El turismo mueve millones de personas por todo el mundo y ofrece grandes beneficios económicos. Sin embargo, este incremento de la actividad turística también acarrea graves perjuicios al medio ambiente, como el aceleramiento del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y de espacios naturales, o el uso desmedido de los recursos. El turismo ecológico se presenta como una alternativa respetuosa con la naturaleza, basada en el desarrollo sostenible, que ofrece una opción más ecológica y saludable a los consumidores, y una mejora de las comunidades locales e indígenas, evitando su desaparición. Los parajes naturales, la gastronomía ecológica, o la falta de masificación son algunas de las ventajas que ofrecen los proveedores de este turismo ecológico, aunque reconocen que la oferta es todavía insuficiente y los precios son en general más caros. Asimismo, conviene exigir una serie de criterios de calidad, puesto que se trata de un sector poco regulado. En definitiva, los turistas pueden ayudar a mejorar el medio ambiente siguiendo unas normas básicas cuando viajan y llegan a sus destinos turísticos.
¿Por qué es necesario el turismo ecológico?
El turismo es uno de los sectores más importantes de la economía: La Organización Mundial de Turismo (OMT), institución perteneciente a la ONU, calcula que durante el año pasado se movieron 808 millones de turistas en todo el mundo, de los cuales 55,6 millones llegaron a España, según datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Sin embargo, el Ministerio de Medio Ambiente (MMA) recuerda que este creciente desarrollo del turismo amenaza a la naturaleza, al acelerar algunos de sus principales problemas, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y de espacios naturales, o el uso desmedido de los recursos naturales. Por ejemplo, según el MMA, se ha comprobado que un turista consume un 7% más de agua que un habitante de su destino de vacaciones.
Por ello, cada vez son más las iniciativas públicas y privadas para promover este tipo de turismo entre los consumidores, hasta el punto de que la ONU dedicó el año 2002 al “ecoturismo”. No obstante, el término se presta a muchas interpretaciones, lo que en ocasiones lleva a utilizarse de manera incorrecta. Como afirma Sandra Benbeniste, de Ecología y Desarrollo (http://www.ecodes.org), “no es suficiente que se desarrolle en la naturaleza para que pueda denominarse “verde”. Philippe Lemaistre, del Departamento de Desarrollo Sostenible del Turismo de la OMT, diferencia el ecoturismo del más amplio concepto de turismo sostenible por los siguientes principios:
- Contribuye activamente a la conservación del patrimonio natural y cultural, revitalizando las zonas rurales y naturales
- Incluye a las comunidades locales e indígenas en su planificación, desarrollo y explotación y contribuye a su bienestar
- Interpreta el patrimonio natural y cultural del destino para los visitantes
- Se presta mejor a los viajeros independientes, así como a los circuitos organizados para grupos de tamaño reducido, diversificando la oferta turística, y dando la posibilidad a los turistas de descubrir un entorno único
- Conciencia a los turistas sobre temas de sostenibilidad
- Ofrece una herramienta económica para la conservación de las zonas protegidas
El turismo ecológico tiene una doble vertiente para los consumidores, según Severino García, coordinador de Turismo y Medio Ambiente de la Fundación Ecoagroturismo (http://www.ecoagroturismo.es). Por un lado, supone un ejercicio de responsabilidad social, minimizando los efectos de la actividad turística en el medio, y por otro lado, conlleva la práctica de hábitos saludables y ecológicos.
En opinión de Mario del Real Fernández, biólogo ambiental y director de las webs Turismo Rural (http://www.turismorural.com) y Ecoturismo (http://www.ecoturismo.com), “la confluencia de las personas, sus costumbres, el paisaje, sus ecosistemas, hacen del ecoturismo una experiencia única e irrepetible.” Por su parte, los responsables de Asociación Española de Turismo Rural (ASETUR), (http://www.ecoturismorural.com) aseguran que ofrece “tranquilidad, naturaleza, deporte, gastronomía, buenos equipamientos e infraestructuras, un producto ideal para familias, grupos, mayores y jóvenes.”
Escasa oferta comercial y precios elevados
Sin embargo, el ecoturismo también tiene sus inconvenientes. Severino García afirma que el consumidor lo tiene difícil debido al “mayor coste del producto ecológico, la falta de información y la dificultad para encontrar productos alternativos al turismo convencional.” Por su parte, el proveedor de estos servicios también tiene dificultades de comercialización, según García, “por la escasa presencia de este segmento en el sector turístico, el desconocimiento y desconfianza del consumidor, la falta de regulación y abuso del término “eco” en el turismo, y el mayor coste para implantar criterios como las energías renovables o los productos ecológicos.”
