La escasez de lluvia de los últimos años está provocando en España una situación que preocupa cada vez más a los consumidores. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha aseverado que la sequía, que cumple ya su tercer año, “es la más grave que ha afectado nunca a España y más particularmente en las cuencas del Júcar, del Segura, en la cabecera del Tajo y en el Ebro”. Según los expertos, los problemas podrían evitarse con la concienciación de los consumidores y el impulso de una gestión más eficaz y ecológica de los recursos, siguiendo los preceptos marcados en la Directiva Europea del Agua.
Situación preocupante en España
El director general del Agua, -dependiente del Ministerio de Medio Ambiente (MMA)-, Jaime Palop, afirmaba recientemente que no se podrán cubrir las necesidades básicas de abastecimiento de ciertas poblaciones y regadíos, salvo que se registren unas precipitaciones “absolutamente excepcionales”, algo muy difícil en las condiciones de sequía actuales. No obstante, Palop confía en que próximamente llueva lo suficiente como para al menos paliar en parte el problema.
Por su parte, la ministra Narbona ha subrayado que en este tercer año de sequía “no ha faltado agua en ninguna ciudad”, por lo que se trata de “ayudar a las comunidades autónomas con obras, en algunos casos de emergencia, para garantizar el abastecimiento”. Por ejemplo, la Confederación Hidrográfica del Ebro cuenta desde hace año y medio con un Decreto Especial al respecto.
El director general del Agua ha destacado el caso preocupante de la cuenca norte, especialmente el País Vasco
En este sentido, Cristina Narbona ha señalado que “se desmorona el tópico de la España húmeda”, y recuerda que las cuencas internas del País Vasco se encuentran al 43% de su capacidad -más de doce puntos por debajo de la media estatal-, o las dificultades que ha experimentado Cantabria hace poco.
Según el presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), Jorge Marquínez, los sistemas hidrográficos del Norte son más vulnerables, porque los ríos son cortos y rápidos y los embalses de poca capacidad, lo que impide prever su rendimiento a largo plazo. Así, mientras los embalses del resto de España pueden contener hasta 500 hectómetros cúbicos, en la zona norte los mayores alcanzan los 60 hectómetros. La web Embalses.net, que cuenta con datos del MMA, informa del estado de los embalses y pantanos de España.
Asimismo, los responsables ministeriales han apuntado la falta de agua en algunas poblaciones, como Málaga capital, y los problemas de la cuenca del Guadalquivir, con un 29% de agua almacenada del total de su capacidad.
Posibles soluciones
Los expertos recuerdan que la gestión del agua en España durante el siglo XX se centró en el incremento de la oferta mediante grandes inversiones en ingeniería civil, como los famosos embalses. Según la organización conservacionista WWF/Adena, España tiene el mayor número de grandes presas del mundo, que producen “excesivos daños ambientales y sociales”, pudiendo dañar o secar ríos y humedales, afectar las pesquerías o especies protegidas y provocar problemas económicos por la subida de tarifas y desalojo de poblaciones.
En la actualidad, los responsables europeos priorizan estrategias sostenibles basadas en varios pilares: Ahorro en el consumo, nuevos enfoques de gestión centrados en la demanda, mejora de la eficiencia tanto en el ámbito urbano como agrícola, y conservación ecológica de los recursos naturales. Para ello, se aprobaba a finales de 2000 la Directiva Marco del Agua 2000/60/CE (DMA), que deberá ser desarrollada por todos los países miembros hasta su plena culminación, en 2015.
Aproximadamente, el 40% de las aguas suministradas por las redes de distribución no se controlan
En este sentido, tras la anulación de los proyectados trasvases, el actual MMA trabaja en la asunción de los objetivos de la Directiva Europea, y apuesta por el impulso de modernas técnicas de desalación. Por ejemplo, la segunda desaladora más grande del mundo y la de mayor producción de Europa, con 80 hectómetros cúbicos anuales, se construirá en Torrevieja (Alicante).
Según los defensores de estas instalaciones, las nuevas tecnologías, en concreto las membranas semipermeables de baja presión, han reducido sus costes económicos y energéticos, volviéndolo más competitivo que los trasvases de agua. Sin embargo, el aumento de la tarifa eléctrica está encareciendo su coste, hasta el punto de que el MMA ha solicitado ayuda al Ministerio de Industria para solucionar este inconveniente.
Por otra parte, sus detractores recuerdan los problemas ambientales de los vertidos de salmuera, a pesar de que en este aspecto también se ha mejorado en los últimos años. Por ejemplo, la planta desaladora de Torrevieja cuenta con un informe positivo de Declaración de Impacto Ambiental, según sus responsables. En cualquier caso, diversos expertos sostienen que la desalinización masiva no debería ser el camino a seguir, y que sólo debería utilizarse para problemas puntuales de abastecimiento.
Los expertos también destacan que los acuíferos representan un importante valor a tener en cuenta: Ofrecen unos seis mil millones de metros cúbicos de agua para el riego de un millón de hectáreas y el abastecimiento de doce millones de personas. José Manuel Murillo afirma que la sobreexplotación de este recurso de agua subterránea era el principal peligro de hace unos años, aunque hoy día está bastante controlada. En la actualidad, sostiene, “el gran problema es la falta de gestión, que se ve agravada por una legislación que no permite, en numerosos casos, la toma de medidas técnicas y administrativas adecuadas”.
