Todos los elementos que se pueden encontrar en una casa rústica son aprovechables para los amantes del bricolaje y la jardinería. Un ejemplo de ello son los viejos abrevaderos de piedra que utilizaban los animales para beber agua, que se pueden reconvertir en pequeños maceteros y que, en este caso, estarán cubiertos por especies alpinas.
Antes de elegir las plantas alpinas que se integrarán en la pileta, el primer paso consiste en adecuar el antiguo abrevadero. Así que, antes de que sea más difícil su desplazamiento, es recomendable ubicarlo en el lugar deseado y debajo de él se colocarán unos ladrillos o unas maderas para que la base levante unos 10 centímetros del suelo.
Una vez colocado y elevado, si el recipiente no posee unos agujeros en el fondo, hay que procurárselos para asegurar así un buen drenaje. Con un taladro de broca ancha se realizarán dos orificios, separados entre sí por al menos 35 centímetros.
Con el mismo fin de facilitar el drenaje se empieza a rellenar la base de piedras, trozos de ladrillo o macetas de barro. Posteriormente se le van añadiendo las sucesivas capas de turba, una mezcla de tierra franca y mantillo, para acabar con una capa superficial de arena gruesa o gravilla.
Cuando se tiene el sustrato listo, cada uno debe preparar la composición de plantas alpinas que desee. Para guiarse, sirvan los siguientes consejos:
-Conviene utilizar plantas rastreras en los bordes.
-Se pueden colocar piedras de toba natural semihundidas en la tierra.
-Las especies tapizantes quedan muy bien, si se plantan entre las rocas.