En opinión de Mario del Real, “el único inconveniente del ecoturismo reside en que, debido a sus características para la protección del medio ambiente, restringe las actividades y movimientos: debemos seguir las normas especiales de cada lugar turístico. En contraprestación, el ecoturismo no tiene problemas de masificación”.
En cuanto al precio, el responsable de la Fundación Ecoagroturismo reconoce que el ecoturismo es un producto “objetivamente más caro”,
“El ecoturismo es un producto objetivamente más caro”
En cuanto a los precios en los denominados países del tercer mundo, Del Real considera que pueden ser más reducidos, “porque en la mayoría de los casos no necesitan dichas inversiones, al practican lo que ahora denominamos ecoturismo desde tiempos ancestrales, y en muchos casos, el denominado “comercio justo”, por lo que los servicios son ofrecidos por los propios habitantes de la región, que han sido formados para ofrecer la mejor calidad en servicios y productos a los visitantes”. Philippe Lemaistre considera que, dependiendo de los destinos, “puede ser ligeramente más caro, porque supone ir a destinos que no son de masa, sin ofertas tradicionales, ni compañías de bajo coste”.
Por su parte, desde ASETUR se afirma que es “mucho más barato y tiene mucho más valor añadido que otros sectores, porque contamos con valores que no tienen precio: la naturaleza, la comida típica, la cultura, los paisajes, el entorno y, sobre todo, la oferta de actividades en el entorno”. Sandra Benbeniste considera que no tiene por que ser más caro, ya que “las empresas que adoptan modelos de gestión más respetuosos con el medio ambiente ahorran costes, por lo cual no debería afectar al precio que ofrecen”.
Cómo contratar un viaje de ecoturismo
Mario del Real explica que en el caso de los alojamientos y el turismo rural, el consumidor debe exigir unos criterios de sostenibilidad, o “ecocriterios”, que establecen la utilización de productos ecológicos y materias primas renovables y naturales; el respeto al paisaje y la arquitectura regional, así como a la cultura y costumbres locales; el ahorro de agua y energía y el uso de energías renovables; y una apropiada gestión de residuos.
Severino García propone seguir desde Ecotur, un portal que su Fundación ponía en marcha en abril de este año para promover el turismo ecológico, los criterios de la Red Eceat-Internacional, que participa desde hace unos quince años en la implantación de un Turismo Sostenible en Europa y en la homogeneización de las etiquetas europeas en materia de Turismo y Medio Ambiente (http://www.eceat.org). Para participar en el proyecto, las iniciativas interesadas deben cumplir dichos requisitos, que pueden leerse en la web de Ecotur (http://www.ecotur.es/v_portal/apartados/pl_basica.asp?te=37).
Asimismo, otra manera de comprobar la calidad de una oferta turística ecológica es mediante los sistemas de certificación de sostenibilidad,
Mediante los sistemas de certificación de sostenibilidad también se puede comprobar la calidad de una oferta turística ecológica
En España, según los responsables de ASETUR, “hay buenos alojamientos catalogados con sellos y sistemas de calidad de primer orden, como EMAS, ISO, Q, etc., con un gran nivel de calidad, equipamiento y servicios y a un precio razonable para lo que ofrecen”. No obstante, Severino García cree que estas ecoetiquetas son aún muy escasas en nuestro país, puesto que son “muy costosas e inviables para la gran mayoría del sector, sobre todo del medio rural, donde sin embargo se dan las condiciones objetivas para la elaboración de un producto turístico ecológico.”
En definitiva, el consumidor debe tener cuidado con los servicios y productos que llevan el calificativo de “ecológico”, porque en ocasiones pueden darle gato por liebre. Severino García reconoce que el turismo ecológico en España “aún es un segmento minoritario que no está regulado adecuadamente”, y llama la atención sobre ciertos portales en Internet que se venden como ecológicos y que “no solamente carecen de criterios sino que venden productos turísticos agresivos y depredadores con el medio.”
