El Ministerio de Fomento prevé aprobar a finales de año un Real Decreto que regulará las condiciones de accesibilidad que deben cumplir los medios de transporte. El objetivo es facilitar un uso normalizado de estos a las personas con alguna discapacidad física, visual o auditiva. La medida ha sido bien acogida por parte de estos colectivos, a la expectativa de conocer las mejoras que supondrá, especialmente, en uno de los medios que aún presenta más barreras: el tren. La legislación actual obliga a que las nuevas infraestructuras ferroviarias sean accesibles, pero adaptar las antiguas es tan costoso que sólo cumplen estos requisitos 115 trenes de larga distancia, el 66% de los ferrocarriles de media distancia y el 9% de los convoyes de corta distancia o cercanías.
Qué dice la legislación
En España hay cerca de cuatro millones de personas con alguna discapacidad física. Además, una parte importante de la población mayor presenta problemas de movilidad y otros dos millones de hombres y mujeres tienen dificultades visuales o auditivas. Para todas ellas, el Ministerio de Fomento prepara un Real Decreto que regulará las condiciones de accesibilidad que han de reunir los medios de transporte para que las personas con discapacidad puedan usarlos de manera normalizada. Está previsto que el texto quede aprobado a finales de año y su aplicación obligará, entre otras cosas, a que todas las estaciones de tren y aquéllas cuya remodelación suponga más del 50% de su valor patrimonial permitan la plena accesibilidad de personas discapacitadas. Por su parte, los nuevos trenes y aquellos que se reformen con un presupuesto superior al 30% de su valor patrimonial, también deberán incorporar medidas de accesibilidad.
Los nuevos trenes y aquellos que se reformen con un presupuesto superior al 30% de su valor patrimonial, también deberán incorporar medidas de accesibilidad
El plan resulta ambicioso. A lo largo de esta legislatura se han invertido un total de 40 millones de euros para la eliminación de barreras y hasta 2008 se destinarán otros 12 millones. El proyecto incluye la remodelación, primero, de las estaciones que acojan más de 1.000 viajeros al día y, segundo, de aquéllas con más de 750. Para Luis Cayo Pérez Bueno, secretario general del Comité Español de Representantes de Minusválidos (CERMI), el futuro Decreto responde en gran medida a las demandas de este colectivo y es una norma “ambiciosa y completa”. De hecho, Fomento ha negociado directamente con CERMI la redacción del mismo hasta conseguir un texto que suponga un cambio relevante en el acceso al transporte. Más negativo se muestra al hablar de fechas, puesto que es previsible que los plazos legales sean dilatados y que la aplicación práctica del Real Decreto “lleve su tiempo”. “No esperamos que la situación vaya a cambiar de un día para otro, pero sí por lo menos que agilice la compra de material móvil”, añade el asesor jurídico de la Plataforma Representativa Estatal de Discapacitados Físicos (PREDIF), Óscar Moral.
La nueva norma encuentra su razón de ser en el desarrollo de la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad. En ella se recogía la necesidad de aprobar, en el plazo de dos años, las condiciones básicas que regulará el nuevo Decreto y se establecía el carácter obligatorio de las mismas en los siguientes plazos: de 5 a 7 años para las infraestructuras y material de transporte nuevo, y de 15 a 17 años para todos aquellos que sean susceptibles de ajustes. También el Proyecto Acceplan, del Plan de Accesibilidad 2003-2010 del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, aboga por que las mejoras estructurales se alcancen a medio plazo y defiende la introducción de criterios de accesibilidad tanto en la legislación comunitaria sobre el transporte público como en la legislación estatal, en coordinación con los criterios de los operadores autonómicos. “En unos años tendremos un transporte ferroviario que será mucho menos hostil que el actual a la discapacidad”, reflexiona Cayo Pérez Bueno.
Mejoras necesarias
Según datos del Ministerio de Fomento, en 2004 existían en España un total de 66 trenes de larga distancia adaptados, frente a los 115 que existen en la actualidad y los 189 que se prevén para 2010-2011. Respecto a los ferrocarriles de media distancia, el 66% de los que se encuentran en servicio disponen de espacios para sillas de ruedas y el 35% de aseos accesibles. En corta distancia o cercanías, el porcentaje de convoyes accesibles se reduce al 9% (51 trenes), por lo que para el periodo 2010-2011 se espera que estén adaptados, al menos, el 50% de los vagones.
Los usuarios y usuarias de sillas de ruedas piden específicamente que se mejore el medio de subida a los vagones
Ante estos datos, no sorprende que el tren resulte un medio de transporte poco atractivo para quienes tienen alguna dificultad sensorial o de movilidad. A menudo, no se tiene la seguridad de que el servicio vaya a ser el adecuado. Ni siquiera se cuenta con un protocolo estándar de actuación en las estaciones o durante el trayecto. El tren es el medio más olvidado tanto para quienes lo ven como una carrera de obstáculos, como para las instituciones encargadas de adaptar la infraestructura, que es una de las más costosas. Los usuarios y usuarias de sillas de ruedas piden que se mejore el medio de subida a los vagones. Quienes presentan alguna discapacidad visual exigen avances en la megafonía o en la señalización de los bordes del andén. Las personas con discapacidad auditiva solicitan cambios en la señalización en general. Y tampoco el acceso al andén o la propia entrada al vestíbulo de las estaciones consiguen el aprobado.
