Dos macetas, una bandeja y cuatro velas pueden mantener tu casa caliente por unas horas sin apenas gastar dinero. ¡Y hay más trucos para calentar tu casa por menos! Puedes hacer un “doble cristal” para aislar las ventanas o volver a las viejas costumbres de meter bolsas de agua caliente en la cama cuando al caer la tarde comienza a hacer frío. Tampoco hay que olvidar la importancia de moverse para entrar en calor, algo que se puede conseguir con solo balancearse en una mecedora o realizando unos simples ejercicios con los dedos de los pies.
¿No tienes calefacción en casa?
Conforme avanza el invierno el termómetro se acerca cada vez más a los cero grados. Pero no solo hace temblar el frío, sino pensar en el gasto doméstico en electricidad o calefacción, y la posterior factura de la luz.
Si no tienes calefacción, lo más probable es que tu casa esté muy fría y recurras a calefactores eléctricos (estufas, braseros o radiadores). Pero esta opción supone un elevado gasto al que no siempre es fácil hacer frente. De hecho, un informe de la Fundación FOESSA, de Cáritas, sobre ‘Pobreza Energética’, de febrero de 2020, mostraba que el 16,6 % de hogares españoles no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada, porcentaje que sube hasta el 41,4 % de hogares cuyo sustentador principal está desempleado.
¿Cómo calentar la casa barato? Existen diferentes posibilidades muy sencillas, desde hacer un doble cristal con plástico de burbujas hasta mantener las paredes cubiertas con tapices, muebles o cuadros, entre otras opciones. ¡Los siguientes trucos te pueden ayudar!
12 trucos para calentar tu casa económicamente
1. Calentar la casa con velas y macetas
Con una maceta y cuatro velas se puede calentar una habitación. Es un sistema lento, pero que funciona. ¡Está demostrado! Se utilizaba en los refugios antiaéreos en Reino Unido durante la II Guerra Mundial y es un método muy sencillo y barato.
Basta con colocar cuatro velas encendidas en una bandeja y cubrirlas con una maceta con un agujero en el fondo. En el siguiente vídeo puedes ver cómo hacerlo:
2. Hacer nuestro propio doble acristalamiento
Por las ventanas se va mucho calor durante el invierno. Tanto que, según datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), entre el 25 % y el 30 % de nuestras necesidades de calefacción son debidas a las pérdidas de calor que se originan en las ventanas. Por ello, tener doble cristal ayuda a reducir esta pérdida.
Si no lo tienes y no puedes permitirte este gasto, puedes fabricar uno propio. ¿Cómo? Mediante la colocación de una lámina de plástico con burbujas sobre los cristales de las ventanas.
- En primer lugar, hay que cortar el tamaño del plástico exacto al del cristal donde se quiere poner.
- Antes de colocarlo sobre la ventana (con la parte lisa del plástico pegada al cristal y la de bolitas hacia fuera), se debe rociar todo el vidrio con agua jabonosa.
- Después, basta con situar el plástico mientras el cristal esté húmedo y presionar para que quede fijo.
3. Camas con dosel para calentar el dormitorio
Los medievales no utilizaban camas con dosel por estética o afán decorativo. En una época en que las casas no estaban climatizadas, tener un lecho con «techo y cortinas» permitía dormir aislado del frío. La idea sigue siendo válida en la actualidad, y se puede modernizar o adaptar para poder irse a la cama calentitos.
4. Muebles contra las paredes para estar calientes en casa
Si no sabes qué hacer ya para calentar la habitación de forma barata, prueba a redecorar la habitación. No se trata de estar continuamente moviendo los muebles de lugar, pero si en verano quitar muebles ayuda a estar más fresco, en los meses fríos tener más en las paredes exteriores permite mantener el calor en el hogar. Colocar muebles, cuadros y tapices es muy efectivo, pues actuarán como barreras adicionales frente al frío.
5. Aprovechar el calor de los electrodomésticos
Una buena manera de tener la vivienda caliente es utilizar para caldearla el calor que desprenden los electrodomésticos. Es un consejo válido, sobre todo para la cocina. Si se cierra la puerta y el horno o el fuego están encendidos, la estancia se caldeará en pocos minutos. También los televisores y ordenadores (en especial si son de gran tamaño) desprenden bastante calor que es posible aprovechar.
6. Bolsas de agua caliente y sacos de semillas para calentar la cama
¡Las costumbres de nuestras abuelas están otra vez de moda! La bolsa de agua caliente puede calentar la cama y hacer que la hora de meterse entre las sábanas sea un verdadero placer en pleno invierno. Además de las archiconocidas bolsas de agua caliente, también se pueden utilizar sacos de semillas (o arroz, maíz, etc.) que habrá que precalentar en el microondas en solo dos minutos.
Imagen: tookapic
7. Cortinas: una gran ayuda para calentar la casa
Las cortinas actúan como aislante del frío y bloquean las corrientes de aire. En invierno, conviene que las cortinas sean de colores oscuros (atrapan el calor) y de telas gruesas como el terciopelo. Si se utilizan de doble tela, mejor aún: deben tener un forro de tela más ligera, que durante el día permita pasar la luz y el calor, y otra tela gruesa para aislar del frío y el ruido en cuanto oscurezca.
8. Bajar las persianas para evitar fugas de calor
La luz que entra por las mañanas en casa y calienta suelos y paredes da paso al frío en pocas horas. Las persianas son muy útiles para evitar fugas de calor, por lo que se deben bajar en cuanto la temperatura descienda. Si se actúa de este modo, la vivienda se mantendrá caliente por la tarde y durante gran parte de la noche.
