Según refleja el Barómetro de Consumo 2007, la incorporación de la población española a las Nuevas Tecnologías se diversifica. Mientras el número de hogares españoles que cuentan con un ordenador todavía no alcanza el 60%, se dispara entre los jóvenes la posesión de aparatos como los móviles y los reproductores de música digital. Por otro lado, la gente mayor se descuelga peligrosamente.
Lo más importante
Por vez primera el Barómetro de Consumo indaga en el equipamiento informático de la población: el 59% de los de los hogares españoles cuentan con un ordenador, ya de sobremesa ya portátil. Los más jóvenes (14 a 20 años) son los que en mayor proporción tienen un ordenador en su casa (90%), y se mantiene holgadamente por encima del 70% ese equipamiento hasta los 50 años, pero a partir de esa edad desciende vertiginosamente (58% en la franja 51-60 años, y 24% en la de más de 60 años).
Por otro lado el estatus marca mucho: el 83% de las familias más acomodadas tiene ordenador en casa, mientras que sólo lo tienen el 40% de las de estatus bajo. En cuanto a la disponibilidad de ordenador fuera del hogar, el 34% de la población tienen acceso de forma continua a un ordenador fuera de su hogar, ya en el centro de trabajo (el 54% de quienes pueden usar un ordenador fuera de su casa), en la vivienda de un familiar o conocido (19%), en su centro de estudios (19%), en un centro público (12%) o en un cibercafé o similar (7%).
Siete de cada diez españoles de más de catorce años tienen acceso de forma continua a un ordenador
Acceso a Internet
El 68% de los hogares que cuentan con ordenador, está conectado a Internet; es decir que en España sólo uno de cada tres hogares con ordenador no lo tiene conectado a Internet. Incluso en los mayores de 60 años, la conexión a Internet de quienes disponen de ordenador en casa es mayoritaria (56%).
El 68% de los hogares que cuentan con ordenador, está conectado a Internet
Sin embargo, no ocurre lo mismo respecto al correo electrónico, donde se mantiene la diferencia porcentual de cinco puntos. Parece que en este apartado los hombres siguen siendo los principales usuarios.
La conexión a Internet es mayor en los hogares con ordenador pertenecientes al estatus alto (78% están conectados) que a los bajos (58%). Por tipo de hogar, la mayor proporción de conexión a Internet es en las parejas jóvenes sin hijos (85%), y la menor en jubilados (53%) y adultos independientes (60%).
Usos de Internet
la prestación más utilizada de Internet es, sin duda, la navegación web para buscar información o consultar algo (62% de los usuarios de la Red dicen que es el servicio que más utilizan de Internet), seguida del correo electrónico (49%), la mensajería instantánea o messenger (21%), la compra o reserva de productos o servicios (11%), la participación en chats o foros (8%), los juegos on line (8%), las descargas de música, juegos o películas de cine (2%), y las consultas de bancos (1%).
En general, los usuarios siguen creyendo que Internet no es un medio seguro para comprar
La mensajería instantánea (el messenger) y los juegos online son casi exclusivos de los más jóvenes, y el correo electrónico es utilizado con mayor asiduidad por quienes tienen entre 20 y 30 años.
Este Barómetro lleva seis años preguntando a los consumidores dos cuestiones referidas a esta percepción. Por un lado, si piensan que Internet es un medio seguro para comprar y, por otro, si creen que en Internet están garantizados los derechos del consumidor. Ambas preguntas reciben una respuesta concluyente: no.
Porque los encuestados otorgan una media de 4,7 puntos sobre 10 posibles a la seguridad de Internet como medio de compra y pago, y de 4,35 puntos a la garantía que ofrece de cumplimiento de los derechos reconocidos a los consumidores. La situación ha mejorado algo desde 2001 (en que los valores eran de 3,75 y 3,71, respectivamente), pero muy poco desde el año pasado (4,6 y 4,4, respectivamente) y sigue en zona de suspenso.
