Menos de cuarenta kilómetros separan el nuevo edificio de ‘Neàpolis, L’espai de la tecnologia i les idees’ (en Vilanova i La Geltrú) de la antigua fábrica de Can Suris (en Cornellà de Llobregat), rehabilitada para ser el primer ‘living lab’ (laboratorio de prueba de prototipos tecnológicos) de España. Ambos edificios son la culminación de los sueños de sus impulsores, Joan Carles Lluch y Vicenç Badenes, a los que varias cosas les unen. Una es que los dos han sido en el pasado periodistas vinculados al mundo de la televisión; otra, que desde los inicios del ‘boom tecnológico’ supieron ver que el futuro de la Sociedad de la Información pasa necesariamente por la convergencia entre la televisión y la Red. Desde esta premisa han creado cada uno dos institutos dedicados a investigar la manera más útil de aplicar esta convergencia, aunque con sus peculiaridades respectivas.
Neàpolis (I): Un espacio para la tecnología y las ideas
Vilanova i La Geltrú es una ciudad situada en un enclave geográfico difícil, a pesar de estar a sólo cincuenta kilómetros de Barcelona. Se encuentra rodeada por las montañas del Garraf, un macizo calcáreo que la ha aislado tradicionalmente de su gran vecina del norte, al igual que a otras poblaciones cercanas, como Sitges o Sant Pere de Ribes.
La comarca del Garraf siempre ha sufrido de incomunicación, y si ha salido adelante económicamente ha sido por la obstinación de sus habitantes. Primero emigrando a Cuba durante el siglo XIX y posteriormente trayendo el ferrocarril, a pesar de que supuso para muchos empresarios locales (antiguos indianos) la ruina. Sólo así fue posible crear un puerto pesquero e industrial fuerte tan cerca de la capital.
La intención es que Neàpolis sea la sede de numerosas instituciones públicas y académicas relacionadas con las nuevas tecnologías en su vertiente multimedia
Si bien la localidad sufrió los rigores de la guerra civil y la posguerra, durante la época del desarrollismo resurgió gracias a la industria del automóvil, que centralizó allí muchas de sus fábricas de repuestos, creando un pequeño Detroit en el sur de Europa que atrajo en los años sesenta y setenta un gran flujo migratorio. Sin embargo, a principios de los noventa esta industria decayó y la ciudad entró en emergencia económica.
Es en esta época cuando Joan Carles Lluch comienza a perfilar su proyecto de un instituto que centralice la investigación y el desarrollo de las tecnologías multimedia y de la incipiente Internet. Su objetivo es atraer inversión empresarial aprovechando las ayudas europeas, pero también vincular dicha inversión a nuevos campos que permitan a la ciudad destacar sobre otros posibles competidores.
Un futuro multimedia
“Ha costado mucho esfuerzo, pero ya está aquí”, explica Lluch señalando al moderno y rompedor edificio de Neàpolis, diseñado por el Arquitecto Oriol Bohigas con la intención de que sea un nuevo emblema para la ciudad. Neàpolis destaca en su entorno, a medio camino entre el centro y la zona industrial, y a unos cientos de metros de la estación de tren, durante muchas décadas el principal símbolo del progreso.
Joan Carles Lluch: “”No concibo la Red en dos dimensiones; creo que en el futuro navegaremos a través del televisor”
“La intención”, prosigue Lluch, “es que Neàpolis sea la sede de numerosas instituciones públicas y académicas relacionadas con las nuevas tecnologías en su vertiente multimedia, porque la Internet del futuro será multimedia”. Esta es su visión de la Red: “No la concibo en dos dimensiones, como es ahora; creo que en el futuro navegaremos a través del televisor, pero de un modo mucho más interactivo, en una especie de televisión hipertextual con imagen, sonido y texto combinado”.
Para Lluch, este futuro debe ir desde abajo hasta arriba, desde lo pequeño a lo grande, por lo que lo primero es comenzar por los núcleos de redes locales, que a su vez se irán uniendo hasta formar una gran red con entidad suficiente. En este sentido, Neàpolis se articula sobre tres pilares: la creación de una red local de fibra óptica hasta los hogares (FTTH), la provisión de contenidos multimedia para dicha red y la planificación posterior de una red de redes superior.
Neàpolis (II): fundando una comarca IP
Estas son las tres direcciones principales en las que pretende moverse Neàpolis en lo referente a la extensión de una red de televisión IP:
Creación de una red local de fibra óptica hasta los hogares (FTTH)
El ayuntamiento de Vilanova, en consorcio con Neàpolis y otras instituciones, planea crear el Agente Local de Comunicaciones Electrónicas (ALCE), un operador municipal homologado por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) y con capacidad para tirar fibra óptica hasta los hogares.
