Para vender una casa no basta con encontrar comprador. Es necesario realizar una serie de trámites que no solo requieren que tengamos tiempo, sino que también implican un desembolso de dinero. Si vendemos el piso con una inmobiliaria, ella misma se puede encargar al completo de hacer las gestiones, pero nos cobrará una comisión. En cambio, si decidimos llevar a cabo la operación por nuestra cuenta, nos ahorraremos los honorarios, pero tendremos que ser organizados para que el papeleo no se convierta en un problema. La buena noticia es que hay algunos trámites que podemos hacer gratis y sin complicaciones. Te los contamos.
1. Tasar nuestro piso para fijar el precio de venta
Este es el comienzo de toda venta. Gracias al proptech y a las múltiples herramientas de valoración que existen en Internet podemos valorar nuestro piso de forma sencilla y totalmente gratuita. Solo tenemos que introducir los datos de nuestra vivienda en la página elegida y, casi de modo instantáneo, recibiremos en nuestro correo electrónico o podremos visualizar en la pantalla una horquilla de precios basada en el mercado inmobiliario.
Pero debemos tener en cuenta que cada plataforma tiene diferentes criterios de medición, por lo que los resultados que nos puede arrojar una u otra pueden ser muy dispares. Por eso, es importante realizar tantas valoraciones como sea posible y consultar con otras fuentes para comparar los valores. Podríamos mirar los precios de los pisos similares al nuestro publicitados en los portales inmobiliarios. También podríamos pedir la opinión de varias agencias inmobiliarias; nos podrán tasar la casa gratis, aunque su intención será captarnos como clientes.
2. Los planos de la casa para publicar nuestros anuncios
Si bien este no es un trámite obligatorio, sí es muy recomendable para promocionar el piso en los portales inmobiliarios y destacarnos por encima del resto de los anunciantes. Debemos tener en cuenta que, en estas webs, la competencia puede estar muy reñida, ya que cada día se cuelgan cientos de anuncios de casas en venta.
En este sentido, los planos pueden ser muy útiles para que los potenciales compradores se hagan una idea bastante aproximada de la distribución de la vivienda. Además, esto es muy aconsejable si el piso que queremos vender necesita reformas, ya que el comprador podrá imaginarse todas las posibilidades que le ofrece la casa.
En la Red existen unas cuantas plataformas en las que podemos hacer los planos nosotros mismos. Un arquitecto nos puede cobrar entre 100 euros y 200 euros por ello, pero por esta vía no tendremos que pagar ni un euro. Lo único que tenemos que hacer es entrar en la página elegida y empezar a dibujar arrastrando y soltando elementos. Eso sí, debemos procurar que nuestro esbozo se ajuste a la realidad, de lo contrario puede ser muy decepcionante para un potencial comprador al visitar el piso.
Imagen: StartupStockPhotos
3. El contrato de arras para sellar el negocio con el comprador
Este documento es muy importante para vender nuestra casa, ya que recoge todas las condiciones de la venta pactadas con el comprador y las posibles penalizaciones por incumplimiento. De esta manera, nos protege ante una eventual falta de la otra parte.
Un abogado nos puede cobrar, al menos, unos 100 euros por redactarnos un contrato de arras. Sin embargo, en Internet abundan cientos de modelos de contratos gratuitos que podemos utilizar de base para elaborar el nuestro. Eso sí, tenemos que ser muy cuidadosos al redactarlo y no dejarnos nada importante. Un posible error o la omisión de un detalle esencial se puede convertir en un quebradero de cabeza, dado que el notario lo usará como guía para hacer la escritura de compraventa.
4. El certificado de estar libre de deudas con la comunidad de vecinos
Este justificante acredita que no tenemos ninguna deuda pendiente con la comunidad. Para obtenerlo solo tenemos que pedírselo al administrador o al presidente de nuestra finca. Lo mejor de todo: no tendremos que pagar nada por ello.
5. El recibo del IBI
Este tributo lo abonamos cada año solo por el simple hecho de ser propietarios de un inmueble. Aunque debemos estar al corriente de este pago para vender el piso, no tenemos que hacer ninguna gestión adicional para demostrarlo.
Con el simple recibo del abono del último año o un justificante del banco en el caso de estar domiciliado es suficiente. Y en el caso que no lo tengamos, nuestro ayuntamiento también nos puede dar un resguardo gratis para acreditar que estamos al corriente del pago del IBI.
Debemos tener en cuenta que este tributo le corresponde abonarlo al que es propietario el día 1 de enero. Así que, si, por ejemplo, vendemos la casa a mitad de año, podemos repartir el gasto con el comprador, de forma que cada uno asuma el gasto correspondiente a la cantidad de tiempo que ha tenido la propiedad de la vivienda.