Vivir hoy en día sin una cuenta corriente es algo que la mayoría de nosotros ni nos planteamos. Prueba de ello es que el 98 % de los españoles tiene una cuenta abierta, según la última ‘Encuesta de Competencias Financieras’ del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) publicada en 2018. Sin embargo, no somos conscientes de nuestra dependencia de la banca hasta que nos bloquean la cuenta y no podemos operar. Adiós a hacer transferencias, a pagar recibos, a cobrar la nómina, a sacar dinero… Aunque no es una práctica habitual, hay una serie de motivos que pueden acabar provocando que nuestra cuenta corriente acabe bloqueada. Y todos ellos los podemos evitar.
Motivos por los que un banco puede bloquear una cuenta
Por lo general, para que un banco pueda bloquear una cuenta corriente “se precisa necesariamente una autorización judicial, la conformidad de todos los titulares o la concurrencia de una causa debidamente justificada”, tal y como explica el Banco de España en su Memoria de Reclamaciones de 2019. Hay tres causas justificadas y entre ellas se encuentra, por ejemplo, no haber actualizado el DNI si ha caducado. Eso sí, la entidad debe avisar al titular antes de bloquearle la cuenta y, si no fuese posible, justo después.
1. Tener el DNI caducado
Cuando abrimos una cuenta corriente, nos tenemos que identificar. No es un capricho de los bancos, sino que lo dicta la ley. Sin embargo, la mayoría de nosotros solemos pensar que, con hacerlo una vez, basta, pero no es así. Las entidades están obligadas a mantener actualizada la información que tengan de sus clientes, de ahí que si nuestro DNI caduca, estemos obligados a presentarlo de nuevo. En caso de no hacerlo, podría bloquear nuestra cuenta con todas sus consecuencias. Por lo que si recibimos un aviso de nuestro banco advirtiéndonos de que debemos actualizar nuestro documento de identidad, mejor hacerlo si no queremos acabar con la cuenta corriente bloqueada.
Algunos bancos obligan a sus clientes a realizar este trámite en una oficina, mientras que otros permiten enviar una fotografía del nuevo documento a través de sus aplicaciones para el móvil, lo que facilita el proceso.
En cualquier caso, el Banco de España señala que no es “admisible” y que no se ajusta al criterio de buenas prácticas bancarias que una entidad bloquee una cuenta corriente por la falta de documentación sin informar al cliente sobre ello.
2. Realizar movimientos sospechosos
Los bancos no solo están obligados a identificar a sus clientes, sino también a conocer el propósito que le quieren dar a la cuenta, a hacer un seguimiento continuo de sus operaciones y a recabar información a fin de conocer su actividad profesional, tal y como establece la normativa relativa a la prevención del blanqueo de capitales.
Esto significa que si la entidad detecta operaciones poco habituales en nuestra cuenta o que no estén relacionadas con nuestro perfil como, por ejemplo, ingresos procedentes de otros países, puede solicitarnos documentación adicional que acredite el origen de nuestros fondos. Si nos negamos a proporcionarla, el banco puede proceder a bloquear la cuenta.
3. Dar órdenes contradictorias
Si los titulares de una cuenta corriente dan órdenes contradictorias al banco, este puede bloquear la cuenta con el objetivo de no favorecer a ninguno de los intervinientes. El objetivo de esta práctica es que la entidad mantenga una postura neutral ante el conflicto de los cotitulares, por lo que es importante evitar este tipo de situaciones. El banco debe informar de la medida antes del bloqueo o, como muy tarde, justo después y desbloquear la cuenta cuando los cotitulares lleguen a un acuerdo o cuando haya una decisión judicial.
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Tener una segunda cuenta para seguir operando
Quedarnos sin cuenta corriente puede suponernos un gran problema, ya que no podremos atender sus obligaciones financieras ni gestionar nuestras finanzas del día a día. Para evitar que esto ocurra, lo idóneo es disponer, al menos, de una segunda cuenta corriente con una cantidad mínima de dinero. Así, si la cuenta principal acaba bloqueada, podremos sacar dinero de la segunda o usar la tarjeta asociada para nuestras compras del día a día. Y, además, tendremos un medio para hacer transferencias y pagar recibos.
Para que esta segunda cuenta no nos genere gastos ni obligaciones, podemos abrir una cuenta corriente sin comisiones y sin vinculación que no nos obligue a domiciliar ni la nómina ni recibos, ni tampoco a mantener un saldo mínimo para que sea gratis. Así, podremos utilizarla solo cuando lo necesitemos. Las cuentas online, tanto las que comercializan los bancos fintech como las de las entidades tradicionales, suelen cumplir con esta premisa.