Se pretende aprovechar las canalizaciones que ya existen y complementarlas con otras nuevas de modo que la ciudad entera quede unida en una red de fibra óptica
Se pretende aprovechar las canalizaciones que ya existen y complementarlas con otras nuevas (creadas mediante una revolucionaria técnica denominada ‘microtrenching‘ desarrollada por Pirelli, una empresa con sede nacional precisamente en Vilanova) de modo que la ciudad entera quede unida en una red de fibra óptica de gran capacidad y simetría para la transmisión de datos.
Lluch es consciente de que este proyecto puede chocar con las reticencias la CMT y los intereses de las operadoras de ADSL, pero responde que precisamente por eso se pretende crear una entidad legisladora dentro del ámbito de Vilanova. “La fibra es muy superior al ADSL”, dice.
“El ADSL sólo es un apaño ante los costes que supone tirar una red de fibra a gran escala; es normal que una operadora no quiera asumir una obra tan cara”, prosigue, “pero con ADSL no se puede crear una verdadera sociedad digital, ya que la asimetría entre la subida y la bajada de datos no permite una verdadera interacción entre los usuarios, y mucho menos una televisión IP como nosotros la concebimos desde Neàpolis”.
Provisión de contenidos multimedia para dicha red
¿Y cómo concibe Neàpolis su proyecto de Televisión IP? “La estamos planeando como un canal de programas de todo tipo, tanto de emisión de eventos locales en directo vía web como de desarrollo de programas interactivos que se puedan manejar a golpe de mando o de puntero”.
¿Por ejemplo? “Pedir cita con el médico, pagar impuestos, empadronarse, pedir recetas médicas, consultar archivos municipales y realizar cualquier trámite, operación o compra; pretendemos hacerle la vida fácil a la gente, que la televisión no sólo les dé programas, sino que también evite que la gente mayor tenga que desplazarse innecesariamente para cubrir sus necesidades”, explica Lluch.
Joan Carles Lluch: “Pretendemos hacerle la vida fácil a la gente, que la televisión no sólo les dé programas, sino que también evite que la gente mayor tenga que desplazarse innecesariamente”
Pero esta ambición no se limita a Vilanova, si no que llega a toda la comarca del Garraf: pueblos tan importantes como Sitges y Sant Pere de Ribes están ya implicados una formar una red comarcal de fibra junto con Vilanova. Neàpolis las proveerá de contenidos para llevar a cabo una suerte de administración comarcal online, lo que se conocerá como el ‘T-Govern’.
Para todo ello, Neàpolis cuenta con una completa infraestructura que, como Lluch reconoce, se ha llevado buena parte de la inversión inicial de siete millones de euros donados por la Unión Europea. “Tenemos varios platós y salones de actos para realizar eventos y convenciones, así como programas de televisión e informativos; tenemos salas de posproducción, con material tan sofisticado como cámaras monitorizadas desde la mesa de redacción (en realidad son robots) y con capacidad por enviar y recibir programas por vía TDT, aunque en un futuro no lejano esperamos hacerlo vía Internet”.
Lluch fue director de Canal Blau, la televisión local de Vilanova (que ahora se aloja en Neàpolis), por lo que conoce el medio a la perfección y ha procurado que tanto los platós como las redacciones de radio y televisión sean lo suficientemente versátiles como para generar todo tipo de contenidos.
El espacio se alquilará a las productoras privadas, además de estar a disposición de universidades y entidades locales. De hecho, Canal Blau ya se ha fundido con Canal Maricel de Sitges para crear una televisión local en la comarca que acabará siendo un único canal IP multimedia que dote de contenido al ‘T-Govern’, la futura red de fibra óptica que llegará a todas las casas del Garraf.
Planificación posterior de una red de redes superior
La idea de Lluch no se queda en el ‘T-Govern’. Este antiguo periodista y hoy jefe municipal de los Servicios para la Sociedad de la Información en Vilanova ya está pensando en un nivel superior de red: Cataluña (“es el siguiente paso natural”, dice).
De momento, Lluch ya ha conseguido que el ente que se encargará de gestionar, unificar y compatibilizar todas las redes de fibra que hoy existen sueltas en Cataluña tenga su sede en Neàpolis. Se trata del ITCat, un agente público que se encargará de localizar todos los puntos donde se haya tirado ‘fibra oscura’ (canalizaciones que permanecen sin ser usadas) para unirlos y vehicularlos en una gran red.
ITCat será un ente público que se encargará de localizar todos los puntos donde se haya tirado ‘fibra oscura’ para unirlos y vehicularlos en una gran red
ITCat también se encargará de compatibilizar los contenidos que se estén ofreciendo en las distintas redes de fibra existentes hoy en la región, de modo que dichos contenidos se puedan intercambiar a nivel global y evitar duplicaciones de servicios. Al final, el objetivo es crear una red catalana de fibra que pueda unirse a una mayor española y europea, siempre en consonancia con la estrategia de ir desde lo pequeño hacia lo grande.
