Los orificios de la plancha tienden a ensuciarse debido, sobre todo, al sarro que se forma a causa de las impurezas del agua. Esto perjudica el proceso de planchado, aumenta el consumo y acorta la vida útil del electrodoméstico. En este artículo se explica cómo limpiar los conductos de la plancha con cera o con vinagre y la importancia de usar agua desmineralizada o destilada para mantenerlos libres de suciedad.
Limpiar los orificios de la plancha con cera o vinagre
Una de las partes de la plancha que con mayor facilidad se ensucian y que más perjuicios acarrean para su utilización son los orificios a través de los cuales emite el vapor. El principal motivo es la formación de sarro, una película compuesta por los sedimentos presentes en el agua que se adhieren a las paredes y el fondo de los lugares por donde el agua circula. Por ello, el mejor consejo es emplear en la plancha agua desmineralizada o destilada, o al menos una mezcla a partes iguales de agua destilada y del grifo.
Los dos métodos más prácticos para limpiar los orificios de la plancha emplean elementos naturales: velas y vinagre
Limpiar los orificios de la plancha, de todos modos, es sencillo. Existen dos métodos, y ambos con recursos naturales: uno, velas, y el otro, vinagre.
El primero requiere entibiar la plancha, desconectar la salida de vapor y luego, con el aparato desenchufado, frotar una vela sobre la superficie. La cera se derretirá y obstruirá los orificios. Se deja así durante unos minutos y después se limpia con una esponja de acero fina. Para quitar los restos de cera, se enchufa el aparato de nuevo, se activa la salida de vapor y se plancha cualquier tela que no sirva: los residuos de cera quedarán sobre ella.
El vinagre, por su parte, también es un limpiador muy efectivo y útil para estos casos. Se puede emplear de dos maneras distintas para los orificios de la plancha. Si la suciedad es superficial, es decir, si está presente sobre todo en la parte visible del orificio, bastará con restregar esta zona con vinagre, lo cual se puede efectuar con un bastoncillo con algodón en los extremos o un cepillo de dientes viejo.
Si la suciedad, en cambio, se hace notar a través de los orificios (porque sale poca agua) pero no está en la superficie sino en los conductos internos o en el propio tanque, lo que hay que hacer es llenar el depósito con una mezcla de agua destilada y vinagre blanco. Se deja reposar el líquido con la plancha apagada durante unos 15 minutos, luego se enciende y, una vez caliente, se saca a través de los orificios, como si se estuviese planchando algo, hasta que el tanque quede vacío. Para eliminar el olor que pudiera dejar el vinagre, y que luego podría transmitirse a la ropa, se puede repetir el proceso pero solo con agua destilada.
Los orificios de la plancha tienen la función de emitir el vapor para humedecer la ropa y que esta quede en óptimas condiciones para el planchado. Si tales agujeros están obstruidos, las consecuencias negativas son varias: no llega a la prenda el vapor adecuado, hay que forzar más el aparato, esto genera mayor consumo y mayor desgaste y, por ende, se reduce su vida útil.
Las planchas modernas poseen un regulador que permite graduar la cantidad de vapor que emiten en función del tipo de tejido que se ha de planchar. Para aprovechar al máximo el rendimiento del regulador, es fundamental que los orificios se encuentren libres de cualquier clase de obstáculos.
Estos modelos de planchas también dejan diferenciar entre dos posibles tipos de vapor para aplicar. Uno es el continuo que genera una cantidad de vapor constante (la medida aconsejable es de entre 20 y 30 gramos por minuto) sin importar la cantidad de agua que quede en el depósito de la plancha. El otro es el llamado “súper vapor” o “golpe de vapor”, que se aplica de forma vertical. Por lo general, basta con uno solo de estos “golpes” (con un vapor generado a unos 80 gramos por minuto) por cada prenda o área de prenda que se desee planchar.