La tercera edad se descuelga de la Sociedad Digital
La brecha digital se reduce por sexos y entre clases sociales, pero se agranda de modo alarmante entre estratos de edad, de modo que la diferencia entre los usuarios más intensivos, los jóvenes y adolescentes, y las personas mayores es en ocasiones abismal. Esta tendencia puede verse agravada con la inclusión de nuevos aparatos y modas tecnológicas. Si bien su solución está en manos de los diseñadores y los expertos en usabilidad, en genereal las cifras juegan en contra de los más mayores.
Sirva de ejemplo que en la franja de edad de los 14 a los 20 años, donde se encuentran los ‘hard users’ o usuarios intensivos, el acceso a ordenador en el hogar es de un 90%, mientras que entre las personas mayores de 60 años cae al 21%, 69 puntos porcentuales. Cabe preguntarse, por tanto, cómo se valdrán estas personas en los siguientes 20 años en los que la tecnología, en lugar de ayudarles a afrontar la tercera edad, puede condenarles a la marginación y la frustración.
¿Cómo se valdrán estas personas en los siguientes 20 años en los que la tecnología puede condenarles a la marginación?
La franja de población joven accede al ordenador mayoritariamente, ya sea en casa o fuera de casa: en el tramo de 14 a 20 años el 61% lo hacendesde el centro de estudios, mientras que en el siguiente tramo acceden desde su lugar de trabajo (51%). Entre la población mayor de 60 años, el acceso desde el puesto de trabajo es del 26%, aunque un 18% acceden al ordenador desde centros públicos y un importante 46% lo hace desde casa de un familiar, probablemente sus hijos o nietos.
Mayores y pocos pero ‘conectados’
Una buena parte de las personas mayores que tiene ordenador tiene también conexión a la Red, aunque no hay que olvidar que son sólo el 24% entre los mayores de 60 años. El acceso a Internet en el hogar se mantiene, de todos modos, en torno al 70% en todas las franjas de edad, pero cae al 56% entre los mayores de 60 años. Es decir, que poco más del 12% de la población mayor de 60 años accede de modo más o menos regular a la Red.
Respecto a los usos de Internet, los mayores de 60 años buscan menos información (45% frente al 67% de la franja de 21-30 años) y usan menos el correo electrónico (35% frente al 64% de la franja de 14-20 años). Pero donde estas diferencias se muestra dramáticas es en programas de uso tan frecuente como los clientes de mensajería instantánea: sólo el 7% de los mayores de 60 años los usa, frente a un 54% de los adolescentes (14-20 años).
Su participación en los chats y foros es diez puntos menos que entre los adolescentes, los grandes señores de la particpación online, punto alarmante si se tiene en cuenta que de cara al futuro estos sistemas pueden ayudar a muchos mayores a paliar la soledad y el aislamiento. Por otro lado, los mayores de 60 años, a pesar de su poder adquisitivo, compran la mitad online de lo que lo hacen los individuos de la franja entre 31-40 años.
Su participación en los chats y foros es diez puntos menos que entre los adolescentes, los grandes señores de la particpación online
Recelo digital
Otra muestra de lo lejos que se sienten los mayores de la revolución digital es que más que desconfianza sienten verdadero recelo hacia todo lo digital. Suvaloración de la seguridad en Internet como medio de compra es con diferencia la más baja de todos los segmentos de edad (3,69), mientras que entre los adolescentes y los jóvenes (14-30) es de 5,3 puntos, la más alta de todas.
Respecto a los derechos del usuario en la Red, las personas mayores todavía dan una valoración más baja (3,55), aunque también entre los más jóvenes desciende la percepción positiva hasta 5,05 puntos.
Otro punto por donde cojea nuestra sociedad digital respecto a los mayores es en el equipamiento tecnológico, ya que mientras el 99% de los adolescentes posee móvil, por ejemplo, sólo un 72% de mayores de 60 años declaran tener uno. Por descontado, sólo un 3% de ellos tiene reproductor de música digital frente a un 59% de adolescentes.
Finalmente aparatos como las agendas electrónicas, PDA o navegadores GPS son puramente testimoniales entre los mayores de 60 años, y encuentran su acomodo entre las franjas medias de edad (31-50 años).