“Nos estamos preparando para asumir los tres objetivos a la vez” explica Lluch, “porque ninguno de ellos puede realizarse sin la presencia de los otros”. De todos modos, haciendo honor a su pasado de periodista, remata la frase puntualizando que la verdadera finalidad de Neàpolis es proveer de contenidos a la futura televisión IP.
Citilab, un laboratorio cidadano
Cornellà de Llobregat es una de las tradicionales ciudades dormitorio del cinturón industrial de Barcelona, aunque hoy la fisonomía ha cambiado mucho y a primera vista da más la impresión de ser una ciudad residencial que una población de inmigrantes.
Uno de los hombres que acompañó, en buena parte desde su ejercicio como legislador municipal, la transformación de la ciudad es Vicenç Badenes, periodista de formación, antiguo concejal del Cultura y actualmente teniente de alcalde de la Sociedad del Conocimiento. Él también es el responsable de que Citilab sea hoy una realidad.
Levantado en la fábrica textil de Can Suris, que fue durante muchos años un montón de ruinas, este instituto ha recuperado su antiguo aspecto exterior, aunque por dentro se ha remodelado profundamente. Sus espacios han sido rediseñados con grandes habitáculos por los que entra la luz a través de las numerosas ventanas. Las paredes son paneles abatibles de color castaño, que pueden redefinir las proporciones de las habitaciones en función de las necesidades.
“La idea es que sea un espacio versátil y armónico donde se puedan desarrollar todo tipo de experiencias ciudadanas relacionadas con las tecnologías de la información y el conocimiento, sobre todo en su vertiente de televisión IP”, explica Badenes, que define Citilab como “el primer ‘livinglab’ [laboratorio viviente] de España”.
Citilab, impulsado por el Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat, cuenta entre sus miembros fundadores con la Diputación de Barcelona, el Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información de la Generalitat de Catalunya, el World Trade Center Almeda Park, Siemens, la Universidad Politécnica de Cataluña, Localret y la Fundación Catalana para la Investigación, entre otros. El presupuesto de recuperación de Can Suris ha superado los seis millones de euros.
Tres plantas, tres filosofías
“Queremos dividir el espacio de Can Suris en tres plantas con unas funciones muy concretas”, expone Badenes entusiasmado: “A la primera podrá acceder todo el mundo, es decir los ciudadanos de Cornellà que quieran experimentar con las tecnologías de la información y el conocimiento”.
Para ello, Citilab ha habilitado una mediateca, una sala con ordenadores y acceso wifi de un Gigabyte y un espacio ‘opensource’ donde se podrán establecer redes de trabajo para desarrollar programas de código abierto.
“También vamos a crear dos laboratorios ciudadanos”, añade Badenes, “y ambos serán de interacción con las tecnologías de la información y el conocimiento: el primero, ‘yayolab’, estará dedicado a la tercera edad, y el segundo, ‘nanolab’, a la infancia, y en ellos se verá cómo aprenden estas franjas sociales en relación con las nuevas tecnologías”.
“Estamos dispuestos a ofrecer estos espacios a las empresas para que experimenten los nuevos prototipos de sus productos con los ciudadanos, del mismo modo que hace Nokia en su ‘Livinglab’ Finlandia”, asegura el responsable de Citilab. La idea es que mientras los ciudadanos se familiarizan con las nuevas tecnologías, las empresas comprueben la funcionalidad y usabilidad de sus productos sin mayores costes.
“En la segunda planta”, prosigue Badenes, “vamos a crear un pequeño parque tecnológico de empresas de nueva creación que desarrollen proyectos de ‘e-learning’ (formación online) en televisión IP”. Para ello ya cuentan con una sala de actos equipada con sofisticadas cámaras de vídeo IP en cada esquina, que pasarán la señal captada directamente a una habitación de posproducción donde se montarán los vídeos.
El salón cuenta con paneles abatibles, de modo que se puede dividir en diversos habitáculos, cada uno con su cámara IP. Desde ellos se podrán impartir cursos y conferencias que serán grabadas y editadas.
En el centro de la planta se ubica un espacio para reuniones de empresa de sofisticado diseño, y alrededor de éste se situarán las diversas empresas, “de modo que siempre pueda haber sinergias entre ellas”, en habitaciones separadas por cristales polarizados.
“Estos cristales”, explica Badenes, “tienen la propiedad de poder convertirse en pantallas táctiles gigantes que se manejan con un puntero, de modo que las personas implicadas en un proyecto siempre pueden ver en ellas los vídeos que están produciendo o los canales que se editan o realizan”.
Finalmente, en la última planta se están habilitando los platós para la realización de programas de ‘e-learning’, su edición y su producción. “Contaremos pronto con todo el material necesario para facturar programas de ‘e-learning’ eficaces y susceptibles de ser lanzados al mercado de la futura televisión IP”, asegura Vicenç Badenes.