a partir de biomasa o, lo que es lo mismo, a partir de materia prima orgánica, y los que se fabrican con productos de origen fósil como el petróleo. A su vez, se dividen entre los que son biodegradables y los que no.
Origen biológico
- Biodegradable: Bioplásticos fabricados a partir de materiales vegetales como el maíz, la caña de azúcar o la celulosa, estos plásticos sí se pueden biodegradar. Son relativamente nuevos en la industria, aunque ya se están utilizando en la elaboración de envases. Ejemplos: ácido poliláctico (PLA), almidón termoplástico (TPS), polihidroxialcanoatos (PhA) y celulosa regenerada.
- No biodegradable: Bioplásticos. Que un plástico esté elaborado por biomasa no conlleva, necesariamente, que se pueda biodegradar. Es el caso de estos materiales cuya estructura química no se puede descomponer por microrganismos, pero sí son reciclables mecánicamente. Ejemplos: bio-polietileno (BIOPE), bio-polipropileno (BIO-PP), bio-poliamida (Nylon 11) y biopolietileno (BIO-PET).
Origen fósil
- Biodegradable: Bioplástico. Este grupo lleva la etiqueta de «bio» porque, aunque están elaborados a base de materiales fósiles como el petróleo, sí se descomponen por microorganismos. Ejemplos: polietenol (PvA), adipatotereftalato de polibutileno (PBAT) y polibutileno succinato (PBS).
- No biodegradable: Plásticos convencionales. Los plásticos de toda la vida, es decir, aquellos que se fabrican con materias primas derivadas del petróleo y no son biodegradables. Ejemplos: polietileno (PE), polipropileno (PP), poliestireno (PS), tereftalato de polietileno (PET) y policloruro de vinilo (PvC).
Etiquetas que te garantizan un menor impacto ambiental
AENOR. Certificación de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) que acredita el compromiso de un producto o servicio con el medio ambiente a través de una minimización de impactos ambientales.
—
EU Ecolabel. Etiqueta establecida por la Comisión Europea que certifica que un producto o servicio está comprometido con la conservación de la calidad ambiental y con el fomento de una economía circular.
—
—
FSC. Del inglés Forest Stewardship Council, el Consejo de Administración Forestal, con sede en Alemania. Garantiza mediante sus etiquetas «FSC» el cuidado de los bosques. La etiqueta «FSC 100 %» certifica que el producto proviene totalmente de bosques certificados FSC; la «FSC reciclado», que toda la madera o el papel del producto procede de material recuperado o reutilizado, y la «FSC Mixto» es una combinación de ambas etiquetas.
—
—
PEFC. Del inglés Programme for the Endorsement of Forest Certification, el Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal, con sede en Suiza. También certifica con su etiqueta «PEFC» el cuidado de los bosques.
—