En la elaboración del Proyecto Acceplan se detectó cómo en las instalaciones de los ferrocarriles metropolitanos, en su mayoría subterráneas, el problema principal es el acceso vertical a los vestíbulos y andenes mediante escaleras convencionales. Un aspecto que ha quedado resuelto en las nuevas terminales con ascensores o plataformas elevadoras, pero cuya adaptación a las estaciones antiguas tiene un coste muy alto. De poco sirve mejorar el vestíbulo si no se actúa también sobre el resto de la línea y se establecen conexiones accesibles, por ejemplo, con un ancho de paso adaptado a una silla de ruedas.
Otras actuaciones pendientes son la eliminación de la variedad de alturas que existe en los andenes y en los trenes. Cuando esto ocurre, es necesario dotar a los vagones de escalones que, de nuevo, dificultan o imposibilitan el acceso. Para que una estación sea considerada accesible, es necesario que cualquier persona pueda recorrer por sí misma la distancia que separa el vestíbulo del vagón, pasando por la taquilla y el andén. Una vez dentro del tren, las dificultades para superar son la existencia de desniveles, pasos estrechos y aseos inaccesibles, así como la ausencia de espacio para la localización y sujeción de sillas de ruedas o una señalización y megafonía adecuada para personas con discapacidades sensoriales (visuales y auditivas).
Atención personalizada
El pasado 16 de julio Renfe-Operadora y ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) pusieron en marcha un servicio gratuito de asistencia personalizada. Está dirigido a personas discapacitadas con dificultades de desplazamiento o que precisan apoyos para el mismo. De momento, este servicio se presta en 100 estaciones de toda España, las más concurridas, y en 1026 circulaciones diarias, aunque la idea es extenderlo de manera progresiva hasta cubrir las 1.554 estaciones y los 1.100 trenes que se contabilizan en el país. “Se trata de ayudar a que estas personas puedan realizar el embarque y el desembarque de los trenes, con seguridad y la mayor comodidad posible”, explica Luis Cayo Pérez Bueno.
Renfe-Operadora y ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) han puesto en marcha un servicio gratuito de asistencia personalizada para discapacitados
En unos casos, el servicio se centra en el acompañamiento de viajeros y viajeras con ceguera o discapacidad visual, desde un punto de la estación hasta el coche y/o el asiento del tren. En otros, se les ayuda a subir y bajar del tren, mediante rampas, plataformas o el propio apoyo humano. Hasta ahora, dentro del colectivo de personas discapacitadas cada una tiene sus reivindicaciones, pero hay una queja común: la ausencia de un servicio de ayuda. “Se depende de la buena voluntad del personal de las estaciones o de los propios pasajeros”, señala Óscar Moral, quien denuncia que tampoco se facilite a través del teléfono información suficiente sobre el servicio que se presta en las estaciones o las condiciones de los trenes.
Para paliar esta situación, el Ministerio de Fomento, en colaboración con CERMI y la ONCE, ha creado una guía de Servicios ferroviarios para viajeros con discapacidad, que explica de forma detallada el servicio personalizado puesto en marcha y el procedimiento que hay que seguir para recibir asistencia, que varía según del tipo de ferrocarril de que se trate:
Trenes de Alta Velocidad – Larga Distancia y Avant. Si se viaja en silla de ruedas es necesario adquirir, con al menos 48 horas de antelación a la fecha del viaje, un billete para una plaza específica de movilidad reducida. Si no se viaja en una plaza de estas características, el billete se tiene que comprar también con al menos 48 horas de antelación y se debe comunicar durante la compra la necesidad de ayuda. Si no se hace, hay que llamar al teléfono 902 24 05 05 y comunicar la situación del pasajero para que, a su llegada, disponga del servicio necesario para facilitar un viaje accesible.
Trenes de Media Distancia Convencional y Cercanías. Para beneficiarse del servicio de atención personalizada es necesario llamar al número de teléfono 902 24 05 05 y comunicar, con 48 horas de antelación a la salida del tren correspondiente, la necesidad de asistencia. Una vez concertada, hay que presentarse en el lugar designado de la estación con 30 minutos de antelación a la salida del tren.
Trenes de Cercanías. Para que el viaje se desarrolle en las mejores condiciones, también es obligatorio contactar con el número de teléfono 902 24 05 05 y comunicar, con dos horas de antelación a la salida del tren, el recorrido que se va a realizar y la necesidad de ayuda.
La lista completa de los trenes que se han acogido a este plan pionero de asistencia personalizada se puede consultar en las páginas web de RENFE y Adif o en el teléfono 902 24 05 05, donde también ofrecen información sobre los descuentos en el precio del billete. En concreto, en los trenes que sólo dispongan de plaza para personas con discapacidad en clase Preferente, se aplica el precio de la clase Turista, mientras que las personas con una discapacidad igual o superior al 65%, independientemente de su edad, pueden obtener la Tarjeta Dorada RENFE y la Tarjeta Dorada con acompañante. Con ella, tanto el titular como el acompañante se pueden beneficiar de descuentos entre el 25 y 40%, en función del tren elegido y del día de la semana en el que se realice el viaje.