9. Llenar tu piso de alfombras da calor por poco dinero
Hay pocas cosas tan desagradables como pisar un suelo muy frío. Las alfombras, además de resultar decorativas en un hogar, son un método eficaz de aislamiento, que atrapa el frío en el suelo. Las hay de todos los grosores, texturas y precios, por lo que no es preciso gastar mucho dinero para tener una gran alfombra que ayude a tener más caliente la casa, sobre todo si el suelo no es de madera.
10. Utilizar burletes de tela para sellar puertas y ventanas
En forma de búho, de perro salchicha, una hilera de casitas, de cuadros, lunares, tela de saco…. Los burletes para evitar que el calor se escape de una habitación por debajo de la puerta están de moda. Además de ser muy útiles y evitar fugas caloríficas, resultan muy decorativos.
11. De noche, apagar la calefacción y usar tejidos polares
Mantener encendida la calefacción por las noches resulta muy caro y no es bueno para la salud: un ambiente demasiado caldeado favorece la propagación de virus.
Para estar calientes sin arruinarse ni poner en riesgo la salud, es conveniente utilizar pijamas de felpa y mantas de tejido polar mejor que de lana. ¿Por qué? La razón estriba en que las fibras polares garantizan un mejor aislamiento térmico que la lana. Además, estas mantas son muy cómodas, pues pesan mucho menos.
12. Usar una mecedora para calentarse
Balancearse en una mecedora es muy agradable… ¡y aporta calor! Mientras se está sentado en ella se puede generar energía al mover los músculos de brazos y piernas sin apenas esfuerzo: así se activa el flujo sanguíneo y se crea calor.
No es el único ejercicio que se puede hacer para calentase en casa: una bicicleta estática puede resultar de gran ayuda y, también, realizar movimientos simples con los dedos de los pies. Si se mueven los dedos hacia arriba y abajo 20 veces y después se hacen círculos con los tobillos otras 10 veces, pronto se notará que se entra en calor. La fórmula mejora si, además, se contraen y estiran muslos y glúteos también 10 veces.
Imagen: Pezibear
¿Tienes calefacción? Aprende cómo gastar menos en 4 tips
Si tienes calefacción, también te interesa calentarte sin gastar de más. Si quieres saber cómo calentar una casa económicamente, puedes seguir estas pautas:
1. Usa un termostato
La forma más económica de utilizar la calefacción es instalar un termostato. ¿Por qué? Porque te permite regular la calefacción de acuerdo a tus necesidades. Estos aparatos funcionan con un circuito eléctrico que está conectado a la caldera; así pueden apagar o encender la calefacción. Los más modernos, inteligentes, se pueden conectar al móvil o al ordenador a través de la red wifi.
2. Enciende la calefacción al llegar a casa
La costumbre de dejar la calefacción al mínimo durante todo el día no es buena idea, si lo que quieres es ahorrar. Si lo haces, provocas un gasto energético permanente (además, puede aumentar si hay picos de electricidad durante el día).
Lo más adecuado es apagarla y volverla a encender al llegar a casa (se caldeará mientras te cambias de ropa). Aunque emplee un poco más de energía en el arranque, el gasto será menor que si la dejas puesta todo el día.
3. No enciendas y apagues continuamente
¿Frío? Enciendo la calefacción. Ahora, demasiado calor… ¡la apago! Nada gasta más (y es menos eficaz) que este modelo de actuación.
Cada vez que enciendes la calefacción, gastas más energía, y además los cambios continuos hacen que la casa no se caldee. Lo más adecuado es ponerla a menos grados durante un tiempo continuo.
4. Mantén la casa tibia, no demasiado caliente
En línea con el anterior, lo más adecuado es mantener la casa a 19-21 ºC y, si sientes un poco de frío, ponerte una chaqueta. Tener calefacción no significa que debas vestir con ropa de verano en casa durante el invierno, sino estar cómodo.
Si la temperatura es demasiado elevada, es más fácil resfriarse al salir a la calle, ya que el cambio de temperatura será demasiado brusco.
Además de seguir algunos trucos, hay que tener en cuenta distintos factores que determinan cómo puedes calentar tu casa de manera más barata. Algunos de ellos son:
- La orientación de la fachada. Influye en el gasto energético, pues condiciona la climatización de la casa, según señala el IDAE. Conviene saber que si tu casa tiene orientación este, la vivienda se calienta por la mañana y se va enfriando a lo largo del día, y que la orientación norte es la más fría (son las dos orientaciones más demandadas en el sur de España). En cambio, las orientaciones oeste y sur son las más buscadas en el norte. Si la fachada es oeste, recibe luz desde mediodía hasta el anochecer; si da al sur, la luz entra desde primera hora de la mañana hasta la puesta de sol.
- La calidad de los materiales en techado, paredes, suelos… Hay edificios antiguos construidos con materiales poco aislantes que dejan pasar frío y calor. Sin embargo, una casa bien aislada y sellada puede conseguir un ahorro energético cercano al 90 %. Para las cubiertas son aconsejables el poliestireno extruido (XPS) o la lana térmica. Para calentar la casa resultan perfectos los suelos y paredes radiantes.
- La ubicación de las habitaciones. Cocina y baños necesitan menos calefacción que el salón (la zona donde se hace más vida) o los dormitorios. Por ello, en lo posible, debes intentar que los cuartos y la sala de estar estén orientados al sur.
- La tarifa de la luz. ¡No olvides comparar las distintas tarifas de luz! Puedes ahorrar varios cientos de euros al año según la tarifa que tengas contratada.