El remache es una pieza de ferretería muy habitual en los trabajos de carpintería. Está compuesto por dos partes: un tubo cilíndrico, denominado vástago, y una cabeza de un diámetro mayor para que, al introducir el remache en un agujero, quede encajado. Es un sistema de fijación que une dos piezas distintas, sean o no del mismo material, de una forma rápida y segura. La principal ventaja de los remaches reside en que es posible emplearlos para uniones a las que sólo se accede por una de las dos superficies que se van a ensamblar.
Tipos de remaches
Remaches y tornillos comparten la misma función: ambos se emplean para ensamblar dos elementos. Sin embargo, los primeros no son reutilizables, ya que sólo es posible usarlos una única vez. Sí se asemejan en el modo de clasificarlos, que como los tornillos depende de las distintas formas que tienen sus cabezas:
Alomado: es el más demandado por su versatilidad y diversidad de usos. Está disponible en una gran variedad de diámetros y longitudes.
Avellanado: se emplea cuando se necesita un acabado plano, en el que no sobresalga la cabeza del remache en las piezas que se ensamblan.
Ancho: esta cabeza permite remachar materiales de diferentes resistencias. Al tener mayores dimensiones, reparte las cargas mejor y evita la deformación de las superficies que se unen.
Cómo se utilizan
Para realizar un ensamblaje con este tipo de fijación, es imprescindible utilizar una remachadora. Es una herramienta que no perfora por sí sola, sino que ejerce una fuerza tractora sobre el remache hasta insertarlo en la superficie.
La remachadora no perfora por sí sola, sino que ejerce una fuerza tractora sobre el remache hasta insertarlo en la superficie
En primer lugar, con la ayuda de un taladro, se deben realizar en las dos piezas los orificios pasantes. Es conveniente que los agujeros sean precisos y perpendiculares para que el remache encaje y no queden holguras que debilitarían la unión.
A continuación, se introduce el vástago de la pieza en la boquilla de la remachadora y se acciona la herramienta varias veces hasta que la cabeza del remache se inserte en los orificios.
En general, una misma remachadora permite colocar fijaciones de diversos tamaños y formas. La mayoría de las herramientas se equipan con varias boquillas intercambiables, que sirven para alojar distintos cabezales de remache.