Asimismo, algunos especialistas hablan de regular el “agua virtual”, o volumen de agua necesaria para ofrecer un servicio o elaborar un producto. Por ejemplo, un kilo de trigo necesita unos mil litros de agua, mientras que la carne necesita una cantidad entre 5 y 10 veces superior. De esta forma, afirman, las instituciones podrían planificar mejor la escasez de agua, favoreciendo la exportación de productos “caros en agua” en los países con excedentes importantes, y animando a su importación en los países con estrés hídrico, como España.
Por su parte, algunos expertos proponen una gestión del agua a nivel regional y no local, como en la actualidad, e incluso a nivel internacional, para lograr acuerdos entre los países con los que España comparte cuencas, como Portugal. En este sentido, añaden, el país luso sufre una doble sequía, al quedarse por ejemplo sin los suministros del Tajo que las autoridades españolas cortan río arriba.
Las nuevas tecnologías también contribuyen a luchar contra la escasez de agua. A las ya citadas desaladoras, se les puede sumar las plantas desnitrificadoras, el estudio de las condiciones atmosféricas y climatológicas, o incluso el desarrollo de técnicas de lluvia artificial. En este último apartado, el “Greshem Project” o “Proyecto Lluvia”, en el que trabajan diversos expertos de la NASA, así como de universidades belgas, israelíes y norteamericanas, podría ofrecer en los próximos años resultados positivos.
Castigar el consumo excesivo garantizando el mínimo
Hace unos meses, el MMA planteaba la posibilidad de subir el precio del agua para castigar su uso abusivo, mediante la implantación de tarifas por tramos de consumo. Sus responsables calculan que en España se despilfarran un total de 900 hectómetros cúbicos de agua, que permitirían el consumo anual de 14,7 millones de personas.
La ministra Narbona, siguiendo una propuesta de Ecologistas en Acción, reclamaba además a todas las administraciones garantizar a todos los ciudadanos el acceso al consumo de un mínimo de 60 litros de agua potable por habitante y día a un precio asequible.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pertenecientes a 2004, el consumo medio en España fue de 171 litros por habitante y día, con diferencias notables entre autonomías: Andalucía es la que más consume, con 189 litros mientras que La Rioja se encuentra en el polo opuesto, con 148 litros. No obstante, estas cifras incluyen el consumo público además del doméstico.
España es el tercer país más barato de Europa en factura de agua, aunque con diferencias de hasta un 426% entre distintas ciudades españolas
En este sentido, buena parte de los servicios de agua y saneamiento hoy día están concesionados a grandes empresas privadas -en torno al 50%-, por lo que algunos especialistas reclaman el desarrollo de un sistema público que regule y garantice, de manera transparente, las tarifas y las condiciones mínimas del servicio.
Por el momento, se trata de propuestas que todavía tendrán que ser debatidas y en su caso, aprobadas. No obstante, la Comunidad Autónoma Vasca podría ser un ejemplo a seguir: Recientemente se aprobaba la Ley Vasca de Aguas, con la que se pondrá en marcha, en enero de 2008, la Agencia Vasca del Agua y un canon ecológico que obligará a pagar más a los ciudadanos que sobrepasen los 130 litros por persona y día.
Cómo pueden ahorrar agua los consumidores
Según un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 51% de los consumidores españoles no sabe cómo ahorrar agua, y lo que es más preocupante, muchos encuestados afirman no estár interesados en las medidas para ahorrar agua, bien porque piensan que son caras (38%), porque reducen la comodidad (22%) o porque son complicadas (21%).
Sin embargo, algunas medidas son muy sencillas de llevar a cabo, no restan calidad de vida, y ahorran muchos litros de agua, mejorando de esta forma el medio ambiente:
- Colocar dos botellas llenas dentro de la cisterna ahorra de 2 a 4 litros en cada uso. Asimismo, evitar usar el inodoro como papelera.
- Cerrar el grifo al lavarse los dientes o afeitarse ahorra hasta 10 litros.
- Ducharse en cinco minutos, en vez de bañarse, ahorra hasta 150 litros, y evitar las duchas de las playas.
- Arreglar las averías de grifos y cañerías lo antes posible: Un grifo que gotea pierde hasta 30 litros diarios. Instalar mecanismos de ahorro en los grifos, y decantarse por los de tipo “monomando”.
- Lavar la fruta y verdura en un cuenco ahorra hasta 10 litros de agua.
- Regar al anochecer para evitar pérdidas por evaporación y sólo lo necesario. Optar por plantas autóctonas, que necesitan menos agua.
- Poner en marcha la lavadora o el lavavajillas sólo cuando estén llenos, y comprar modelos de uso eficiente del agua. Si friega a mano, utilice una pila para enjabonar y otra para aclarar, y si no tiene dos pilas, utilice un barreño.
- No abusar de la lejía, porque dificulta el trabajo de las depuradoras, y utilizar detergentes ecológicos, sin fosfatos.
- Al cocinar, medir la cantidad de agua que necesita hervir, para evitar su derroche por la evaporación. Si tapa la olla, hervirá más rápido, y apague la llama nada más completarse la ebullición.