Cuando vendemos un piso, nuestro objetivo principal es conseguir hacerlo al mejor precio posible y cerrar el negocio en las condiciones más beneficiosas para nosotros. No obstante, en esta transacción hay una contraparte que, en cambio, quiere comprar más barato y busca también salir favorecida en el proceso. Por eso, para lograr concretar la operación, será necesario que ambas partes accedan a negociar los términos de la compraventa. Esta fase es clave, ya que de ella depende el éxito o el fracaso de la venta. Si estás en ese momento, en este artículo te damos algunos consejos para afrontar este duelo de intereses con soltura.
1. Ante todo, tener claro lo que podemos aceptar y lo que no
Muchas veces cuando estamos vendiendo un piso nos entra cierta prisa, en especial, cuando llevamos mucho tiempo intentando sin éxito conseguir un comprador. No obstante, es muy importante que mantengamos la calma y tengamos muy claras nuestras necesidades. En este sentido, resulta vital que definamos con anticipación nuestra postura y que sepamos los términos que podemos aceptar y los que no.
Si queremos vender nuestra casa para comprar otra, debemos saber antes a qué precio mínimo podríamos vender, en el caso de que nos pidan una rebaja. De esta forma, evitamos dejarnos llevar a un terreno que podría complicar nuestros planes futuros.
Además, a pesar de que la legislación es muy clara en cuanto al reparto de los gastos en una compraventa, en algunos casos da margen a la negociación. Por ejemplo, a la persona que es dueña del piso el día 1 de enero le corresponde pagar el IBI del año en curso, pero la ley permite que se reparta a partes proporcionales, según el tiempo en que cada uno haya tenido la propiedad del inmueble. Por eso es aconsejable que tengamos claro lo que podemos pactar para jugar bien nuestras cartas.
2. Definir nuestros términos, pero ser flexibles
Una cosa es tener claras nuestras necesidades y cuidar de nuestros intereses, pero eso no significa hacer oídos sordos. Debemos ser flexibles y estar abiertos a escuchar la propuesta de la otra parte, evaluarla y buscar un pacto que nos beneficie a ambos. De lo contrario, más que una negociación sería una imposición y podríamos perder valiosas oportunidades.
Por esto es recomendable fijar un precio que dé margen a la negociación y que nos permita estudiar todas las ofertas que recibamos por nuestro piso. Así no nos veremos obligados a rechazarlas de forma contundente a la primera y podremos tomarnos nuestro tiempo para pensar e incluso presentar una contraoferta, para ver si es posible llegar a un acuerdo.
Ser abiertos, empáticos y flexibles contribuye a generar un clima de confianza que puede terminar siendo beneficioso para que la venta se dé y para que todos salgan ganando.
Imagen: Aymanejed
3. Sellar el negocio por escrito
La venta de una vivienda es una transacción importante que tiene muchas implicaciones e involucra grandes cantidades de dinero. De ahí que no podemos dejar nada al azar y es vital que quede constancia por escrito de todo lo que pactemos verbalmente con el comprador durante la negociación.
Así que es aconsejable que firmemos un contrato de arras con el comprador para atar el negocio. Este no es más que un acuerdo privado entre ambas partes que refleja todas las condiciones importantes de la venta: precio, cantidad entregada como señal de reserva, reparto de los gastos o plazo máximo para firmar la escritura, entre otros.
Este documento es muy importante para vender nuestro piso, ya que tiene validez legal y nos protege ante cualquier incumplimiento del comprador. Así que si, por ejemplo, la venta no se produce por culpa de la otra parte y hemos fijado una cláusula en el contrato que penaliza la falta, podemos ser indemnizados o quedarnos con el dinero de la señal de reserva como compensación.
En definitiva, para cerrar la negociación de la venta de nuestro piso con éxito es importante que tengamos claras nuestras necesidades, pero que también estemos abiertos a escuchar diferentes propuestas. Además, es vital que, al llegar a un acuerdo, firmemos un contrato de arras para blindar la operación.