A pesar de ello, Mario del Real sugiere utilizar la Red, “e incluso, con un poco de paciencia, planificarlo uno mismo contactando directamente con los proveedores de los servicios de ecoturismo a través de la web”, si bien también recomienda las agencias de viajes, “donde siempre se puede encontrar algo”. Lemaistre recomienda buscar turoperadores especializados, ONGs y asociaciones de ecoturismo, entre ellas, la principal: The International Ecotourism Society (http://www.ecotourism.org/). Benveniste también recomienda varias webs: Turismo Responsable (www.turismoresponsable.net); Turismo Sostenible (www.turismosostenible.info); Redturs (www.redturs.org); Biosphere Hotels (www.biospherehotels.org); y Echoway (www.echoway.org). Por su parte, los responsables de ASETUR, además de Internet, y en concreto el portal de esta asociación, y de las agencias de viajes, sugieren la Guía Oficial de las Casas Rurales, editada por Anaya, y en la que figuran los alojamientos de sus asociados.
En cuanto a los destinos preferidos por los “ecoturistas”, Mario del Real destaca en España los alrededores de los Espacios Naturales Protegidos: “Estas zonas tienen menores restricciones y permiten acceder a las zonas de interés ecoturístico de los Parques Naturales o Nacionales, así como a sus “Centros de Interpretación”, donde se explican los valores naturales de estos espacios y las actividades que se realizan”. Por su parte, Severino García añade que lo que más atrae a la gente es “el consumo de productos saludables, y por lo tanto, la producción agroalimentaria ecológica”. En cuanto a los destinos en el extranjero, el experto de la OMT afirma que Costa Rica tiene mucha fama, aunque advierte de que “en cada país se puede hacer ecoturismo”. Por su parte, La experta de Ecología y Desarrollo hace una mención especial al “turismo comunitario”, “un turismo gestionado directamente por las familias en ciudades o pueblos de países en vías de desarrollo, que quiere contribuir a mejorar los ingresos de estas familias. El turista renuncia aquí a las mayores comodidades de los establecimientos hoteleros a favor de un contacto más directo con la cultura local”.
Consejos para ser un buen turista ecológico
Durante este verano, el Ministerio de Medio Ambiente, la Fundación Biodiversidad e Iberia han fomentado las buenas prácticas ambientales en los viajeros mediante una campaña en la que se han ofrecido “Diez recomendaciones para un turismo sostenible”. Según sus responsables, al asumir esto consejos, el turista contribuye a conservar la riqueza biológica de la Tierra y a mejorar las oportunidades de desarrollo de muchas personas. Las recomendaciones son las siguientes:
- Elija los proveedores que le ofrezcan garantías de calidad y de respeto a los derechos humanos y al medio ambiente.
- Utilice los recursos naturales, como el agua y la energía, con moderación. Recuerde que son bienes escasos.
- Trate de minimizar la generación de residuos. Son una fuente de contaminación.
- Cuando tenga que deshacerse de un residuo, hágalo de la manera más limpia que le facilite su lugar de destino.
- En un espacio natural procure que la única huella que deje atrás sea la de su calzado.
- Si visita ecosistemas sensibles, como arrecifes de coral o selvas, infórmese de cómo hacerlo para causar el menor impacto posible y no degradarlos.
- Al comprar regalos y recuerdos busque productos que sean expresión de la cultura local. Favorecerá la economía de los pueblos que le acogen y la diversidad cultural.
- No adquiera flora y fauna protegida por el Convenio de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), ni productos derivados de dichas especies. Es un delito y contribuye a su extinción.
- En su destino disfrute conociendo la cultura, costumbres, gastronomía y tradiciones de las poblaciones locales. Respételas y acérquese a ellas, tienen mucho que contarle.
- Trate de contribuir con su presencia al desarrollo de un turismo responsable y sostenible, construyendo con su viaje un planeta más saludable y solidario.
Por su parte, WWF/Adena también lanzaba un decálogo de consejos “para unas vacaciones comprometidas con la naturaleza” (http://www.wwf.es/noticia.php?codigo=869). Los responsables de esta organización ecologista, además de coincidir con los principios aportados por el MMA, Iberia y la Fundación Biodiversidad, aconsejan a los turistas visitar parques naturales y reservas, “ya que los gastos que se realicen en ellos repercutirán directamente en la protección de estas áreas naturales”. Asimismo, recomiendan disminuir el consumo de productos de cuidado personal y detergentes, la reducción del uso del vehículo privado, y en definitiva, respetar la Naturaleza.