La aparición de un bulto bajo la piel puede alarmarnos, pero en principio, no debería hacerlo. Por lo general, son quistes, tumores cutáneos benignos que no revisten gravedad, aunque podrían infectarse y dar más que un problema. Los conocemos como quistes sebáceos. En las siguientes líneas te contamos qué son, en qué partes del cuerpo aparecen, por qué lo hacen y cómo deben tratarse.
Qué es un quiste sebáceo
Un quiste sebáceo es un tumor cutáneo benigno. Este quiste piloso se forma a partir de un folículo piloso en la piel y está compuesto por una bolsita recubierta por un epitelio. En su interior guarda cierta cantidad de “grasa mezclada a veces por bacterias que forman parte de nuestra microbiota”, explica Mª José Alonso, dermatóloga almeriense miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Esa composición, además de su tamaño, es la que diferencia al quiste sebáceo del lipoma; y es que este último tumor lo constituye un mayor acúmulo de otra grasa subcutánea.
De forma redondeada, bien delimitado, sin extenderse hacia los lados y sin inflamación, estaremos ante un quiste sebáceo normal. ¿Cuándo no lo es? Cuando la salida de la grasa se cierra y entonces se obstruye y aumenta de tamaño, nos resulta incómodo, con molestias y hasta con dolor.
¿En qué áreas del cuerpo puede aparecer?
Los quistes sebáceos pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo donde haya una glándula sebácea que va asociada a un pelo, comenta la experta. Pero son más frecuentes en la zona seborreica: la cara, la parte superior del pecho o la espalda y en áreas de roce, como la axila o las ingles. No tiene nada que ver con el quiste sacro que aparece en la espalda. En el caso de que el quiste sebáceo se presente en la cabeza tiene un nombre específico: quiste tricolémico.
Cuáles son sus causas
En los bultos de grasa localizados en el cuerpo los factores son hereditarios. “Hay familias con más tendencia a tener piel grasa y con genes que favorecen que se padezcan más tumores de este tipo”, detalla la especialista.
En cambio, si aparecen en la cara, las causas son más externas. Es más frecuente en personas con tendencia al acné, pero también si se tienen estos hábitos o rutinas:
- Utilizar cremas demasiado oclusivas, grasas…
- Permanecer mucho tiempo en ambientes con mucha humedad, como trabajando en cocinas o gasolineras.
- Alta exposición al sol. Así, en personas que trabajan al aire libre es habitual que aparezcan estos quistes en la nuca y en las mejillas.
El acné empeora por la alimentación. Pero ¿tiene algo que ver la alimentación con el quiste sebáceo? “Influye en la composición del sebo, en que sea una piel más grasa, pero no en que se formen quistes”, aclara la dermatóloga.
De ahí que las medidas preventivas frente a los quistes sebáceos sean:
- Evitar llevar ropa muy ajustada, si suelen salir en zonas de roce, como axilas o ingles.
- No usar cremas ni maquillaje muy oclusivos en la cara.
- Evitar ambientes muy húmedos y de hidrocarburos, así como una gran exposición al sol.
Cómo se tratan los quistes de sebo
Por lo general, tener un quiste seborreico no es grave, por lo que no es necesario ningún tratamiento específico. Entonces, ¿cuándo ir al dermatólogo y consultar por nuestro quiste? Alonso destaca cuatro casos:
- Si no se sabe si es un quiste o no.
- Se está poniendo rojo.
- Está aumentando de tamaño.
- Y, por supuesto, cuando queramos eliminarlo.
¿Cómo se quita un quiste sebáceo? Si la bolsa está cerrada, la forma de sacarlo o abrirlo dependerá de su tamaño y profundidad. Si son pequeñitos, para su extracción basta con puncionarlos y vaciarlos con algo estéril. Si son muy superficiales, un peeling o un láser servirán. Pero si son más profundos, habrá que hacer una pequeña cirugía con anestesia local y, en algunos casos, habrá que dar puntos.
¿Qué pasa si mi quiste se infecta?
El riesgo de los quistes sebáceos es que pueden infectarse. Y a pesar de que la infección en principio no reviste gravedad en personas no inmunodeprimidas, sí resulta dolorosa, además de engorrosa por las curas que implica. Y es que un quiste sebáceo infectado dolerá, supurará… y, entonces, habrá drenarlo, vaciarlo, limpiarlo bien y curarlo a diario, porque hasta que no esté bien limpio no se podrá cerrar.
Sin embargo, la dermatóloga de la AEDV advierte de que la infección puede ser grave si se da en algunas zonas faciales, como el centro de la cara o cerca de los párpados: “Puede dar fiebre y derivar en una infección más generalizada”.
Por eso, lo idóneo es que no se infecte. Para ello, es conveniente no intentar quitar el quiste sebáceo en casa; es decir, no hay que intentar estrujarlo y vaciarlo si aún no se ha infectado, porque se puede romper y sobreinfectar. De hecho, es lo que suele ocurrir involuntariamente con los quistes que aparecen en la espalda: cuando uno se sienta en una silla, lo roza, se rompe y se infecta.